Galicia anuncia la mayor modernización de su sistema educativo "de los últimos 30 años"

El conselleiro de Educación, Ciencia, Universidades y FP, Román Rodríguez, avanzó hoy que Galicia inicia este curso la mayor modernización del sistema educativo gallego de los últimos 30 años. El representante de la Xunta se refirió de este modo a los cambios organizativos que se estrenarán en la vuelta a las aulas fruto del histórico acuerdo firmado con las organizaciones sindicales y que continuarán ampliando su alcance progresivamente a lo largo de los próximos años académicos.

Acompañado de su equipo, Román Rodríguez detalló las líneas de trabajo que su departamento está iniciando coincidiendo con el comienzo del segundo cuarto del siglo XXI, al entender que nuevos tiempos y nuevas realidades exigen nuevas respuestas y recursos. «Nunca antes comenzamos un curso escolar con una batería de medidas y novedades tan amplias y de tanto calado como las que hacemos ahora», afirmó el conselleiro.

«Es un cambio que emprendemos desde Galicia y para Galicia. Una transformación sin precedentes tras algunas oportunidades perdidas en las nuevas leyes educativas estatales», reflexionó. En ese sentido, propone que Galicia «sea la avanzadilla de España». Para eso, parte de una buena situación, con una educación por encima del promedio de España y de la Unión Europea según los informes comparativos nacionales e internacionales. Después de subrayar que la enseñanza es uno de los aspectos que más ha avanzado y contribuido al progreso de Galicia nos últimos 25 años, Román Rodríguez llamó a «no conformarse ni acomodarse».

Román Rodríguez comenzó su intervención con un agradecimiento a los empleados públicos de la Consellería, que vienen trabajando a lo largo de muchos meses, también durante el verano, para preparar el nuevo curso y que realizan con éxito procesos tan complejos como la celebración de las oposiciones con más de 20.000 aspirantes.

A continuación, explicó que la pasada legislatura «fue una de las más complicadas que se recuerdan desde el punto de vista educativo, con la gestión del covid y la implementación atropellada de la nueva ley educativa estatal». Esta situación impidió abordar «otros cambios en el sistema educativo que consideramos necesarios» y que ahora comienzan.

Para hacerlo, la Xunta de Galicia cuenta «con una hoja de ruta planificada, con efectos inmediatos ya este mismo curso, pero con una visión a medio y largo plazo». En su opinión, «la estabilidad es uno de los ingredientes que mejor funcionan en la educación».

Con esa estrategia se quiere responder a nuevos retos demográficos, derivados de la caída de la natalidad o de la llegada de estudiantes de otros lugares, que constituyen una oportunidad para mejor la enseñanza; retos sociales ante una sociedad más abierta y plural, más sensible a diversas realidades, donde la inclusión ocupa un lugar principal; retos tecnológicos, desde la digitalización al aprovechamiento de la inteligencia artificial; retos laborales, adecuando la oferta de FP a las necesidades del tejido productivo e intensificando la relación entre centros y empresas, o retos arquitectónicos, con un nuevo modelo de centros, con espacios para metodologías innovadoras de aprendizaje y especial atención a la mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad.

Para eso, se trazan algunas líneas maestras de las que depende esta batería de medidas, como el acuerdo histórico firmado con tres de las cuatro organizaciones sindicales de la Mesa Sectorial; las evaluaciones de diagnóstico iniciadas este curso y que permitirán trazar estrategias de mejora; el Plan de Nueva Arquitectura, con una inversión récord en la renovación de centros, o el nuevo Plan FPGal360 que, desde este curso, buscará reducir el abandono escolar y asegurar la mayor cualificación posible de la juventud gallega.

Román Rodríguez se detuvo especialmente en el acuerdo sindical y, nuevamente, agradeció «la altura de miras, la visión, la responsabilidad y el compromiso» de los sindicatos que lo impulsaron. «Es un acuerdo sin precedentes que será recordado durante mucho tiempo. Aun no somos capaces de ver, en su justa medida, la trascendencia que va a tener en la enseñanza gallega en los próximos años y en las próximas décadas», declaró. Su dimensión y los cambios organizativos de calado que incluye hacen necesario esta aplicación «progresiva y proporcional» que acaba de comenzar en este 2024 con todas las medidas en marcha.

«El objetivo -manifestó el conselleiro- es mejorar la atención al alumnado, mejorar las condiciones del profesorado y mejorar el funcionamiento de los centros». Sobre esta cuestión, apuntó que existen «pequeñas discrepancias, lógicas y normales» con los sindicatos en la interpretación de dos puntos de la quincena que componen el acuerdo, sobre la velocidad de implantación. Ante eso, el titular de Educación explicó que la Consellería decidió atender las reclamaciones e ir más allá de lo inicialmente previsto para este curso.

Román Rodríguez enumeró, a continuación, la batería de medidas que empiezan a materializarse desde este curso. La primera de ellas, «la reducción del 20% del número de alumnos por aula» que comienza en 4º de Infantil, pasando de un máximo de 25 a 20, y que se ampliará año a año al resto de etapas hasta completar todo el sistema. Al respeto, recordó que la nueva ley educativa estatal no modificó estas ratios, por eso Galicia decide hacer el cambio a iniciativa propia, partiendo una buena situación, pues «ya éramos previamente una de las comunidades de España con mejores ratios medias».

Esta mejora está permitiendo que este nuevo curso se cuente con el mismo número de aulas -en concreto, con dos más- en las etapas de Infantil y Primaria a pesar de tener 4.000 alumnos menos matriculados. Eso hace que se puedan mantener abiertas 204 aulas que, con las anteriores ratios, cerrarían por falta de estudiantes. La estimación es que, a lo largo de los tres próximos cursos, esta cifra de aulas escale hasta un total de 900 preservadas.

Román Rodríguez considera que la atención a la diversidad es uno de los ámbitos «donde más ha avanzado la enseñanza gallega en poco tiempo», pero a la vez reconoció que nunca será suficiente y hay «mucho camino por recorrer». Ahí encuadra la nueva medida que comienza a aplicarse ya, una iniciativa pionera en España, que no existe otras comunidades: la ponderación del alumnado con necesidades educativas especiales por dos o por tres en base a los informes médicos que acrediten su nivel de discapacidad, de dependencia o de trastorno grave de conducta. Aunque inicialmente solo se iba a aplicar en 4º de Infantil, finalmente este cómputo empieza a realizarse en las etapas de Infantil y Primaria.

Esto supondrá un refuerzo del profesorado para que los centros puedan, en base a su autonomía organizativa, decidir la mejor opción pedagógica con la que emplear esta dotación extraordinaria: desdobles de grupo, tratando de evitar la ruptura de grupos preexistentes cuando no sea imprescindible; apoyo dentro del aula, coeducación con dos profesores simultáneos en clase, subgrupos en materias instrumentales…

Otro de los ámbitos de mejora es la enseñanza rural, «una de las señales de identidad de la educación gallega», recordó Román Rodríguez. En ese sentido, aseguró que se trata de un «modelo de proximidad» que despierta interés más allá de Galicia, de ahí las visitas recurrentes de delegaciones educativas de otros países y comunidades autónomas para conocerlo.

El conselleiro aludió al informe presentado el pasado año y que concluye que los alumnos del rural y del urbano obtienen los mismos resultados académicos, para lo cual es necesario realizar una inversión muy superior en entornos rurales debido a la dispersión geográfica. «Esto garantiza la igualdad de oportunidades y hace que Galicia sea la comunidad más equitativa», tal y como vienen afirmando los informes PISA en las últimas ediciones.

Para continuar mejorando, se recupera un acuerdo de agrupamientos firmado en 2009 y en el que la crisis económica impidió avanzar. «Lo recuperamos con la clara voluntad política de llevarlo a la práctica», señaló. De ahí que se introduzcan ya las dos primeras medidas. Por una parte, no cerrar centros rurales con cinco alumnos -aunque el mínimo establecido para funcionar es de seis por razones pedagógicas y de socialización- en aquellos casos en los que existen perspectivas de recuperar matrícula en los cursos siguientes.

Por otra parte, en lo referido a los agrupamientos, hasta ahora el número máximo de alumnos de distintos cursos de Infantil que compartían una mismo aula en el rural era de 18. A partir de este curso, gracias al acuerdo firmado con las organizaciones sindicales, será de 14. También esta medida, avanzó, se irá ampliando con mejoras progresivamente.

Finalmente, Román Rodríguez explicó las mejoras en la carrera profesional docente, «la pieza clave del sistema y del éxito educativo». De hecho, desde el pasado 1 de enero son efectivos varios incrementos salariales en base a complementos que recompensan la aquel profesorado que más se forma o que asume tareas de responsabilidad como pueden ser los equipos directivos, las tutorías o puestos asimilables. Estos incrementos salariales, que serán progresivos durante tres años, suponen en 2024 un aumento de la masa salarial de 14 M€ y propicia que Galicia escale puestos en las retribuciones docentes.

Además, a petición de los sindicatos, se reduce el horario lectivo del profesorado de Infantil y Primaria, que trabajará el mismo número de horas, pero distribuidas de otro modo, liberando horas de docencia para otras tareas como preparar clases. Igualmente, se están diseñando, junto a las organizaciones sindicales y centros, medidas para reducir las labores burocráticas, de manera que se pueda reinvertir ese tiempo en tareas estrictamente educativas. Además, se establecen mejoras para facilitar la conciliación, flexibilizando las reuniones virtuales. Por último, se duplican las ayudas al profesorado para gastos de formación, una medida publicada precisamente ayer en el Diario Oficial de Galicia.