En busca de la conciliación de la vida laboral y familiar en verano

Abuelos, campamentos de verano, licencias sin sueldo… Son innumerables las formas en las que las familias intentan conciliar vida familiar y laboral durante los meses de julio y agosto; los niños en edad escolar disfrutan de sus vacaciones de verano, pero la rutina continúa para las familias, que hacen encaje de bolillos durante la semana.

El 34% de los hogares españoles con niñas y niños no pueden permitirse irse de vacaciones o enviar a sus hijos a campamentos de verano, según un estudio de Save the Children. Esta situación se agrava por el elevado coste de estas actividades, que puede representar hasta el 20% del gasto anual en la crianza de un niño o niña, según cálculos de la organización.

El teletrabajo y las redes de apoyo familiar son imprescindibles para que las familias puedan conciliar durante el verano. Sin embargo, y aunque el teletrabajo aumentó un 19,4% en 2023, la proporción de teletrabajadores en el total de ocupados continúa siendo mínima con un 13,6%, según Adecco Group Institute.

Guille cumple 6 años en agosto. Su madre, Ainhoa Delgado, trabaja actualmente a 30 horas en una clínica de estética, aunque ahora mismo se encuentra de baja. En verano se organiza como puede, “haciendo encaje de bolillos”, porque la conciliación en su sector es “nefasta”.

Normalmente suelen apuntar al pequeño al campamento del colegio durante quincena, lo que les supone, aproximadamente, unos 200 euros. Un coste “excesivo” que le lleva a “sacrificar otras cosas”.

Por su parte, Rocío García, madre de un niño de 12 años y técnica en una empresa pública a tiempo completo con 2 días y 11 tardes de teletrabajo al mes, se apoya en campamentos y familiares para poder conciliar durante los meses de verano.

El coste de las actividades a las que irá su hijo este verano será de unos 1.500 euros. Un gasto que “de momento” puede asumir, pero que es consciente “no todas las familias pueden”.

Lo más complicado para Rocío es cuadrar las horas de entrada y salida de los campamentos. Este año su marido y ella han escogido un campamento cerca del trabajo para poder dejarle a las 8:15 de la mañana y recogerle a las 15:30 de la tarde “para que cuadre con el horario del trabajo”.

Raúl Moreno tiene un hijo de 15 años, es ingeniero de caminos y trabaja como autónomo desde casa. “En verano nos movemos según nos conviene”.

El teletrabajo se ha convertido en una herramienta fundamental para la conciliación laboral y familiar, especialmente durante los meses de verano. Al permitir a los padres trabajar desde casa, se facilita la supervisión y cuidado de los hijos sin necesidad de desplazamientos, lo que ahorra tiempo y reduce el estrés asociado a la logística diaria.

“Mi hijo no va a campamentos, hacemos cosas enfocadas a él, pero los tres juntos”, dice Raúl que calcula un gasto de unos 500-600 euros en las vacaciones de su hijo.

Los niños tienen aproximadamente 11 semanas de vacaciones de verano, mientras que los padres suelen tener entre 3 y 4 semanas de vacaciones anuales, lo que hace que la conciliación sea difícil.

Rocío tiene jornada de verano en julio y agosto, pero su marido no. “Aunque esta medida no se realiza en la empresa a modo de conciliación, sí que ayuda a ello”, dice Rocío, que asegura que previo a la pandemia se organizaban en su empresa campamentos de verano para hijos de empleados, una medida “excelente, que ayudaba muchísimo durante el verano a la hora de organizarte con los hijos”.

Ainhoa asegura que en su empresa no existe ninguna diferencia entre invierno y verano y que, por tanto, “conciliar durante el verano es complicado”. Intentan hacer cosas con su hijo de 6 años por la tarde “para que no se aburra” y “pase tiempo con otros niños”, pero “es difícil sacar tiempo y organizarse”.

“Debería haber más ayudas para que las familias puedan conciliar, sobre todo para aquellas que tienen menos ayuda familiar e ingresos”, dice Ainhoa, que no cree que la solución esté en que los abuelos puedan cuidar 24/7 a los nietos, sino en que las empresas ayuden de verdad a las familias y en que existan más campamentos gratuitos. “Los campamentos del ayuntamiento o la comunidad tienen horarios y también hay que pagarlos, aunque sean más económicos”.

En Ayuntamiento de Madrid mantiene algunos colegios abiertos en verano, dentro del programa  ‘Centros Abiertos en Inglés’, para que los niños puedan acudir a los centros y realizar talleres y actividades y «seguir fomentando la conciliación de la vida laboral y familiar», según la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz.

Un total de 41 colegios públicos de Infantil y Primaria participan en el mes de julio. Del 1 al 14 de agosto, 21 centros continuarán con estos campamentos que ofrecen actividades con las se pretende que los niños mejoren sus habilidades en idiomas a la vez que se potencia su crecimiento personal.

El horario es de 7.30 a 16.00 horas, durante el que se incluye servicio de desayuno y comida. La condición para acceder a estos campamentos es que, al menos, uno de los progenitores trabaje. El precio para el período 3 del 1 al 14 de agosto (10 días de servicio) se puede encontrar en la web del Ayuntamiento de Madrid y es:

• General: 95 euros
• Con título de Familia Numerosa General en vigor: 66,50 euros
• Con título de Familia Numerosa Especial en vigor: 47,50 euros

De las 13.800 plazas totales, un 20 % del total de las plazas son gratuitas y se destinan a menores en situación de emergencia o riesgo de exclusión social que son derivados desde los servicios sociales municipales.