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Desarrollando la inteligencia visual-espacial

Te proponemos una actividad para desarrollar la inteligencia visual-espacial de los niños que puede aplicarse a los distintos cursos de Primaria, con un menor o mayor grado de dificultad según la edad.
Isabel Jiménez ArenasMartes, 30 de abril de 2024
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© DARKNIGHTSKY

Al finalizar la Etapa Infantil, generalmente, los niños ya dibujan las figuras geométricas planas con mayor destreza, relacionando color y forma. Además, son capaces de representar los objetos con una perspectiva reconocible. También se detienen más en los detalles, aunque sea de un modo esquemático. A partir de aquí, al comienzo de Primaria, necesitan practicar mucho a mano alzada. De esta forma dominarán mejor las proporciones en el análisis de la información visual.

La siguiente actividad puede realizarse en los distintos cursos de Primaria, teniendo en cuenta un menor o mayor grado de dificultad dependiendo de la edad. El objetivo es que nuestros alumnos puedan trazar sobre el papel con seguridad, lo cual también les ayudará a mejorar su escritura. Consiste en ejercicios para incrementar su agilidad y destreza dibujando, de modo que mejoren su capacidad cognitiva. Así, percibirán y analizarán tanto la forma de los objetos como la del espacio donde se ubican.

La primera parte consiste en hacer dibujos abstractos utilizando los elementos básicos línea y punto. Crearán grafismos sin ningún tipo de limitación. Aquí no se trata de representar un objeto sino de inventar formas. Para ello no emplearán un lápiz, sino que van a utilizar un rotulador del color que ellos elijan. En este ejercicio se pretende ayudarles a perder el miedo a dibujar, si lo tienen, o a equivocarse. No será necesario que borren nada. O sea, cualquier forma es bienvenida.

Y ¿qué podemos hacer para que se concentren? Pues vamos a acompañar la actividad con música para animar a nuestros alumnos. Cuando ya lleven unos 5 minutos dibujando, pondremos una melodía que se escuche en toda el aula. Puede ser música clásica, de cámara o sinfónica, o música instrumental más reciente. Os propongo que escuchen instrumentos japoneses de cuerda como el “koto”, el “samisen” o el “sanshin” de Okinawa. Y también los instrumentos chinos “erhu” o “ruan”, parecidos a un violín y un laúd. El sonido que producen todos estos instrumentos es muy evocador y con ellos favorecemos un ambiente tranquilo. Los niños notarán que la música complementa sus dibujos. La melodía influye en la realización del trazo e inspira el crecimiento de nuevas formas. Para que esto ocurra, también hay que educarles en saber escuchar y la concentración llegará gradualmente. Al final de la actividad se les puede mostrar vídeos de las piezas que han escuchado, lo cual también despertará su curiosidad.

El dibujo en color rojo que veis es de un niño de ocho años. Lo realizó mientras oía música japonesa contemporánea. En un principio se limitó a trazar líneas rectas, pero cuando le pedí que prestara atención a los sonidos su dibujo comenzó a cambiar. Trazó una especie de caracol que luego enmarcó con las restantes líneas. Estas ya no solo eran paralelas sin obedecer a composición alguna, sino que las dispuso de modo que generaban el crecimiento de la forma base, en este caso, una espiral.

Si nos detenemos a pensar, desde edad muy temprana, expresarnos mediante el dibujo es algo tan innato en nosotros como emitir un sonido. Y entre todos los inputs que reciben los bebés, el sonido de un instrumento no solo llama su atención, sino que los tranquiliza. La música despertará en ellos emociones que, posteriormente, a medida que crecen, podrán plasmar en un papel. Y es que, los sonidos inspiran interpretaciones fantásticas de lo que vemos y sentimos.

La segunda parte de la actividad consiste en hacerles dibujar con lápiz, a mano alzada, figuras planas como pueden ser un triángulo, cuadrado, rectángulo, círculo y óvalo, que luego rellenarán con grafismos formando una textura. Para ello, harán una selección entre los trazos realizados en el primer ejercicio. Tendrán que concretar cinco grafismos en cinco grupos diferentes con los que rellenar las figuras. Esta vez, dibujarán las figuras a mano alzada guiándose con ejemplos que nosotros mismos hemos dibujado en la pizarra.

Copiando lo que nosotros dibujamos aprenderán a trazar líneas rectas y curvas con mayor facilidad. A su vez, comprenderán el concepto de textura. Con ese fin mostraremos algunos ejemplos que encontramos en la naturaleza. Por ejemplo, pompas de jabón, agua en la orilla del mar, los dibujos de las conchas, la estructura de una hoja, el ala de una mariposa o la corteza de un tronco, por nombrar algunas de las texturas orgánicas. Así podrán comparar los grafismos que han creado y les será más sencillo elegirlos para sus figuras.

Para que entiendan mejor lo que es una textura podríamos transmitirles las reflexiones del pintor chino Wucius Wong, nacido en 1936. Wong publicó en los años 70 su estudio sobre diseño Principles of Two-Dimensional Design, que en España se presentó con el título Fundamentos del diseño bi- y tri-dimensional. En él describe la textura y dice: «Toda figura tiene una superficie y toda superficie debe tener ciertas características, que pueden ser descritas como suave o rugosa, lisa o decorada, opaca o brillante, blanda o dura»¹. Y divide las texturas en dos categorías que son la visual y la táctil. Wong explica que la textura visual es la que el ojo ve, aunque evoque la sensación de poderla tocar. Y la textura táctil se puede ver y además se puede sentir con la mano.

El ejercicio propuesto se clasificaría como dibujo de texturas visuales, ya que se trata de un ejercicio bidimensional. Pero, ciertamente, la posibilidad de trabajo con texturas es amplia ya desde la Etapa Infantil y es recomendable nutrirse de lecturas relacionadas. Os recomiendo el trabajo de Rosa Palacios Burgos Las texturas como medio de expresión plástica. Unidad didáctica de primer ciclo de infantil, de la Universidad de Granada.

Y llegamos a la tercera parte de la actividad, que va a relajarles y divertirles. Consiste en que rellenen el dibujo de insectos en cuyo cuerpo se distingue un patrón. La mariquita, la mariposa o la abeja son algunos de ellos. Aquí tenéis un ejemplo de plantilla en la que también pueden rellenar el sol y las nubes o completar las flores.

Antes de que comiencen a rellenar, podemos mostrarles fotos de dichos insectos y pedirles que dibujen imitando lo que ven en la imagen. Pero también podrían completar los espacios a su antojo con un grafismo que les guste. La cuestión es que entiendan que el motivo se repite como un patrón y así se forma la textura visual.

Animo también a los padres a utilizar esta plantilla en casa, ya que es una actividad que ayudará a los niños a relacionarse con el entorno natural. También a procesar información tanto en un contexto bidimensional como tridimensional. Poco a poco les estaremos ayudando a desarrollar su inteligencia visual-espacial.

Todos sois bienvenidos a dejar vuestros comentarios sobre la actividad propuesta. ¿Se te ocurren nuevas ideas? ¿Has realizado ejercicios parecidos en clase o en casa?

¹Wong Wucius, Fundamentos del diseño bi- y tri-dimensional, GG Diseño, 3ª edición, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S. A., 1982, p.83.

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