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Estrategias para integrar un deporte inclusivo dentro de la asignatura de Educación Física

Lograr la inclusión de los alumnos con discapacidad en la clase de educación física es un reto al que muchos profesores se enfrentan y, precisamente,  para cubrir esta necesidad se creó la Cátedra “Fundación Sanitas” de Estudios sobre Deporte Inclusivo de la Universidad Politécnica de Madrid (CEDI).
Eva R. SolerLunes, 8 de julio de 2024
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© ADOBE STOCK

¿Conoces el “tchoukball”? Es un deporte para el desarrollo, la integración y la paz, avalado por la UNESCO. Su extraño nombre procede del sonido de la pelota rebotando en un marco o portería. Es un juego de cancha compartida, una especie de balonmano sin contacto donde el respeto, tanto a los jugadores del propio equipo como a los del rival, así como al árbitro es un factor prioritario. Todas estas características hacen del “tchoukball” un deporte grupal perfecto para trabajar la inclusión de personas con algún tipo de discapacidad física, psíquica o sensorial, siempre y cuando se realicen adaptaciones en el juego o en los materiales dependiendo de la discapacidad.

Así lo trabaja David García Castro, profesor de Educación Física en el colegio Tres Olivos de Madrid donde el “tchoukball” se ha convertido en el deporte insignia de este centro y se imparte más allá de las clases ordinarias y se oferta también en el programa de extraescolares.

Lograr la inclusión de los alumnos con discapacidad en la clase de educación física es un reto al que muchos profesores como David se enfrentan y, precisamente,  para cubrir esta necesidad se creó la Cátedra “Fundación Sanitas” de Estudios sobre Deporte Inclusivo de la Universidad Politécnica de Madrid (CEDI). “El proyecto nació en el año 2013 de la mano de un equipo de cinco profesores con el objetivo de utilizar los deportes de las personas con discapacidad como contenido práctico dentro de la clase de Educación Física y dotar de recursos y herramientas a los docentes para poder hacer partícipes de esa misma clase a los alumnos con discapacidad”, explica a Magisterio, Javier Pérez, director de CEDI, en conversación telefónica.

El programa de Deporte Inclusivo en la Escuela (DIE) se dirige a alumnos de 5º y 6º de Primaria, de todos los cursos de la ESO y Bachillerato y “sobre todo, a sus profesores”. Los quince colegios e institutos de Madrid con los que se inauguró el proyecto suman hoy 140 centros educativos repartidos por toda España. El acuerdo entre la Fundación Sanitas, la Universidad Politécnica de Madrid, el Comité Paralímpico Español y diversas instituciones ha hecho posible que el programa alcance a 8.842 estudiantes sin discapacidad, 208 estudiantes con discapacidad y 339 profesores de Educación Física.

Como explica Javier Pérez es un programa pensado por y para el docente: “El profesor es el embajador jefe  y el centro del programa educativo que con la formación, recursos y herramientas que le proporcionamos lo integra en su clase de Educación Física y poco a poco lo hace suyo, como lo ha hecho, por ejemplo, David llevando el “tchoukball” más allá de la clase e integrando la práctica de deporte inclusivo en su programación todos los años y en diferentes cursos y etapas educativas”.

En este sentido, David García apunta que la base del éxito del proyecto es que el profesorado se lo crea: “No es un proyecto para que te solucione una unidad didáctica o la tarea de uno o dos meses de curso, sino que es un proyecto que te hace consciente de lo que significa la discapacidad y esa es la clave para que la inclusión sea real”, explica el profesor que lleva en contacto con el CEDI desde el primer programa piloto que se puso en marcha en 2013.

Es un proyecto que te hace consciente de lo que significa la discapacidad y esa es la clave para que la inclusión sea real

Otra clave del programa es la integración y convivencia entre los alumnos con discapacidad y sin ella dentro de un mismo deporte y ésta es, quizá, una de las tareas más difíciles a las que se enfrentan los profesores de Educación Física.

“La inclusión es real si de verdad conseguimos ser conscientes de lo que significa la discapacidad. Contar con sillas de ruedas para que los alumnos sin discapacidad practiquen baloncesto inclusivo o antifaces, pelotas de “goalball”(un deporte exclusivo para ciegos), unidades didácticas donde te explican la cantidad de deportes inclusivos que existen, conocer en primera persona a deportistas paralímpicos… Todas estas actividades, recursos y  herramientas que proporciona el CEDI ayudan a que los chavales sin discapacidad tengan vivencias, aunque sea en pequeñas dosis, de lo que siente un alumno con discapacidad”, sostiene el profesor de Educación Física.

Por otra parte, Javier Pérez destaca que los profesores, después de realizar este tipo de formación, se sienten más competentes a la hora de ejercer una clase de Educación Física donde haya alumnos con discapacidad, “como han demostrado recientes investigaciones que hemos elaborado dentro del marco de este proyecto”.

Estrategias para integrar un deporte inclusivo dentro de la asignatura de Educación Física

“Ningún niño o niña con discapacidad debe quedar sin acceso a la Educación Física”, reza el primer objetivo del Manifiesto por el Deporte Inclusivo del CEDI. La Cátedra de la Fundación Sanitas de Estudios se ha convertido en la institución de referencia en España sobre Deporte Inclusivo y en su web facilita recursos y herramientas disponibles para todos los docentes, tanto para los que que participan en el programa como para los que no.

“Una de las partes más competentes del programa es nuestra plataforma virtual (www.deporteinclusivoenlaescuela.com) donde los docentes pueden encontrar información sobre las  25 modalidades distintas de deportes inclusivos que existen, además de tener acceso a herramientas para crear actividades y fichas tanto para el profesor, como para el alumno”, explica el máximo responsable del programa Javier Pérez.

El director de la Cátedra añade que “estas herramientas educativas  permiten a los profesores hacer “virguerías» (si se me permite la expresión) gracias a la multitud de recursos que pueden ir personalizando según sus necesidades”.

Además, Javier Pérez y el profesor de Educación Física, David García recomiendan los siguientes consejos prácticos a los profesores de Educación Física  para incorporar los deportes inclusivos dentro de su programa educativo:

  • Facilitar el contacto previo del alumno hacia la discapacidad: Los alumnos que han tenido experiencias personales de interacción y convivencia tienden a desarrollar un punto de vista más empático y respetuoso. Sin embargo, los que carecen de ello pueden tener una percepción limitada o basada en estereotipos.
  • Contacto directo con deportistas paralímpicos. En línea con lo anterior, esta estrategia permite a los estudiantes interactuar y aprender de personas reales que han superado obstáculos y alcanzado el éxito deportivo. En este sentido, el Programa DIE ofrece jornadas deportivas inclusivas que cuentan con la presencia de deportistas paralímpicos que comparten su experiencia de superación y se convierten en ejemplo y referente para los alumnos. “Estas visitas son muy importantes porque para muchos docentes y alumnos esta experiencia suponen el primer contacto directo con la discapacidad”, afirma Javier Pérez.
  • Concienciación y formación: Es clave proporcionar a los docentes, entrenadores y personal educativo la formación necesaria (inicial y también continua) para el adecuado manejo de la diversidad en el aula.
  • Simular la discapacidad: La simulación permite a los estudiantes experimentar en primera persona cómo afecta la discapacidad a los compañeros que la tienen. Por ejemplo, el goalball es un deporte específico para ciegos, una especie de balonmano que se practica con una pelota que lleva cascabeles dentro. Los escolares sin discapacidad practican este deporte poniéndose un antifaz, explica el director del Programa.
  • Sustituir el enfoque de competitividad por la importancia del trabajo en equipo: Este es otro de los retos a los que se enfrentan los profesores de Educación Física a la hora de integrar la práctica conjunta del deporte entre alumnos con y sin discapacidad. Se dan muchos casos en los que el nivel de competitividad de un alumno puede comprometer su actitud hacia la inclusión. “Cuando la competición se vuelve el enfoque principal se genera una mentalidad individualista y excluyente que valora más la victoria personal que la cooperación y el respeto hacia los demás. Para contrarrestar esto es recomendable equilibrar dicha competitividad con la colaboración y el trabajo en equipo”, aconseja el director del programa DIE.

Además apunta que “en ocasiones es el propio docente también el que tiene que abrir su mente para superar la idea de que el objetivo principal del deporte se basa en ganar o perder y entender el concepto de deporte como un proceso de mejora individual en una habilidad, pero compartida con otros”. De lo que se trata, en definitiva, es de disfrutar todos participando en igualdad al practicar un deporte y el éxito del Programa DIE demuestra que esto es posible.

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