Una actuación rápida evita daños permanentes en las víctimas de acoso escolar

El acoso escolar o bullying es uno de los problemas principales en las escuelas que es muy difícil de identificar y solucionar. Para muchos niños y adolescentes, tener que ir cada mañana a su centro escolar es una pesadilla por tener que soportar diferentes tipos de maltrato físico y psicológico de sus otros compañeros. En estos casos, es muy importante actuar de manera rápida para evitar daños permanentes e irreparables en las víctimas.

Con motivo del día 2 de mayo, Día Mundial Contra el Acoso Escolar, los centros de terapias infantiles anda CONMiGO, han abordado el tema dando las claves necesarias para que cada vez sean menos los niños que tienen que sufrir este tipo de violencia.

Cuando un menor está experimentando acoso escolar, puede manifestar diversas señales de alerta. No todos los niños que son acosados piden ayuda, por lo que es crucial estar atento a estos indicios:

• Problemas físicos: Las víctimas pueden llegar a casa con diferentes tipos de lesiones, desde moratones hasta dolores de cabeza o de estómago frecuentes que pueden ser causados por la preocupación del menor.
• Problemas académicos: En estos casos, es muy común que el menor se niegue a ir a la escuela, pero, además, pueden mostrar algunas otras señales como calificaciones bajas.
• Problemas psicológicos: La autoestima del menor puede verse afectada al ser víctima de acoso, y puede mostrar comportamientos autodestructivos, como escaparse de casa, autolesionarse o incluso hablar de suicidio.

Como explican desde los centros de terapia, debemos poner atención a todas estas señales de alerta. Es importante tener en cuenta que no todos los niños manifiestan estas señales de manera evidente, por lo que ante cualquier sospecha se debe hablar con el menor y apoyarse en los profesionales escolares y psicólogos para abordar el problema.

Los centros de terapia subrayan que el acoso escolar carece de justificación, aunque señalan que existen diversas causas que pueden contribuir a este comportamiento entre los menores. Los niños y adolescentes pueden adoptar comportamientos agresivos al observar a algunos referentes adultos o compañeros que reciben recompensas por la agresión.

Factores como la ausencia de figuras parentales, la violencia doméstica, las tensiones matrimoniales o problemas económicos pueden generar estrés emocional que se traduce en actitudes agresivas hacia otros. En este aspecto, la normalización de la violencia en la sociedad y el entorno escolar también influyen y todo esto se amplifica con la aparición del ciberacoso, ya que proporciona una plataforma para la intimidación en cualquier momento del día.

Por todo esto, la prevención del acoso escolar es esencial para crear entornos seguros y respetuosos. Los centros ‘anda CONMiGO’ enfatizan la importancia de la concienciación y la promoción de valores positivos como la empatía y la tolerancia. La capacitación del personal escolar y la participación activa de los padres también son imprescindibles para identificar y abordar el acoso, y de esta manera, que estén informados y trabajen junto a la escuela.

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