Dislexia: transformar la educación para liberar el potencial
Hoy se celebra el Día Mundial de la Dislexia. La dislexia es la dificultad en el aprendizaje de la lectura o la escritura, e históricamente ha sido percibida como una barrera para alcanzar el éxito académico. Sin embargo, esta no tiene por qué ser un problema si se replantea la metodología de enseñanza y de evaluación.
Amparo Iñesta, miembro de TRENCA-DIS: Asociación de dislexia y otras DEA de la Comunidad Valenciana, es madre de dos hijas con dislexia: Emma, de 15 años, y Nuria, de 10. La historia de Emma comenzó con problemas en la lectoescritura con 5 años. Amparo, al ser docente, pudo intuir de qué se trataba el problema y actuar.
No fue hasta un cambio de centro en 2º de Primaria, que Emma pasó de ser una niña bloqueada a una niña con acceso real al aprendizaje. Encontrar una maestra empática y que pudiera adaptarse a sus necesidades fue fundamental para su avance. La clave fue hallar una forma de evaluación alternativa a la tradicional, que le permitiera demostrar lo que realmente sabía sin depender de la lectoescritura.
Con Nuria fue más fácil al haber pasado por la misma experiencia con su hermana mayor, haciendo posible que a nivel emocional no padeciera lo mismo.
El caso de Alicia Vílchez, presidenta en funciones de la asociación GRANDIS, y también madre de dos hijas disléxicas, refleja otra cara de la realidad. Al principio pensaba que su hija mayor no quería estudiar o que no tenía interés en ello, pero se dio cuenta de que algo no iba bien con la lectura, aún demostrando capacidades en otras áreas.
Cada año nos toca volver a tener una tutoría con el profesor nuevo, y explicar qué es la dislexia y cómo afecta a mi hija, porque hay muchos maestros que no saben qué hacer con estos niños en clase
"Según cuenta, hace falta visualización en colegios e institutos, ya que las soluciones que se suelen dar son medidas generales como dejar más tiempo en los exámenes. Por otro lado, también existe un mayor riesgo de que estos niños sufran bullying, ya que prácticas como leer en voz alta o escribir algo en la pizarra son difíciles para ellos, causando frustración y desmotivación por el aprendizaje.
Afortunadamente, una maestra competente y un nuevo enfoque lograron cambiar el rumbo, pero Alicia insiste en que el sistema educativo aún no está preparado para atender adecuadamente a los estudiantes con dislexia.
Luz Rello, investigadora y creadora de la plataforma Change Dyslexia, conoce de primera mano el impacto emocional que la dislexia puede tener.
Antes de saber que se trataba de dislexia, yo lo que asumí es que era menos inteligente que el resto, ahí lo que se siente es tristeza por creer que eres menos aún trabajando más
"Aún en la adultez, sigue teniendo dificultades y cometiendo errores, lo que le genera frustración, por ello dice que es importante aceptar la dislexia e integrarla en el día a día, señalando que las emociones cambian drásticamente una vez que se logra esa aceptación.
Hoy en día hay más conocimiento, y eso es positivo, pero aún queda mucho camino por recorrer. Luz Rello, también insiste en la importancia del apoyo emocional de los padres, que deben hacer sentir a sus hijos queridos y valorados más allá de las notas académicas para fortalecer su autoestima.
La dislexia no es una barrera insalvable si se cuenta con las metodologías adecuadas. Los niños con dislexia son capaces de superar los desafíos y desarrollar habilidades como cualquier otro.
Los testimonios de Amparo Iñesta, Alicia Vílchez y Luz Rello nos recuerdan que detrás de cada diagnóstico hay un niño o adulto que necesita apoyo emocional, una familia que lucha contra la incomprensión y un sistema educativo que debe cambiar. Solo mediante la preparación, la empatía y el compromiso, lograremos una educación verdaderamente inclusiva. No se trata solo de adaptar el sistema a los estudiantes con dislexia, sino de transformar la educación para maximizar el potencial de todos los alumnos.