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"En nuestro país falta educación en valores"

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Establezcamos un supuesto para encauzar la vocación, ese arma de doble fi lo que es un don divino y un castigo vital a la vez: que el empeño personal en lo que te gusta acabe por convertirse en tu forma de vida. Nuestro protagonista de hoy, Joaquín Araujo, a grandes rasgos, es el naturalista más importante de nuestro país.

Cuando era pequeño quería ser agricultor, los bichos le traían loco y le encantaba escribir, la poesía y las tertulias literarias con su amigo Leopoldo Mª Panero.

Araujo se empeñó, y a día de hoy puede decir, no sin un cierto orgullo, que ha llegado a conseguir en la faceta personal todo lo que soñaba cuando llevaba pantalones cortos y las rodillas descarnadas. Es escritor, columnista, agitador cultural y, sobre todo, un conservador respetado cuyo nombre está indivisiblemente unido a la naturaleza:
“Me apasiona mi vida en el campo, algo lógico porque si no, no podría hacer lo que hago. Y trabajo lo que no está escrito. Ahora mismo estoy arando la tierra y muevo toneladas todos los años con mis manos. Mi primer tractor lo compré hace tres años, así que los 30 anteriores, a caballo y mula”.

P. Leyendo tu currículum se pregunta uno si esa vorágine de publicaciones se acerca al perfil que buscas como naturalista. ¿No crees que puede ser es una paradoja?
R. Sí, por supuesto. Además, como dijo Walt Whitman, “bien, me contradigo, bien me contradigo”. Lo adornaba muy bien porque el siguiente verso es “Yo contengo multitudes”. Y yo contengo multitudes como ser humano, como todo el mundo. Pero contengo multitudes más numerosas y complejas como naturalista que soy.

P. Es una paradoja aún más compleja…
R. Si normalmente todo el mundo es contradictorio, pues imagínate un enamorado de las hormigas y de las águilas: pues todavía más. Pero también esto tiene una traducción clara.

P. ¿Cuál es?
R. Dedico más horas laborales a la agricultura y a la naturaleza que a escribir libros o participar en programas de radio. Es una cosa que si no me entusiasmara, no la haría, porque no recibo nada a cambio económicamente. Todo es autoconsumo, reciclaje o regalos en un circuito cerrado.

P. Entonces, la parte digamos ‘pública’…
R. Mi oficio de comunicador me da de comer, pero también me apasiona. Estoy enamorado hasta las cachas de mis dos vidas. Ambas cosas me alimentan intelectualmente: tanto mirar un paisaje, fijarme en los detalles, como leer libros y consultarlos.

P. ¿Eres capaz de separar las dos vertientes?
La soledad equilibra mi vida pública. El sosiego de la vida en el campo compensa el ajetreo de la vida nómada. Casi se complementan. Es casi un 50% de vida allí y en la ciudad.

P. Hablábamos de que, cuando eras pequeño, querías ser agricultor. ¿Cómo te llegó la pasión por las letras?
R. Empecé a pedir libros como único regalo a los 12 o 13 años. Y a los 18 o 19 cae en mis manos un artículo de Rodríguez de la Fuente. Y digo: “Ostras, pero si se puede escribir de la naturaleza”. Parece que me lo he inventado, pero así es.

P. ¿Te fastidia la palabra gurú?
R. No, pero no soy uno. De considerarme algo, por honradez intelectual, sería primero un afortunado. Vivo como había soñado, en el lugar que había soñado y con quien había soñado.

P. Eso es estupendo, pero eres una referencia en lo tuyo…
R. Lógicamente, eso retroalimenta poderosamente el hecho de que vivo de lo que más me gusta hacer, que es escribir, hablar, comunicar. Y tengo la inmensa suerte de ser un comprometido. Es una auténtica fortuna que mis criterios me lleven a tener un compromiso con algo y eso te lleve a una actividad. Me considero el lancero de la tribu.

P. Eres una de las personas más buscadas en Internet en cuanto a naturaleza…
R. Pero de eso yo no tengo la culpa. Falsas modestias aparte, que es la mayor de las vanidades, yo sé muy bien quién soy. Probablemente sí, en el campo del naturalismo y el ecologismo, sea una de las personas de referencia y de las que más trabajo haya aportado.

P. Al final, lo que cambia en tu concepto y el nuestro es la nomenclatura: gurú, referencia, guía…
R. Hombre, mi perfil no está alejado del que es un difusor de una ideología o como predicador de una ética light. Los gurús casi siempre están vinculados a una enseñanza filosófico-religiosa. Yo no me descarto y entre mis tareas, creo que ésta es una. No sólo actuar de un modo ecológico, sino que se entienda.

P. ¿Y se entiende?
R. Bueno, ya hay suficiente cuerpo para hablar de un pensamiento ecológico, a pie de igualdad con ideologías políticas como el liberalismo, el socialismo o el marxismo…

P. ¿Y cuál sería el ideario de este concepto?
R. En estos momentos se puede decir de una forma absolutamente suicida que el pensamiento ecológico no deja de proponer otra cosa que la austeridad. Todo lo contrario a lo que proponen los medios de comunicación, la política, la economía… Nosotros lo que decimos es que renunciemos, toquemos el freno, tengamos cuidado…

P. ¿Y no es una cuestión de justicia, digamos, a nivel planetario?
R. Evidentemente. Los más afectados por el cambio climático son los inocentes. Como creo que hay que actuar éticamente en la vida, pues considero que es más importante acabar con la quema de combustibles fósiles por justicia que por medio ambiente. La mayoría de la gente, incluso de mi bando, creen que es por un tema ambiental. Y no, es un tema de justicia.

P. Esta ideología ecológica, ¿se acabará imponiendo por una cuestión de supervivencia?
R. Sí, y es que además hay una regla de tres en el ser humano: sólo hay dos salidas para todo lo que hace el hombre. Por ejercicio de la precaución, la racionalidad y el convencimiento, decides proceder de una forma o te obligan a proceder de esa forma. No hay más.

P. ¿Qué falta entonces para que nos lo creamos de una vez?
R. Falta cultura. Por eso yo me dedico a lo que me dedico. El problema de los partidos políticos en la actualidad es que caen en la mediocridad, y eso es más grave que la corrupción. Yo dedico mi vida a intentar mejorar el nivel intelectual de los que dicen estar de mi parte. Entre más o menos convencidos del tema, no creas que superamos más del 5% de la población.

P. ¿Faltan líderes?
R. Sobre todo falta, como digo, cultura. Y educación en valores.

P. Queda por hacer, espero.
R. Queda todo. Eso es lo mejor. Y lo peor a la vez… Soy contradictorio, sí. Ya sabéis: Si quieres reencontrarme, mira bien en las suelas de tus botas. Apenas sabrás quién soy o qué quiero decirte. No desesperes si no me encuentras pronto, De no estar junto a ti, mira más lejos, Que yo en alguna parte te estaré esperando…

Notas biográficas

Dos veces Premio Nacional de Medio Ambiente, es uno de los fundadores del movimiento ecologista en España. Escritor, periodista y director de cine documental, es el único español que ha recibido dos veces el Premio Nacional de Medio Ambiente de manos del rey o el Premio Global 500 de la ONU, la máxima distinción
medioambiental, llamada el Nobel de la naturaleza. Algunas de sus obras: “La naturaleza, nuestro lujo”, “La muerte silenciosa”, “Todavía vivo” o “Agua”. En el cine y la televisión ha colaborado en “El hombre y la tierra”, junto a Félix Rodríguez de la Fuente o en “Nómadas del viento”.

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