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Cada euro invertido para sostener el DELE genera casi cinco de actividad económica

En el Día Europeo de las Lenguas, destacamos la presentación hace unos días del libro 'La certificación en español: un universo valioso. Cartografía y valor económico', una ambiciosa investigación desarrollada por el Observatorio Nebrija del Español y el Instituto Cervantes, a cargo de Susana Martín Leralta (Universidad Nebrija), Juan Carlos Jiménez (Universidad de Alcalá) y Miguel Carrera Troyano (Universidad de Salamanca).
RedacciónJueves, 26 de septiembre de 2024
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© OLIVER HERAS

La certificación en español va ligada a una rentabilidad social “clara y muy notable”. Cada euro invertido por el Instituto Cervantes para sostener el examen DELE (Diploma de Español como Lengua Extranjera) en todo el mundo genera casi cinco euros (4,7) de actividad económica ligada a la certificación (libros, clases, profesores, turismo idiomático…). “Es cierto que se trata de un beneficio, de un retorno social, repartido universalmente, pero con una clara potencialidad de aprovechamiento por parte de España y los países hispanohablantes”.

Esta es una de las conclusiones del libro La certificación en español: un universo valioso. Cartografía y valor económico, una ambiciosa investigación desarrollada por el Observatorio Nebrija del Español (ONE) y el Instituto Cervantes con el impulso de la Fundación Nebrija. Susana Martín Leralta, decana de la Facultad de Lenguas y Educación de la Universidad Nebrija; Juan Carlos Jiménez, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá; y Miguel Carrera Troyano, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Salamanca, firman un trabajo pionero en su área, sistematizado en tres partes: cartografía, valor económico y conclusiones y propuestas, sobre la base de un análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) de la certificación del español.

Los sistemas de certificación de dominio de español tienen un mayor peso en el continente europeo (más variedad de exámenes y demanda de títulos oficiales de español). El Diploma de Español como Lengua Extranjera (DELE) parece ser el de mayor presencia en el ámbito internacional: el más implantado en Asia y el que principalmente convive con los sistemas americanos en Estados Unidos, por delante del Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE). No obstante, en cuanto al número de candidatos evaluados, la certificación más popular es la del Consejo Americano de Enseñanza de Lenguas Extranjeras (ACTFL) de Estados Unidos.

Un mercado de 72 millones de euros

El libro, en sus casi doscientas páginas, no solo revela el citado retorno social, sino que, a través de una metodología novedosa, mide con precisión el valor económico de la certificación lingüística.

Sobre la valoración que resulta de las respuestas a una encuesta respondida por cerca de 16.000 candidatos, por la vía de los costes incurridos ─primera de las empleadas─ se obtiene una cifra anual de 53 millones de euros en DELE y 14 millones en SIELE (Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española), que suman 67 millones de euros. En términos individuales, esto supone un gasto medio de 520 euros por persona en DELE y 952 euros en SIELE (Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española), con una media ponderada de 575 euros.

La valoración contingente ─o subjetiva por parte de los candidatos, segunda vía metodológica, complementaria de la anterior─, muestra resultados similares: 51 millones de euros anuales en DELE (sumando valoración de los aprobados y disposición a pagar de los suspensos) y 21 millones en SIELE, que suman 72 millones de euros. En términos de valoración por persona, la media ponderada de ambos exámenes es de 623 euros. Aquí también los resultados son muy cercanos ─en torno a los 600 euros por candidato─ a los obtenidos a través de los costes incurridos.

Beneficios en el trabajo gracias a los certificados

Según el libro de Susana Martín Leralta, Juan Carlos Jiménez y Miguel Carrera Troyano, los trabajadores que se certifican para mejorar laboralmente obtienen del mercado unos beneficios “muy superiores” a otros que no buscan esa finalidad primordial. Estos beneficios marcan al menos un valor “mínimo” que casi dobla al del resto de los candidatos, y que se sitúa en Europa, Brasil, Norteamérica y Asia Oriental por encima de los 800 euros por candidato.

De acuerdo con los resultados centrados en la muestra DELE, hay una mayor proporción en general de trabajadores (sobre estudiantes u otras categorías), de mujeres sobre hombres, de mayores de treinta años y de titulados universitarios. “Por nacionalidades, los italianos ─más justo sería decir italianas─ sobresalen excepcionalmente. En fin, los datos revelan una muy alta satisfacción con su certificado (8,4 sobre 10 en el promedio total)”.

Por otro lado, la presencia de entidades certificadoras se concentra en ocho países: España, Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, México, Argentina y Corea del Sur, aunque la oferta resulta accesible desde cualquier lugar del mundo gracias a los exámenes en remoto. De acuerdo con el estudio de la Fundación Nebrija y del Instituto Cervantes, “las certificaciones aspiran a atender las demandas lingüísticas de cada región geográfica, lo que da como resultado una oferta diversa en públicos destinatarios, modalidades de examen y validez de los certificados”.

Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades

La certificación en español: un universo valioso. Cartografía y valor económico plantea un análisis DAFO del español en el conjunto de la certificación.

Como debilidades destacadas están el bajo peso del español en ámbitos clave de la ciencia, la economía y la política, y la falta de una estrategia común para potenciar el español por parte de los países hispanohablantes. También hay algunas específicas de la certificación, como la existencia de diferentes “culturas de certificación” en el mundo o la fragmentación de los mercados.

Entre las amenazas, el estudio comprueba la competencia de otras lenguas con políticas muy activas de promoción en enseñanzas para escolares, la escasa exigencia de certificaciones lingüísticas por parte de las administraciones públicas y la autocomplacencia con la situación actual, que puede limitar la ambición de las políticas de promoción de la certificación.

Las fortalezas señalan a la dimensión internacional del español, el atractivo de España y la América hispanohablantes o la expansión de la enseñanza de ELE en el mundo, sobre todo en el contexto escolar. Entre las específicas de la certificación se encuentran la variada oferta de certificaciones y su prestigio, la actividad editorial y de enseñanza aparejada a las certificaciones y la existencia del SICELE, un reconocido sello de calidad para la certificación del español.

De las oportunidades identificadas sobresale la tendencia al crecimiento del número anual de certificaciones. En el mercado de Estados Unidos, en concreto, se abren grandes esperanzas porque hay una creciente “prima salarial” para los trabajadores que hablan español, lo que puede sumar esfuerzos para impulsar la certificación en ese mercado. El fomento del Español como Lengua Extranjera y el aprovechamiento de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías constituyen otras dos oportunidades reflejadas en el libro.

Diez recomendaciones

Por último, la investigación incluye un decálogo de recomendaciones dirigido a “los tomadores de decisiones”: abrir y mantener una línea de estudio sobre la certificación del español, coordinar el trabajo de las distintas administraciones y agentes implicados en la certificación del ELE, adoptar y desarrollar medidas para potenciar la certificación del español en los distintos planos académicos, reforzar la formación de los profesores de ELE en evaluación certificadora a través de programas de máster y otros títulos específicos, crear y consolidar una imagen de marca de la certificación de ELE, obtener sellos de calidad por parte de las entidades certificadoras, desarrollar sistemas certificativos evitando así la fragmentación de la oferta, seleccionar y analizar casos de éxito, obtener y movilizar suficientes recursos económicos para potenciar la certificación del ELE, y demandar para la gobernanza de la certificación del ELE suficiente rango institucional.

Estas recomendaciones sirven de base a 18 propuestas concretas (de posicionamiento, de estructura y de producto) que se formulan con la intención de mejorar el universo certificativo del español.

Presentación en el Instituto Cervantes

El Instituto Cervantes celebró la presentación del libro en un acto que congregó a Luis García Montero, director del Instituto Cervantes; Gregorio Martínez, director de la Fundación Nebrija; Inés Soria Pastor, responsable de la Unidad de Certificación Lingüística del Área Académica del Instituto Cervantes, y los autores (Susana Martín Leralta, Juan Carlos Jiménez y Miguel Carrera Troyano).

Luis García Montero elogió la “vasta” investigación sobre un tema “relevante”: “El Observatorio Nebrija del Español es una referencia muy adecuada para investigar sobre certificación”, y en este impulso, el Instituto Cervantes “entiende el impacto e influencia a la hora de preparar una evaluación diseñada por objetivos significativos y buenas prácticas”.

Para Gregorio Martínez, la Fundación Nebrija no podía estar “en mejor sintonía” con los objetivos del Instituto Cervantes, “porque lo que hemos pretendido con este estudio y todos los trabajos realizados en el marco de nuestra colaboración es potenciar la certificación del español”. Después de resaltar la colaboración público-privada y la importancia de mejorar en el “mercado internacional de las lenguas”, el director de la Fundación Nebrija afirmó que la cartografía de la certificación del español, “el resultado de un proceso concienzudo de recogida de información”, es un estudio caracterizado por su originalidad y rigor.

Investigación de más largo alcance

Los autores también explicaron, durante el acto celebrado en el Instituto Cervantes, las principales cuestiones del libro, que refleja, según Juan Carlos Jiménez, “la síntesis de un proyecto de investigación de más largo alcance”. El profesor de la Universidad de Alcalá confesó que los tres docentes a la cabeza de estudio actuaron como “peritos tasadores” del valor del terreno “fértil” del español y como “ingenieros agrónomos” para ofrecer los consejos necesarios para mejorar en este ámbito.

“Es una obra de carácter pionero, adelantado, ambicioso y riguroso que cuenta con una mirada comprensiva y comprensible, un trabajo coral que ha contado además con una quincena de investigadores y asesores académicos”, señaló.

En el universo “muy valioso y en expansión” de la certificación del español, Juan Carlos Jiménez pidió “estrategia e inteligencia institucional para no caer en la inacción ni en la complacencia”. En este sentido, Jiménez recordó la labor que puede desempeñar el Observatorio Global del Español a la vez que solicitaba la creación de una Oficina de la Certificación y de un máster universitario sobre certificación.

85 exámenes de español

Para Susana Martín Leralta, La certificación en español: un universo valioso. Cartografía y valor económico es “una descripción panorámica, amplia y detallada para cualquier lector en la que hemos tratado de constatar la oferta y la demanda contemplando todos los factores de interés y diseñando una herramienta validada por los expertos”. En el ecosistema estudiado se han tenido en cuenta los 85 exámenes y los 3,5 millones de personas que entre 2018 y 2022 se presentaron a estas pruebas como punto de partida para analizar el valor económico.

Por su parte, Miguel Carrera precisó que no hay precedentes de un estudio que sienta las bases para posteriores indagaciones en certificación. Entre los datos económicos, insistió en los 600 euros de media que cada candidato gastó en los certificados de DELE o SIELE.

El libro en su totalidad o en su versión abreviada puede descargarse de forma gratuita en este enlace.

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