Los rectores piden un calendario único para la matrícula y prueba de acceso a la universidad

La intención es «quitar tensión a las familias y a los estudiantes, que tienen que estar pendientes de los plazos que establece cada comunidad autónoma». Tras valorar la aprobación ayer en Consejo de Ministros del real decreto que la prueba (PAU), los rectores explican que su redacción acaba también con la duda sobre el lugar donde puede presentarse el alumnado: la primera vez será, obligatoriamente, donde acabe los estudios y las sucesivas donde resida o en la contemplada inicialmente.

La presidenta de la CRUE, Eva Alcón, cree positivo que se evalúe por competencias, pero matiza que el Ministerio de Educación debe establecer cuanto antes las directrices que permitan desarrollar el nuevo formato competencial de las pruebas (implica echar menos mano de la memoria y demostrar que se sabe aplicar lo aprendido). Considera además acertada la decisión de valorar la coherencia, cohesión y corrección gramatical y ortográfica y replantear «la optatividad». Este año ha sido el último en el que se ha utilizado el modelo instaurado a causa de la pandemia, más fácil porque permitía elegir muchas más preguntas y descartar otras muchas. Con ello, según esta asociación, «ni se vuelve a la rigidez del modelo prepandemia ni se flexibiliza en exceso, como estaba ocurriendo, con la consiguiente elevación ficticia de las notas de corte».

Sobre la revisión de las calificaciones, muestra su alegría porque al abandonar la idea de volver a la doble corrección, se evita alargar el procedimiento. Para el caso de ir a una tercera corrección, que ahora se realizará por dos correctores diferentes a los dos anteriores y que serán los que otorguen la nota final de forma consensuada, será «más justa» para el estudiante, aunque demande aumentar el número de correctores.

Al inicio de cada curso escolar, las universidades deberán informar de los criterios de organización, la estructura de los ejercicios y los criterios de evaluación de la prueba de acceso –incluida una guía de calificación–, de la que el alumno se examinará en el lugar donde ha acabado los estudios. Así lo recoge el real decreto por el que se regula la prueba de acceso a la universidad (PAU), aprobado este martes en Consejo de Ministros y que hoy miércoles publica el Boletín Oficial del Estado (BOE).

El texto determina que al inicio del curso, la comisión organizadora de cada universidad hará públicos los criterios de organización, la estructura de los ejercicios y los criterios de evaluación, y elaborará una guía de calificación de cada ejercicio. La guía incluirá los criterios de corrección y calificación, la ponderación de cada una de las preguntas, así como los instrumentos de evaluación necesarios para valorar objetivamente las respuestas del alumnado.

Al término del curso, las administraciones educativas remitirán al Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes los datos anuales de la PAU, desagregados por sexo, para que el Consejo Escolar del Estado los haga públicos y elabore las recomendaciones para la mejora de la prueba. Una vez publicadas las calificaciones, cada alumno o alumna, o sus padres, madres, tutores o tutoras legales, podrán presentar ante el tribunal calificador una solicitud de revisión de los ejercicios en los que se considere que se ha podido producir una aplicación incorrecta de los criterios de evaluación.

Los ejercicios que se revisen serán corregidos por un profesor especialista diferente al que realizó la primera corrección. Este llevará a cabo una revisión inicial para verificar que todas las cuestiones han sido evaluadas y que no hay errores materiales o aritméticos en el proceso del cálculo de la calificación final. Si procede, se rectificará la calificación, que no podrá ser inferior a la otorgada en la primera corrección. A continuación, habrá una segunda corrección completa del ejercicio con el objeto de ver que se han aplicado bien los criterios de evaluación. La calificación final del ejercicio será la media aritmética entre la puntuación otorgada tras la primera corrección o, en su caso, la rectificada, y la calificación obtenida en la segunda corrección.

En el supuesto de que exista una diferencia de dos o más puntos entre estas dos calificaciones, dos personas distintas a las anteriores efectuarán de oficio una tercera corrección. La calificación final será la consensuada entre ambas. El texto resuelve asimismo una duda respecto a la participación en la PAU y señala que el alumnado realizará la prueba, tanto en la convocatoria ordinaria como en la extraordinaria, en el ámbito territorial de la administración educativa en la que haya finalizado los estudios. Quienes se presenten en sucesivas convocatorias para superar la prueba o mejorar la calificación obtenida podrán hacerlo en el ámbito de gestión de la administración educativa en la que residan o en la que finalizaron sus estudios.

Para armonizar los exámenes a nivel nacional, respetando las competencias de educación que están transferidas a las comunidades, el real decreto establece un nuevo modelo que cuenta con una estructura y unos criterios de corrección «mínimos comunes» para todo el territorio.

En la rueda posterior al Consejo de Ministros, la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, destacó que es la primera vez que se introducen criterios «comunes y homogéneos» para todos los territorios, tanto en el formato de la prueba como en sus reglas de corrección y evaluación.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, anunció hace unos días un acuerdo alcanzado con las autonomías gobernadas por su partido para implantar una EBAU «común, justa, homogénea y el mismo día» en toda España. Según el Gobierno esto no tiene encaje legal.