Vacaciones de verano. Y ahora, ¿quién nos ayuda a conciliar?
Llega el verano, y con él el dilema habitual de algunos padres, madres y tutores: ¿cómo conciliar su vida laboral con el hecho de que sus hijos e hijas estén cuidados y, además, entretenidos durante sus vacaciones? Los campamentos escolares son una alternativa de las que, en muchas ocasiones, se encargan las propias asociaciones de padres y madres de los centros.
Hablamos de éste, y otros asuntos relacionados con los niños y niñas, con la presidenta de la Federación de AMPAS de Gran Canaria, FAPA Galdós, y vocal
de Canarias en la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado, CEAPA, Marian Álvarez.
Finaliza el curso y las redes sociales de los centros educativos, y de sus AMPAS, se llenan de anuncios sobre campamentos de verano, muchos de ellos organizados por las propias AMPAS. ¿Cómo se organizan este tipo de actividades? ¿Quiénes las sufragan?
–Muchas AMPAS organizan campamentos de verano en los propios centros para que las familias puedan garantizar la conciliación. Para gestionar estos campamentos, las AMPAS acuerdan condiciones con empresas externas que diseñan programas de actividades varias para el que el alumnado pase unas buenas vacaciones. La mayor parte ofrece también servicio de comedor, gestionando con empresas de catering. Las actividades las sufragan las propias familias, si bien las AMPAS suelen ofrecer excursiones fuera de los centros con cargo a sus propios fondos. De una manera u otra, el coste recae sobre las propias familias.
¿Organizar actividades en las que los niños y las niñas puedan estar entretenidos en las mañanas del verano qué responsabilidad conlleva?
–Pues conlleva mucha responsabilidad. Siempre lo es asumir el cuidado de los más pequeños. No se trata sólo de tenerlos “bajo custodia” o “entretenidos”
sino que hay que esforzarse para programar actividades que les gusten, que les hagan atractivo volver al día siguiente. Para ellos son sus vacaciones, y muchas veces estar en el mismo centro donde han estado todo el año no les parece, a priori, la mejor elección. Se ha generado un tejido empresarial especializado en ofrecer este tipo de campus.
No se trata sólo de tenerlos "bajo custodia" o "entretenidos" sino que hay que esforzarse para programar actividades que les gusten, que les hagan atractivo volver al día siguiente. Muchas veces estar en el mismo centro donde han estado todo el año no les parece, a priori, la mejor elección
"Supongo que existirán casos de familias sin recursos que dependen del comedor escolar para que sus hijos coman a diario. ¿Qué sucede en el caso del verano?
–Antes de la pandemia por COVID19, estas familias contaban con alternativas organizadas por la propia Consejería de Educación en algunos centros, orientadas también al aprendizaje de otros idiomas como el inglés, que contaban con comedor. Ahora la Consejería reparte tarjetas monedero a las familias sin recursos para adquirir productos de alimentación.
Una de las alternativas que usan en ciertos casos las familias para mantener a sus hijos e hijas entretenidos son las denominadas “pantallas” (móviles, tablets, ordenadores, etc.) ¿Se abusa de esta opción?
–Se abusa del tiempo de exposición a las pantallas en todas las épocas del año, pero no cabe duda de que las vacaciones escolares son el momento más propicio para que esto suceda más.
¿Qué alternativas recomendaría?
–En la medida en que sea posible, los niños y las niñas deben mantener una actividad donde se encuentren con sus iguales y compartan experiencias. Además de los campamentos que organizan las AMPAS, también hay entidades que organizan actividades más específicas, en consonancia también con sus hobbies. También puede ser una buena opción. Lo que no debe faltar en la receta es ejercicio físico al aire libre (si las condiciones climáticas lo permiten) y una apertura a contenidos y experiencias que sean novedosas para ellos y ellas.
Este curso escolar, la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias publicó una normativa relativa al uso de teléfonos móviles en los centros. ¿Cree que ha tenido éxito?
–La mayor parte de los centros educativos ya tenían regulado el uso de los dispositivos móviles a través de sus Normas de Organización y Funcionamiento (NOF). El problema se genera si los claustros consideran que el dispositivo en una herramienta más en el proceso educativo. Si es así, la herramienta debe facilitarla la propia administración educativa. La competencia digital también está en las programaciones curriculares.
¿Considera que el ciberbullying es una problemática extendida en Canarias?
–En la misma medida que en el resto del país y, desgraciadamente, no debemos enfocar sólo a cuando ese acoso se produce entre menores o escolares. Las redes sociales están llenan de ataques también entre adultos.
El acceso a la pornografía se realiza, cada vez, a edades más tempranas, ¿qué pueden hacer los padres y madres ante este hecho?
–La educación afectivo sexual empieza en casa, pero entendemos que es la industria la que tiene que dar explicaciones de cómo es tan fácil el acceso a su contenido, y son ellos los que deben garantizar que los menores no acceden, de la misma manera que el kiosquero se asegura de no vender tabaco o alcohol a menores de edad. Por otra parte, las familias tenemos la responsabilidad de educar en el buen uso de las tecnologías, y establecer los controles parentales necesarios en función de la edad. La comunicación con nuestros hijos e hijas, sin temas tabú, es fundamental.
En general, ¿qué balance hace del curso que finaliza?
–No es fácil resumir en pocas palabras todo el curso escolar. Empezamos ya incumpliendo objetivos en el momento en que no se pudo escolarizar a todo el alumnado de dos años que había obtenido plaza; las inadecuadas infraestructuras obligaron a vaciar colegios frente a las olas de calor en otoño.
El informe PISA nos demuestra que en determinadas competencias seguimos estando a la cola de la cola… Creemos que es necesario repensar el sistema. La sensación es que la transformación social es mucho más rápida que la educativa.
Para quienes no conozcan su labor o no vean necesario adherirse, ¿qué papel cumplen las AMPAS en los centros escolares?
–Las AMPAS representan los intereses de padres y madres en el sistema educativo. De hecho, la legislación reserva a las AMPAS una plaza en la conformación de los consejos escolares de los centros, que son los órganos colegiados que toman las decisiones que ejecutan los equipos directivos.
Nuestro papel es canalizar la participación activa y comprometida de las familias en la educación de sus hijos y en la gestión de los propios centros. El sistema viene pervirtiendo este papel desde hace décadas. La falta de servicios de conciliación orquestados por la propia Administración y por las patronales nos ha convertido en empresas de servicios, porque entendimos que es la primera necesidad que las familias deben tener cubierta. Pero eso no es nuestro papel, porque mientras estamos dedicando todo nuestro tiempo a la gestión de estos servicios, nos desviamos de nuestro verdadero papel que es empoderar a las familias para defender sus intereses desde dentro del sistema.
La falta de servicios de conciliación orquestados por la propia Administración y por las patronales nos ha convertido en empresas de servicios, porque entendimos que es la primera necesidad que las familias deben tener cubierta. Pero nuestro verdadero papel es empoderar a las familias para defender sus intereses desde dentro del sistema
"¿Qué esperan que se mejore el curso que viene?
–Para mí es fundamental abordar con valentía todo lo que tiene que ver con la inclusión e integración educativa. Nuestro sistema no es inclusivo, y el alumnado necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) tiene los mismos derechos que el resto.