Niños con dificultades del lenguaje: cinco ejercicios útiles
Los docentes debemos estar preparados para facilitar ejercicios y dinámicas que favorezcan la superación de esas complicaciones infantiles con la lengua. ¡Te contamos de qué modo ayudar a los peques con estas limitaciones y problemas!
¿Cómo ayudar a los peques con dificultades de lenguaje?
Algunas cualidades requeridas para lidiar con estos retos no se aprenden en los libros. El aprendizaje personalizado exige paciencia, comprensión y tiempo. Insistimos: cada niño es único, por lo que aprende a su propio ritmo.
Necesitas adaptar las actividades para niños a cada caso concreto. Al adecuar las actividades de aprendizaje a las necesidades individuales de cada infante se obtienen mejores resultados. Además, necesitas contar con recursos adecuados: libros, juegos interactivos, aplicaciones educativas y material audiovisual.
La clave contextual está en fomentar un ambiente inclusivo y estimulante que promueva la participación activa y el disfrute del aprendizaje. Con el tiempo y el apoyo adecuados, estos niños superan sus dificultades y alcanzan su máximo potencial comunicativo.
La importancia de los refuerzos individualizados
Grábatelo a fuego. La prioridad es adaptar el aprendizaje a las necesidades individuales de cada alumno, que tiene diferentes dinámicas y estilos de aprendizaje.
Así, es conveniente:
- Identificar las áreas específicas en las que el niño presenta dificultades.
- Diseñar estrategias y actividades personalizadas para abordarlas. Por ejemplo, si un niño tiene dificultades con la pronunciación, se pueden realizar ejercicios específicos para fortalecer los músculos faciales y mejorar la articulación de los sonidos.
Con esta adaptación del aprendizaje a las necesidades individuales de cada niño, se fomenta su participación activa y se maximiza su potencial de desarrollo del lenguaje.
¿Qué actividades para niños con problemas de lenguaje son las más recomendables?
Aprender el abecedario o disfrutar con la lectura, por ejemplo, también requieren una labor individualizada. En este caso, puedes desarrollar el lenguaje con actividades para niños que han demostrado su eficacia e idoneidad. A continuación, hemos seleccionado algunas de las que podrías utilizar en tus próximas clases de lengua.
1. Tarjetas
Utilizar cartulinas con referencias a los sonidos es una ayuda muy útil para los peques que aprenden el lenguaje. Se convierten en elementos visuales que ayudan a la percepción acústica; recuerda que lo que llega por varios sentidos se graba antes y mejor.
Utilízalas, sobre todo, para enseñar a pronunciar bien cada sílaba. En todo caso, integra el ejercicio como si fuera un juego, con recompensas atractivas en los distintos aciertos.
2. Delante del espejo
El mismo principio anterior rige para recomendar el uso de estas dinámicas de aprendizaje personalizado. Delante de un espejo, los peques con dificultades de pronunciación aprenden a colocar y mover correctamente la boca.
Su finalidad es permitirles monitorizar visualmente aspectos como:
- El cierre labial.
- El tamaño de la boca.
- La forma de la abertura labial.
- La posición de la lengua dentro y fuera de la boca.
3. Entrenamiento de la lengua
La lengua es uno de los órganos más importantes para el dominio del lenguaje. Es importante que, cuanto antes, los peques sean conscientes de que pueden moverla y utilizarla a su antojo. Estas dinámicas se convierten en entrenamientos prácticos que favorecen su dominio.
Se trata de realizar repeticiones de estos ejercicios en un entorno desenfadado, natural e inspirador. Acompaña al alumno y haz los ejercicios también como él, para que tenga referentes y viva la experiencia de un modo desenfadado.
Estas son las actividades más indicadas:
- Sacar y meter la lengua despacio, hacia delante hacia atrás.
- Sacarla y dirigirla hacia la nariz, primero, y hacia la barbilla después. El objetivo es acercarla todo lo posible, dentro de las posibilidades.
- Mover la lengua dentro de la boca, hasta tocar con la punta el paladar, la cara interna de los dientes, las muelas, etcétera.
4. Frases locas
Este es un juego muy divertido para alumnos de entre tres y seis años. Consiste en proporcionarles tres o cuatro palabras divertidas y disparatadas entre sí. Por ejemplo: «chuches», «coche», «reír» y «erizo». Con ellas, deben construir una frase coherente en un par de minutos.
Lo puedes hacer de manera individual o en grupos reducidos; en todo caso, participa con ellos y ponte a su nivel para estimularlos.
5. Juego «Cuando hago tal cosa»
Consiste en idear una situación y pedir al alumno que se la imagine y diga palabras relacionadas con ella. Por ejemplo: Cuando voy de viaje pongo en mi maleta… Los peques dirán: pantalones, camisetas, neceser, zapatos, toallas, traje de baño… y lo que se les ocurra.
Sirve también para ejercitar la atención y la memoria. Cuando se juega en grupo, está prohibido repetir, por lo que es necesario recordar lo que han dicho los compañeros.
Como ves, hay buenos recursos para compensar las dificultades del lenguaje en clase. Si apuestas por este aprendizaje personalizado, cuéntanos tu experiencia y así podremos aprender de tus vivencias.