Poesía y filosofía

En los últimos posts vimos que en algo tan cotidiano como estar tirado en la playa se puede encontrar la filosofía, y cómo ésta puede llevarte a encontrar algo nuevo. En esta ocasión veremos cómo la poesía propone una tarea distinta.

Escribía Deleuze en su libro “¿Qué es la filosofía?” que el trabajo del filósofo es la creación de conceptos, mientras que el poeta crea afectos. De la misma manera que los conceptos cobran un sentido que no necesita del autor que los ideó, los afectos se independizan de las afecciones subjetivas de los propios autores. “Para ello” escribe este autor, “hace falta un método, que varía con cada autor y que forma parte de la obra. Los escritores no se encuentran al respecto en una situación diferentes de los pintores, de los músicos, de los arquitectos. El material particular de los escritores son las palabras, y la sintaxis creada que sube irresistiblemente en su obra y pasa a la sensación”. Con su obra, los escritores van más allá de las percepciones vividas, y en esta labor a través de su método, generan un movimiento por el que el lector puede dejarse arrastrar y transformar (al menos durante un tiempo).

Los propios poetas suelen tender a escribir en algún momento sobre qué es lo que hacen. En muchas ocasiones sus “poéticas” (que así se llama esta reflexión sobre la poesía), no son verdaderas reflexiones, sino poemas en sí mismos, que resultan más cercanos a la intuición que a la conceptualización. En este caso traigo un conjunto de textos en los que diferentes poetas tratan de expresar su relación con la poesía.

El artículo plantea cinco preguntas acerca de la poesía, cada una acompañada de algún tipo de práctica para pensar acerca de ella y un texto de un poeta, una poética, que puede ser en prosa o en verso.

¿Por qué la poesía es algo difícil de definir? Definir es decir lo que una cosa es. Así que una buena definición debe permitir identificar lo que se define entre otras cosas o seres. Pero tradicionalmente los poetas y los estudiosos de la literatura han encontrado dificultades para dar una definición de la poesía que convenza a todos. ¿Por qué es así?

Pensemos entre todos dos listas, en una pongamos cosas que sean fáciles de definir, y en otra cosas que son difíciles. ¿Qué tienen en común las cosas difíciles de definir?

¿Se puede saber lo que es algo sin necesidad de poder definirlo?

Escuchemos la voz de Jorge Luis Borges:

Si tengo que definir la poesía y no las tengo todas conmigo, si no me siento demasiado seguro, digo algo como: «poesía es la expresión de la belleza por medio de palabras artísticamente entretejidas». Esta definición podría valer para un diccionario o para un libro de texto, pero a nosotros nos parece poco convincente. Hay algo mucho más importante: algo que nos animaría no sólo a seguir ensayando la poesía, sino a disfrutarla y a sentir que lo sabemos todo sobre ella.

Esto significa que sabemos qué es la poesía. Lo sabemos tan bien que no podemos definirla con otras palabras, como somos incapaces de definir el sabor del café, el color rojo o amarillo o el significado de la ira, el amor, el odio, el amanecer, el atardecer o el amor por nuestro país. Estas cosas están tan arraigadas en nosotros que sólo pueden ser expresadas por esos símbolos comunes que compartimos. ¿Y por qué habríamos de necesitar más palabras?

Vivimos en una época en la que se valora mucho la utilidad. ¿Es que no hay cosas que tengan valor por si mismas y no en función de su uso? Seguramente estamos de acuerdo en que las personas no tienen valor solo porque sean más o menos útiles para alcanzar una u otra cosa, sino que cada persona es digna por el mero hecho de ser humana. Pero ¿no pasa lo mismo con la naturaleza?, el afán de utilizad, de tomar la naturaleza como un recurso para los fines de nuestras sociedades nos ha metido en el lío ecológico en el que estamos ahora. Entonces, ya tenemos al menos dos seres que no merecen ser valorados exclusivamente por su utilidad, el ser humano y la naturaleza. ¿Hay alguno más?, ¿la cultura quizá?, ¿la poesía?

Escuchemos la voz de Cristina Peri Rosi

Para mí cumple dos funciones: primero, es la memoria de las emociones y de los sentimientos. Nos da la identidad contra el olvido. La segunda función es la de espejo, es el otro lado del espejo de lo real: abre las puertas para acceder a esa zona de lo íntimo a la que la novela no llega, porque cuenta hechos. A la poesía le basta con expresarlos.

No hay que desanimarse si en ocasiones un poema no nos dice nada, quizá no es su momento. Pero puede que, definitivamente algo que nos cierra la puerta a la poesía es un afán demasiado intenso por comprender. Algunos autores han visto la poesía como un misterio imposible de resolver. O incluso como un misterio que si llegara a ser resuelto arruinaría también algo importante de la naturaleza humana.

Escuchemos la voz de Jane Austen

Me pregunto quién sería

el primero en descubrir

la eficacia de la poesía

para acabar con el amor.

Pero en la búsqueda de expresar el misterio de la realidad el poeta pone en juego su propia vida. Igual que el alfarero usa la arcilla y el torno, o el escultor usa la piedra y el cincel, el poeta usa el lenguaje y sus sentimientos.

Escuchemos la voz de Fernando Pessoa

El poeta es un fingidor.

Finge tan completamente

que hasta finge que es dolor

el dolor que en verdad siente.

Y, en el dolor que han leído,

a leer sus lectores vienen,

no los dos que él ha tenido,

sino sólo el que no tienen.

Y así en la vida se mete,

distrayendo a la razón,

y gira, el tren de juguete

que se llama corazón.

Pero en definitiva, la poesía, por querer llegar a la esencia de las cosas es ambiciosa. Y en muchos casos no solo pretende expresar la realidad, si no también modificarla.

Escuchemos la voz de Raymond Queneau

Un poema es muy poca cosa

Apenas algo más que un ciclón en las Antillas

Que un tifón en el Mar de la China

Un temblor de tierra en Formosa

Una inundación del Yang Tse Kiang

Que ahoga a cien mil chinos de golpe

Zas

No eso no da siquiera tema para un poema

Es muy poca cosa

Nos divertimos mucho en nuestro pequeño pueblo

Vamos a edificar una nueva escuela

Vamos a elegir nuevo alcalde y cambiar los días de mercado

Estamos en el centro del mundo ahora estamos cerca del río

océano que corroe el horizonte

Un poema es muy poca cosa.

Sin duda hay muchos autores que han escrito sobre el valor o la función de la poesía. ¿Cuáles son los tuyos?