1º y 2º de la ESO de vuelta en los colegios: ¿Qué puede salir mal?
El consejero Emilio Viciana, durante su visita al CEIPSO Salvador de Madariaga, en Daganzo de Arriba, uno de los 10 de la región con alumnos de Infantil, Primaria y 1º y 2º de ESO.
La intención de la Comunidad de Madrid es que los centros de educación infantil y primaria que «tengan la capacidad suficiente» acojan a partir del curso que viene a alumnado de 1º y 2º de la ESO, y las llamadas a los CEIP de distintas áreas territoriales para sondearles ya han empezado, pero, ¿qué sabemos de esta medida, a día de hoy?
La idea es que «todos los colegios en los que sea posible» y todos los de nueva construcción incorporen los dos primeros cursos de Secundaria. Que sea posible depende de sus espacios disponibles –de que tengan las infraestructuras adecuadas o que puedan adaptarlas fácilmente–, y de que tengan jornada partida.
Según el consejero, Emilio Viciana, la medida «no ofrece ninguna complicación» para el profesorado, ya que en la región existen centros integrados desde hace años –los llamados CEIPSO, colegio público de Educación Infantil, Primaria y Secundaria–. El cambio consistiría, según Viciana, en que en el centro pasaría a haber un jefe de estudios de Primaria y otro de Secundaria. Las materias de Primaria las seguirían impartiendo profesores de Primaria y las de Secundaria, docentes de Secundaria.
Ambas medidas las anunció la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, en la primera jornada del Debate sobre el Estado de la Región, como antídoto para «combatir el abandono escolar, mejorar el rendimiento de los alumnos, su descanso, sus hábitos de alimentación, luchar contra la soledad, las adicciones o la posible influencia de bandas juveniles y ayudar a la conciliación familiar».
La Comunidad insiste en que se trata de extender el modelo CEIPSO–»que ha tenido muy buena acogida entre las familias»– para que los alumnos no tengan que cambiarse al instituto cuando terminen 6º de Primaria. Actualmente existen una treintena de centros de esta tipología en la región que imparten hasta 4º de ESO mientras que 10 imparten solo hasta 2º, aunque lo hacen de forma transitoria, pues la idea es completar la etapa.
Álvaro Marchesi, profesor emérito de Psicología en la Complutense, fue director general y secretario de Estado de Educación entre 1984 y 1996, y está considerado como el arquitecto de la LOGSE (1990), que adelantó la llegada de los alumnos a los institutos de los 14 a los 12 años.
Volver a la Ley General del 70, a su juicio, no es buena idea: «No me parece una decisión acertada volver al modelo de la EGB. Más bien creo que es muy negativa para los alumnos que la sufran. Y las razones que sostengo son prácticamente las mismas que mantuvimos al tomar esta decisión en la aplicación de la LOGSE:
- La ESO es una etapa integrada en la que los alumnos y su profesorado ha de tener en cuenta la continuidad y coherencia de su enseñanza y de su evaluación. Los alumnos deben adaptarse al modelo de aprendizaje de Secundaria y tienen que ser acompañados por los docentes, los tutores y el Departamento de Orientación durante estos años y con planteamientos similares y adaptados a su edad para aprender a aprender y a convivir. Dividir la ESO en dos centros dificulta enormemente estos objetivos. ¿Sería razonable separar la Primaria en dos centros diferentes?
- La enseñanza en la ESO se articula en torno a la labor de los seminarios docentes que programan y coordinan su enseñanza para los cuatro cursos. La división de la ESO en dos centros dificulta enormemente esta coordinación.
- Los institutos disponen de laboratorios para la enseñanza de Química, Física, Biología y Geología que no tienen los colegios de Infantil y Primaria. Así mismo, suele haber más instalaciones y materiales para la enseñanza en los institutos de Secundaria.
- El problema del profesorado no es menor. ¿Qué docentes impartirán la ESO en los colegios de Infantil y Primaria? ¿Formarán parte de su claustro? ¿Serán docentes itinerantes? ¿Cómo conjugar la cultura de Primaria con la de Secundaria?
- ¿Cómo accederán estos alumnos a un instituto? ¿Tendrán plaza reservada o deberán ir al que tenga plazas disponibles? ¿Se tendrán que desperdigar entre varios institutos con lo que supone de pérdida de relaciones y de amistades en edad adolescente? ¿Cómo se adaptarán a sus compañeros que ya llevan dos años en la misma clase?
- He leído que una de las razones para mantener a los alumnos en su colegio cursando 1º y 2º de la ESO es que evitarán el maltrato porque se incrementa en estos cursos. Es un razonamiento erróneo. El mayor porcentaje de acoso se encuentra en 5º y 6º de Primaria. Incluso el Informe sobre acoso escolar la Comunidad de Madrid lo constata (curso 2021-22): El porcentaje general de alumnos que presentan indicadores de potencial acoso escolar se sitúa en un 0,94% en Educación Primaria y va disminuyendo hasta el 0,40% en ESO y 0,09% en Bachillerato y FPB/FPGM. Un estudio más reciente (2024) de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Anar sobre la prevención del acoso escolar (La opinión de los estudiantes) también lo confirma: «Incidencia conjunta de acoso escolar y ciberbullying. Un 1,8% del alumnado sufre tanto acoso escolar presencial como ciberbullying. La mayor parte de las víctimas tienen entre 11 y 12 años (58%)». Entre 13 y 14 años, el 38,1%».
- En resumen, la decisión de ofrecer 1º y 2 de la ESO en un colegio de Infantil y Primaria es un error por los previsibles problemas que van a vivir estos alumnos. Desde luego, yo aconsejaría a las familias afectadas que llevaran a su hijo al instituto para cursar 1º y 2º de la ESO»
Elena Martín, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UAM, participó en el diseño tanto de la LOGSE (1990) como de la LOMLOE (2020). Para ella también es un error y sus argumentos son similares a los de Marchesi: «La ESO es una etapa diseñada globalmente, con un profesorado que imparte los cuatro cursos y esto le permite ajustar su ayuda al progreso de la etapa; como un periodo educativo en el que el mismo Departamento de Orientación va acompañando al alumnado en las distintas medidas de atención a la diversidad previstas en la etapa. Con un currículum que debe ser concretado en el proyecto de centro por el profesorado de los departamentos didácticos que van a impartir los cuatro cursos, desde una perspectiva global». A eso se añaden otras cuestiones, como que «en centros donde solo se impartieran los dos primeros cursos, la escasez de la plantilla haría disminuir la posible oferta de optativas».
En cuanto a las formas, «el procedimiento muestra una vez más la improvisación y falta de consideración de la Consejería hacia todos los sectores educativos. Todo hace pensar que los criterios de esta decisión responden a razones totalmente ajenas a la búsqueda de lo mejor para el alumnado».
«Se debería hacer un proceso de consulta abierto a todos los centros, reposado y consensuado. Llama la atención que, con los problemas tan importantes que tiene la educación madrileña, la Consejería no centre sus esfuerzos en solucionarlos y, por el contrario, abra otros nuevos», concluye Martín.
Alejandro Tiana, secretario general de Educación entre 2004 y 2008 (LOE) y secretario de Estado de Educación entre 2018 y 2022 (LOMLOE) y hoy profesor emérito de Historia de la Educación y Educación Comparada de la UNED, apunta: «El plan propuesto por la Comunidad de Madrid es legalmente factible, no hay norma que lo impida, se trata de una decisión para la que tienen competencia«. «No sé si es un plan pensado para casos muy concretos o pretenden que tenga carácter general, pues no lo han especificado. Cuando se puso en marcha la LOGSE, se impartieron en los centros de Educación Primaria (anteriores centros de EGB) los cursos 1º y 2º de ESO, pero eso fue debido a la falta de plazas en los institutos existentes. Se trató de una situación transitoria, con la que se fue acabando paulatinamente. No parece que ese sea ahora el caso», añade.
Pero, dicho esto, él entiende que «la ruptura de la etapa de ESO en dos ciclos impartidos en centros diferentes no tiene sentido. Pienso que la unidad de la etapa debería preservarse. Es cierto que la medida propuesta facilita la conexión entre la Educación Primaria y el inicio de la ESO, pero tiende a provocar una desconexión interna en el transcurso de la propia ESO. Por ese motivo no me parece deseable».
Sobre la legislación postLOGSE y experiencias similares explica que «la LOE admitió la posibilidad de crear centros públicos que cubriesen varias etapas educativas, como sucede con muchos centros privados. La LOMLOE ha previsto también la posibilidad de crear lo que muchos denominan (por ejemplo, la Generalitat catalana) institutos-escuela, adoptando una terminología con tradición en España. Y además hay CEIPSO e IESO. Todas estas soluciones, que cuentan con tradición y experiencia, me parecen mucho mejor adaptadas a las peculiaridades de ambas etapas educativas y por lo tanto más deseables. No tiene mucho sentido inventarse otras soluciones que resultan discutibles y que corren el riesgo de romper la continuidad educativa del alumnado en un momento inoportuno».
Desde la Federación de Enseñanza de CCOO de Madrid su secretaria general, Isabel Galvín, asegura que se está llamando «uno a uno» a todos los colegios de las cinco áreas territoriales, incluidos los bilingües, por parte de la Consejería, para saber si tendrían espacio para albergar a más alumnos, y los directores se están sintiendo «presionados», pues, en caso de negativa, deben argumentarlo por escrito. «El objetivo de la Consejería es poner sí o sí en marcha esta medida el curso que viene, y en el mayor número de centros posible», asevera Galvín, que asegura que algunos colegios están encuestando a las familias y al claustro de profesorado en torno a este cambio.
Entretanto, el sindicato está recomendando a los equipos directivos que, al argumentar su negativa, expongan que esta modificación no está regulada todavía, por lo que, en caso de aceptar, les expondría a una situación de inseguridad jurídica, y estarían asumiendo un riesgo. También ha enviado una carta al Ministerio de Educación y FP para que se pronuncie ante la posible ilegalidad de la propuesta y ha solicitado una reunión urgente al consejero Emilio Viciana y al viceconsejero José Carlos Fernández Borreguero, a quienes advierten de que están saltándose la normativa y de que el movimiento en contra acabará parando esta medida, como sucedió hace unos meses con la idea de llevar la Escuela Europea Acreditada (EEA) al Ramiro de Maeztu.
«Lo están haciendo por la vía de los hechos, sin que haya habido una evaluación previa, saltándose la normativa, mirando al pasado para resolver problemas del presente, y dudamos que solo cambiando a los alumnos de sitio logren los resultados que dicen, más bien crearán problemas que no existían», prosigue Galvín, que habla de un problema para los colegios, pero también para los institutos que perderán grupos y profesores, e insiste en que se está «poniendo patas arriba el sistema» para resolver un problema focalizado «en zonas de especial necesidad».
Miguel Ángel González es el responsable de CSIF Educación Madrid. González se fija en el RD de requisitos mínimos de los centros que impartan las enseñanzas del segundo ciclo de educación infantil, la educación primaria y la educación secundaria. Modificado por el RD 658/2024, de 9 de julio, sin embargo mantuvo su artículo 13.2:
“En los centros de educación secundaria que ofrezcan las enseñanzas de educación secundaria obligatoria se deberán impartir los cuatro cursos de que consta esta etapa educativa con sujeción a la ordenación académica en vigor. Dichos centros deberán tener, como mínimo, una unidad para cada curso y disponer de las instalaciones y condiciones materiales recogidas en el artículo siguiente.”
«Si la presidenta regional quiere cambiar las leyes del juego, debería, a nuestro entender, regular por encima de ese R.D., lo cual es imposible, normativamente», analiza González, para quien, a los problemas legales de tomar esta medida se añaden los organizativos: «Los institutos se organizan por departamentos de Matemáticas, Lengua, Latín… formados por un determinado número de personas. A principio de curso hay una «rueda de elección» de grupos y, generalmente, los últimos en llegar, la gente más joven, debe completar con grupos hasta llegar a las 20 horas, y piden grupos de 1º y 2º de ESO. Si esos cursos van a estar en colegios, esto forzaría a muchos compañeros de de los institutos a desplazarse a esos colegios para completar su horario, a ser itinerantes».
Y, en cuanto a los alumnos, a su juicio, no les irá mejor: «No es cierto que el cambio de 6º de Primaria a 1º de Secundaria sea tan complicado. 1º y 2º de ESO son una especie de transición, «la Secundaria de verdad» es más en 3º, cuando sí sube el nivel, por lo que creemos que el salto será más abrupto si se produce en 3º, un curso más complicado», plantea. Al tiempo, cree que, si se pretende reducir el abandono, la medida puede tener justo el efecto contrario: «Puede haber algún repetidor que no llegue ni a 3º, y abandone los estudios a los 16 sin el título de ESO».
Para González, desde la Consejería se ha querido hacer un anuncio para «tener contentos a los padres», pero sin medir las repercusiones: «Se están metiendo en un jardín, que también tendría importantes consecuencias en los presupuestos, pues habría que contratar muchos nuevos jefes de estudios de Secundaria solo para dos cursos».
Tanto CSIF como CCOO y UGT han amenazado con recurrir a los tribunales si esta medida prospera.
Andrés Cebrián del Arco, presidente de ANPE-Madrid, menciona también las dudas legales –por hablar la LOMLOE de una etapa única– y, en general, la gran incógnita que se ha abierto tras las declaraciones del consejero Viciana «sin ningún tipo de concreción y sin explicar en detalle cómo lo van a llevar a cabo»: «Aquí hay muchas dudas, muchas cosas que hablar, que negociar, y tampoco sabemos muy bien a qué responde este anuncio, si es un tema de conciliación u obedece a otras razones que desconocemos», reconoce.
Están las cuestiones laborales –ya que desde la LOE los maestros no pueden dar clase en la ESO, ¿tendrían que desplazarse los profesores de Secundaria a los colegios? ¿cómo se elaboraría su horario? ¿cómo completarían su horario un profesor de Música o Educación Física, con dos o tres horas a la semana?– pero también otras que afectan a la calidad del sistema educativo. Por ejemplo, en ANPE-Madrid no les gustaría que en estos nuevos CEIPSO se agruparan las asignaturas en ámbitos, como se ha oído. «También nos preocupa que estén uniendo esta decisión al tipo de jornada (continua/partida). Parece que todos estos centros tendrían jornada partida, cuando no es la forma de trabajar en Secundaria, donde los centros tienen siempre jornada continua», puntualiza el presidente de ANPE-Madrid.
Mari Carmen Morillas es la presidenta de la FAPA Giner de los Ríos. A ella la medida no le suena mal, pues asegura que hay un porcentaje amplio de padres y madres a los que les gustaría que sus hijos e hijas permanecieran en los colegios en 1º y 2º de la ESO.
Los tiempos, el modo en que se están haciendo las cosas, es lo que no le acaba de convencer. Porque se ha hecho ya el anuncio pero no ha habido un debate sosegado previo, el que desde la FAPA han solicitado a la presidenta del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid, Pilar Ponce. «Es necesario ver realmente de qué estamos hablando y cómo se va a llevar a cabo, porque hace falta recabar datos y hacer un trabajo previo de planificación, pues hará falta que se resuelva en la legislación, y unas infraestructuras, unos espacios, una adecuación de los centros, una reorganización de los recursos humanos (docentes)…», expone.
«Nosotros tenemos predisposición para hablarlo, pero ojalá se hubiera hablado antes del anuncio», asegura Morillas, que espera que el debate se lleve a cabo «de la mejor manera posible y con el interés superior del menor en el centro».
En cuanto a las llamadas a los colegios desde la Consejería que se están produciendo en estas semanas, Morillas entiende que obedecen a la necesidad de hacer un «mapeo de centros», de comprobar en cuántos podrían implantarse los dos primeros cursos de la ESO. «Esa información puede ser interesante de cara al debate que se tenga». A este debate le seguirían los cambios legislativos pertinentes. «No sé si llegaríamos a tiempo para el curso que viene. Nosotros creemos que hay que hacerlo bien en caso de que se haga. Si hubiera que esperar un curso más tampoco pasaría nada», finaliza Morillas.
Ojalá vuelva la EGB a toda España