Recursos contra la ansiedad: Terapia de independencia
Dejar que los niños vayan solos al cole, a hacer los recados, a la biblioteca... son magníficos ejercicios para favorecer su independencia y fomentar la confianza entre padres e hijos. © ADOBE STOCK
Cuando hablamos de ansiedad, pensamos en niños. Pero el acceso a la tecnología también supone un aumento de la ansiedad en los padres, que disponen de más medios para controlar a sus hijos y por tanto descansan menos de esa función: es más, esa tarea invade otros aspectos de ser padres, impidiéndoles ejercitarlos y generando ansiedad. Para liberar a hijos y padres de esa ansiedad, el proyecto Let Grow propone «la experiencia de dejar crecer» o, dicho de otra forma, la independencia como antídoto contra la ansiedad.
Tareas tan sencillas como ir solos al colegio se han convertido en imposibles «gracias» a la tecnología; pero lo que se supone que debería dar más seguridad obliga a los padres a estar continuamente pendientes de donde están sus hijos. Esto, en sí mismo, no sería un perjuicio, de no ser porque de esa forma se deja de entrenar una habilidad fundamental: la confianza.
Si para un joven puede ser problemático incluso hacer una llamada de teléfono (un 81% decía hace dos años sentir «ansiedad» al hacerlo), el vídeo más popular del programa Let Grow es uno en el que un niño va solo… a una lavandería y explica cómo hacer la colada. La clave, según este programa, no está en el qué hacer, sino en el que sea una actividad real -no virtual: sin teléfonos ni ordenadores de por medio- y que se haga sin supervisión inmediata: con independencia.
Jonathan Haidt, que fue uno de los fundadores de Let Grow en 2017, publicó el libro titulado La generación ansiosa, para luchar contra lo que considera un «cambio drástico en la niñez que comenzó hace décadas, cuando el tiempo libre y el juego libre fueron reemplazados por una supervisión casi constante de los adultos. A medida que la independencia de los niños disminuía, su ansiedad y depresión aumentaban».
Haidt propone devolver a los jóvenes la independencia, la responsabilidad y el juego libre con compromisos sencillos como el de sacarles dos horas las tardes del viernes -sin teléfono- para que jueguen con otros niños en la calle:
«Si los padres no reemplazan el tiempo frente a la pantalla con experiencias del mundo real que involucren amigos y oportunidades para la actividad independiente, entonces prohibir los dispositivos se sentirá como una privación pura, no como un mundo abierto de oportunidades que se abre».
Hay que tener cuidado con evitar relacionar el concepto de Great Rewiring (gran reajuste) que Haidt creó para explicar los efectos de los smartphones sobre la salud mental de los jóvenes de la llamada Generación Z, con las posteriores teorías conspirativas surgidas en torno a la pandemia y la supuesta gran reconfiguración (Great Reset). Lo más parecido que encontramos en lengua española como advertencia frente a una pandemia de salud mental causada por los móviles sería la Revolución de los Salmones propuesta por el médico Miguel Ángel Martínez-González.
El profesor Peter Gray, otro de los cofundadores de Let Grow, subraya el papel desestresante que tiene lo que llaman actividades independientes:
“Los niños que tienen más oportunidades que otros de realizar actividades independientes no solo son más felices a corto plazo, porque las actividades generan felicidad y un sentido de confianza y competencia, sino también más felices a largo plazo, porque las actividades independientes promueven el desarrollo de capacidades mentales para afrontar eficazmente los factores estresantes inevitables de la vida”.
En el campo de la psicología médica, Let Grow propone la Terapia de Independencia expuesta por el doctor Camilo Ortiz, enviando a los colegios o padres que lo soliciten mediante un sencillo cuestionario, un manual terapéutico que termina con una propuesta de actividades que van desde pasear y practicar deportes, entrevistar a un vecino, hacer recados para los padres, ir a algún lugar sin mapa ni teléfono, sacar un libro de una biblioteca… hasta quemar un papel con una lupa o lamer una pila de 9 voltios.
Para quienes busquen organizar una yincana de actividades lúdicas tradicionales, bien podrían servirle repertorios con 150 juegos, o con solo 15 para hacer en casa, o con solo 10, supuestamente los más populares.
Y para los que gusten de los actos formales, Let Grow propone este modelo de compromiso mutuo de independencia para fortalecer la confianza entre padres e hijos:
COMPROMISO DE LOS PADRES
Todos sabemos que los niños necesitan tiempo libre no estructurado, tiempo para jugar y la oportunidad de resolver las cosas por sí mismos, porque es así como desarrollan habilidades para la vida, intereses profundos y resiliencia.
También sabemos que es muy difícil no intervenir para facilitarles las cosas, o darles buenos consejos, o simplemente tomar el control. (Pero entendemos que, cuando hacemos eso, en realidad les negamos a nuestros hijos experiencias de aprendizaje poderosas).
POR LO TANTO, ACORDAMOS: ¡Nos comprometemos a dar un paso atrás! ¡Permitiremos algo de frustración e imperfección! Dejaremos que los niños se aburran lo suficiente como para encontrar algo que hacer (además de ver TikTok). ¡Traeremos algunas tiritas y trataremos de no perder la calma!
ESTA NUEVA ACTITUD aliviará un poco la presión de los niños (¡y la nuestra!) y nos permitirá ver de qué son capaces.
POR LO TANTO: Asumimos el compromiso de los padres de Let Grow de dar un paso atrás para que nuestros hijos avancen.
Y A CAMBIO: Let Grow nos enviará una serie genial de 10 acciones de independencia, una por semana, que nos inspirarán a nosotros y a nuestros hijos a alcanzar nuevas cotas de confianza e independencia.
COMPROMISO DE LOS NIÑOS
El año que viene, por supuesto, creceré. Me gustaría tener un poco más de independencia y sé que eso también significa que tengo que demostrar lo responsable que soy.
ACORDAMOS POR LO TANTO: Que cada día comenzaré a hacer más cosas por mi cuenta, después de obtener el permiso de mis padres. No haré nada malo deliberadamente, como lastimar a alguien. Y no iré a ningún lugar sin permiso.
Básicamente, seré un buen niño, solo que con un poco más de independencia, responsabilidad y entusiasmo.
¡Eso es todo! Este es mi primer documento semilegal, ¡ahí va!
Let Grow ofrece experiencias y sugerencias con materiales gratuitos, tanto a las escuelas como a las familias, aplicables en dos grupos principales de edad: Infantil y Primaria (K-8 en EEUU) y Secundaria-Bachillerato (grados 8 a 12 en EEUU).
A la espera de una comprobación exhaustiva de la propuesta terapéutica del Dr. Ortiz, puede servir como acercamiento a la misma el resumen en cinco puntos que hace John Papola desde la perspectiva de un padre de familia. La premisa es que se trata de una Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), es decir, que parte de que nuestros pensamientos, emociones y comportamientos están interconectados, y que al cambiar patrones de pensamiento disfuncionales se pueden modificar emociones y conductas negativas. Estos son los cinco puntos que Papola dice haber aprendido de Ortiz:
- La ansiedad no es un defecto, sino una ventaja evolutiva que permitió sobrevivir a los que más se alarmaban, solo que en la actualidad no hay leones por las calles y tenemos que educar a nuestro cerebro para que no se altere demasiado frente a las falsas alarmas.
- Rechazar el catastrofismo es un paso concreto en esa dirección. El catastrofismo es una de las (entre 10 y 12) percepciones erróneas más habituales, según el Dr. Ortiz. En cuanto uno empieza a notar que las cosas van a acabar mal, debe esforzarse, cuando menos, por basarse en hechos contrastados.
- Disimular (o «fingir hasta que lo consigas»: fake it until you make it): hay que esforzarse en dar una visión positiva, aunque sea exagerada, hasta conseguir que quienes tienen una visión negativa se acerquen a la realidad, que no es tan triste como ellos la ven. La «activación cognitiva» seguramente, para los educadores, se puede relacionar con el efecto Pigmalión, aunque no es tanto estimular a que una persona confiando en que hará las cosas bien, cuanto recordarle que ya las ha hecho bien en el pasado. Esta es la filosofía detrás de la afirmación de que un simple paseo por el parque ya es beneficioso, porque, por pequeño que sea, es algo bien hecho que estimula nuevas acciones positivas: «Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes», como decía Yoda.
- No exagerar: antiguamente, solo se hablaba de traumas tras situaciones cercanas a la muerte; hoy tendemos a ver traumas por todas partes y tratar de evitarlos lleva a sobreprotegernos o sobreproteger. Evitar las incomodidades y el esfuerzo nos hace entrar en una espiral que termina en la autoaniquilación y en la «cancelación» de todo lo que suene a nuevo en la vida intelectual. En vez de cambiar el mundo, terminaríamos siendo esclavos de nuestras circunstancias vitales.
- Ser dueño de los propios actos: No somos superhéroes, pero tampoco víctimas, y lo segundo es peor, porque sin esperanza de mejorar nuestra vida es imposible ser feliz. Y esto requiere tener cierto control de la propia vida, y para ello poder hacer experiencias en libertad: de ahí el nombre de Terapia de la Independencia.
Cada año, la organización Let Grow organiza un concurso de ensayo proponiendo a los estudiantes que expliquen «la importancia de la independencia, la curiosidad y la apertura mental en su vida cotidiana», premiando al ganador con 5.000 dólares y con mil a tres finalistas. Los estudiantes deben presentar ensayos de entre 600 y 800 palabras sobre sus experiencias personales de crecimiento y cambio. Desde 2018, han participado más de 28.000 chicos con sus ensayos y se han y otorgado 49.000 dólares en becas universitarias.