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¿Cómo mantener a los niños ocupados durante las vacaciones? Con LSE

Leisure, Sports and Educational activities es la combinación de tiempo libre, deporte y actividades educativas que recomiendan los psicólogos de la Universidad Europea para que los más pequeños de la casa disfruten y aprovechen el verano. Los expertos aconsejan también a los padres y madres que planifiquen para sus hijos durante los meses estivales tareas que tengan un propósito. 
RedacciónMartes, 13 de agosto de 2024
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Los expertos recomiendan compaginar el tiempo libre, el deporte y las actividades educativas durante el periodo estival. El verano es una excelente época para visitar museos. © ADOBE STOCK

Las vacaciones son una oportunidad para que los niños se relajen, aprendan y disfruten de nuevas experiencias. Sin embargo, es crucial equilibrar la actividad con el tiempo de descanso. Los progenitores deben tener en cuenta las necesidades y preferencias de sus hijos para alternar los momentos de ocio y relax con la realización de tareas que estimulen su capacidad cognitiva.

“Cada familia es un mundo y mientras algunos padres optan por jornadas más relajadas y tranquilas, otros se esfuerzan por programar agendas repletas de actividades. Lo ideal es diseñar para cada día un horario estructurado que combine tiempo libre, deportes y alguna tarea educativa”, explica Sergio Pérez Ruiz, profesor de Psicología de la Universidad Europea de Valencia, en alusión a la fórmula ‘LSE’ por sus siglas en inglés.

Mantener a los niños activos a través del deporte, juegos al aire libre o excursiones no sólo contribuye a su desarrollo físico, sino que también promueve hábitos saludables. Del mismo modo, las visitas a museos, talleres creativos o cualquier otro tipo de tareas educativas, ofrecen a los más pequeños la oportunidad de aprender fuera del aula contribuyendo a estimular su curiosidad y fomentan su interés por aprender.

“Además, es fundamental que los niños vean que todo lo que sus padres han ideado para ellos durante las vacaciones, tiene un propósito, ya sea la interiorización de los valores del deporte, como la disciplina y el esfuerzo, o el refuerzo de alguna asignatura en la que pueden ir más flojos en el colegio”, explica el profesor Pérez Ruiz.

En cuanto a los riesgos de una excesiva actividad entre un curso escolar y otro, el especialista advierte de un posible agotamiento físico y mental de los menores si su agenda estival está demasiado cargada, pudiendo producirse situaciones de estrés o ansiedad en los casos más extremos. Igualmente, también pueden sufrir una pérdida de creatividad si no se les deja tiempo para el juego libre, que les permite explorar sus propios intereses y desarrollar la imaginación.

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