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Démosles a los niños la oportunidad de descubrir el mundo por sí mismos (1)

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Quisiera que esta frase nos sirviera de reflexión a nivel personal, como adultos que somos y porque, además, tenemos en nuestras manos la educación de los niños de 0 a 3 años; la responsabilidad, por tanto, será mayor.

Nos parece que un bebé de 6 meses es muy frágil y necesita de toda nuestra atención; en muchos momentos, sí, sin duda alguna; pero en otros tantos será necesario dejarle para que se mueva en libertad.

Todos sabemos que en el primer año de vida surgen todos los cambios de movimientos y posturas corporales; desde permanecer echado boca-arriba en un tatami o colchoneta, hasta llegar a caminar solito, algo que es el gran logro de los pequeños.

Lo conseguirá cada niño solo, debido a su empeño y deseos de hacerlo; y son retos muy importantes para él, por lo que deberemos dejarle que lo consiga libremente.

A veces los adultos, nos adelantamos y colocamos a los pequeños en posturas que aún no manejan por si mismos; y ahí los tenemos incómodos, haciendo esfuerzos por mantener el equilibrio, que por sí mismos no dominan; porque no lo consiguen ellos, sino que se lo imponemos nosotros, aunque sea propuesto con la mejor intención por nuestra parte.

Es importante saber que la libertad de movimiento le permitirá al niño ejercitar nuevos movimientos y posturas.

Deberemos colocar al bebé boca- arriba, siendo esta la única postura en la que siempre tendríamos que ponerle; es la más segura y cómoda, puesto que estando así tendrá su cuerpo apoyado y podrá mover sus manos, brazos, piernas.

También podrá girar la cabeza a ambos lados, y así pasará tiempo mirando todo lo que pasa a su alrededor, pudiendo coger también los objetos a su alcance para explorarlos, mientras que se relaciona con sus coetáneos y adultos.

Poco a poco el niño intentará darse la vuelta, para adoptar la segunda postura: boca-abajo.

Supone una sorpresa y una satisfacción, aunque al principio no la tenga totalmente asimilada; le podremos ver pasar de la posición "boca arriba" para colocarse de "medio lado", adoptando esta postura intermedia hasta llegar a conseguir ponerse boca-abajo.

Supone muchos días de intentos y de esfuerzos, pero sabemos que lo conseguirá pronto.

Existe una armonía y continuidad en cada movimiento y postura; por ello deberemos estar tranquilas y relajadas, dispuestas a disfrutar con el pequeño, con cada avance y nuevo movimiento o postura que consiga dominar.

Los niños irán consiguiendo nuevas posturas y movimientos, pero siempre les veremos volver a adoptar posturas y movimientos anteriores, sin que desaparezca ninguna.

Porque los niños se acomodan y se relajan cuando dominan su postura y están a la vez empeñados en conseguir la siguiente.

Se produce una secuencia en el desarrollo de los movimientos, que por propia iniciativa descubren por si mismos los niños y pasa por las siguientes posturas:
1. De boca-arriba a boca abajo pasando por la postura intermedia de medio lado, y girando de una posición a la otra.

2. Reptar y hacer desplazamientos gateando, desde movimientos más lentos hasta su pleno dominio.

3. Luego llegará la posición semisentada y la posición erecta sobre las rodillas.

4. Continuará la fase o postura de ponerse de pie agarrados a un mueble, sillón, o mesa, para ayudarse también de estos apoyos, y así volver a la fase de sentados. Llegando a esta fase, los niños adquieren mucha autonomía porque pueden desplazarse agarrados a cualquier apoyo y recorrerse todo el espacio de que se dispone, el aula, los pasillos, el baño.

5. En este ir y venir por los espacios, los adultos podremos observar cómo se paran los niños en medio de la clase y, sin apoyo alguno, comenzarán a probar su equilibrio y a jugar con él; porque tienen recursos, si les falla dicho equilibrio, dado que saben pasar a sentarse sin dificultad alguna.

6. Por último, comenzarán los primeros pasos; es tarea difícil que precisa de mucha concentración, empeño, atención, y dominio de los propios movimientos; se necesita coordinación de movimientos, para poder despegar el pie del suelo y dar un paso que acompañará al siguiente paso, hasta conseguir dominar la marcha. Es un gran reto.

Siempre que consiguen adoptar una postura más avanzada de la que tenían, los niños juegan y se recrean con la anterior, que es la que les da seguridad.

Conseguir ponerse de pie va unido a poder sentarse; se producen las dos acciones simultáneamente.

Cuando dejamos que cada pequeño pueda vivir cada fase de su desarrollo y que sea él el que descubra, experimente y perfeccione cada postura y movimiento, adquirirá la autonomía necesaria y será un niño seguro y conocedor de sus posibilidades y limitaciones.

Cuando dejamos que los niños se muevan en libertad, hemos tenido el inmenso placer de observar los estilos e individualidades diferentes; hemos podido celebrar los avances y logros con cada uno de los alumnos a nuestro cuidado y educación y, por lo tanto, habremos conseguido niños seguros y capaces, independientes y autónomos.

Por lo tanto, démosles a los niños la oportunidad de descubrir el mundo por si mismos.

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