"Soy mi propio guía": el proyecto innovador que revoluciona los viajes de estudios
Un crucero por el Mediterráneo destinado a los alumnos de 1º de Bachillerato llevó a los estudiantes a explorar ciudades históricas como Marsella, Génova, Florencia, Nápoles y Palma de Mallorca. © ADOBE STOCK
En enero de 2024, el instituto Mariano Baquero de Murcia llevó a cabo un innovador proyecto educativo titulado «Soy mi propio guía» a bordo de un crucero por el Mediterráneo, destinado a los alumnos de 1º de Bachillerato. Este proyecto, dirigido por los profesores Rubén Juan Serna y Maica Mula, convirtió el viaje de estudios tradicional en una experiencia pedagógica integral, destacando por su enfoque en el aprendizaje activo, la integración de tecnología y el uso responsable de la inteligencia artificial.
El proyecto «Soy mi propio guía» llevó a los estudiantes de 1º de Bachillerato a explorar ciudades históricas como Marsella, Génova, Florencia, Nápoles y Palma de Mallorca. En las semanas previas al viaje, los alumnos se encargaron de la creación de fichas informativas sobre monumentos, acontecimientos históricos, gastronomía y elementos culturales locales. Esta preparación les permitió asumir el rol de guías turísticos durante el viaje.
Rubén Juan Serna, experto en Historia del Arte y guía oficial de turismo titulado, se centró en la dimensión cultural del proyecto, brindando a los estudiantes una comprensión profunda de los contextos históricos y artísticos. Maica Mula, especialista en Lengua y Literatura, trabajó en el desarrollo de las habilidades de comunicación de los alumnos, apoyándolos en la redacción de textos y en sus exposiciones orales.
Los contenidos explicados por los estudiantes no se limitaron a aspectos monumentales o artísticos. También abordaron cuestiones culturales, históricas y gastronómicas. Por ejemplo, en Nápoles, una de las explicaciones más llamativas fue sobre la figura de Maradona y la importancia que tuvo en la ciudad. Esta inclusión permitió a los alumnos conectar la historia reciente de Nápoles con la cultura popular, destacando cómo un ídolo deportivo puede marcar la identidad de una ciudad.
Además, se habló del Vesubio, no solo como un elemento geográfico, sino también geológico e histórico, que ha condicionado el desarrollo de las ciudades cercanas desde la antigüedad. Los estudiantes también tocaron temas culinarios, como las famosas pizzas napolitanas y las tradiciones gastronómicas que han perdurado a lo largo del tiempo. De esta forma, el proyecto no solo abarcó contenidos de carácter patrimonial y artístico, sino que abrió la puerta a explorar diversos campos culturales, creando una experiencia educativa multidimensional.
Un aspecto innovador de este proyecto fue la utilización de inteligencia artificial, concretamente ChatGPT, de forma responsable y pedagógica. Los estudiantes emplearon esta herramienta para estandarizar las fichas de cada obra de arte, asegurando que la información fuera precisa y coherente en todos los documentos. Esta integración de la IA no solo facilitó la creación de contenido, sino que también enseñó a los alumnos cómo usar tecnología avanzada de manera crítica y constructiva.
- Trabajo en equipo: La colaboración fue esencial para el éxito del proyecto. Los estudiantes trabajaron en grupos para investigar y preparar presentaciones sobre diferentes aspectos de cada destino. Este trabajo en equipo les enseñó a coordinar esfuerzos y resolver problemas en conjunto, habilidades valiosas tanto en el ámbito académico como en el profesional.
- Superación de la vergüenza: Asumir el papel de guías turísticos ayudó a los alumnos a superar el miedo a hablar en público. La experiencia les permitió practicar sus habilidades de oratoria en un entorno real, aumentando su confianza y capacidad de comunicación.
- Asunción de responsabilidades: Cada estudiante asumió responsabilidades específicas en la preparación y presentación de la información. Este enfoque les ayudó a desarrollar un sentido de responsabilidad y a entender la importancia de cumplir con los compromisos.
- Capacidad de planificación y organización: La elaboración de itinerarios obligó a los alumnos a crear recorridos lógicos, priorizar los lugares a visitar y establecer rutas coherentes con el tiempo disponible. La planificación precisa y el uso de un documento colaborativo en Google Drive, que incluía mapas y detalles de cada visita, les enseñaron a gestionar la información y a organizar eficientemente su tiempo.
- Preparación en el barco: Durante el tiempo en el crucero, los alumnos que al día siguiente tenían que presentar repasaban los contenidos junto a los profesores. Esta revisión colaborativa aseguraba que las presentaciones fueran precisas y bien preparadas, brindando a los estudiantes la oportunidad de ajustar sus exposiciones en función de los comentarios recibidos.
Uno de los aspectos más interesantes de este proyecto fue la transformación del uso habitual del teléfono móvil entre los adolescentes en una virtud. Dado que los alumnos ya dominan el uso de sus dispositivos, se les animó a emplearlos como herramientas educativas. A través de un documento colaborativo en Google Drive, que contenía información detallada, fotografías y una planificación meticulosa de cada visita con Google Maps, los estudiantes usaron sus teléfonos para acceder a una guía de contenidos digital y un itinerario geolocalizado. Esto les permitió orientarse en cada ciudad, estar siempre informados del itinerario y llevar un control preciso de las rutas, convirtiendo una costumbre tecnológica en una herramienta de aprendizaje.
El proyecto «Soy mi propio guía» no solo ofreció una experiencia de aprendizaje enriquecedora, sino que también resultó en un ahorro significativo para las familias al eliminar la necesidad de contratar guías locales. Este ahorro contribuyó a reducir el coste total del viaje, haciéndolo más accesible.
El impacto del proyecto ha sido notable, con un creciente interés por parte de otros centros educativos que desean implementar metodologías similares en sus viajes de estudios. Los estudiantes del instituto Mariano Baquero valoraron profundamente la oportunidad de aplicar sus conocimientos en un entorno real y desarrollar habilidades prácticas. Las familias elogiaron la creatividad del proyecto, que integró conocimientos académicos con habilidades personales y tecnológicas.
«Soy mi propio guía» ha demostrado cómo la educación puede beneficiarse de enfoques innovadores y metodologías modernas, ofreciendo una experiencia de aprendizaje significativa que prepara a los estudiantes para futuros desafíos.