Relación directa entre la adicción a los videojuegos y las apuestas online
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Las cajas de botín son un mecanismo de recompensa aleatorios que se ofrecen en los videojuegos a cambio de dinero real, estos causan un problema por actuar como puente entre la adicción a los videojuegos y a las apuestas online. Así lo indica una investigación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) financiada por el Ministerio de Consumo.
Los videojuegos que incorporan estas micro transacciones, para conseguir ventajas en la competición, suponen un riesgo para los jugadores, que muchas veces son menores. Las cajas funcionan de manera similar a la apuesta online, ya que constituyen un mecanismo de recompensa aleatorio y se invierte dinero real para obtenerlo. Lo preocupante es que no se invierte dinero por adquirir la ventaja como tal, sino por la probabilidad de conseguirla. Por ejemplo, en un videojuego de carreras, no se compra directamente por un coche mejor, sino por la probabilidad de conseguir esa mejora.
La compra puede presentarse en formato de cofre, sobre, ruleta, animal, caja u otras formas estéticas y simula las dinámicas de las apuestas, algo que también contribuye a un comportamiento de riesgo que afecta tanto a menores como a jóvenes adultos.
En total participaron 542 estudiantes en edades comprendidas entre los 11 y los 30 años, siendo 236 menores y 306 adultos jóvenes, que fueron en un 96,5% varones. Todos procedentes de 24 centros educativos no universitarios de Cantabria, Castilla La Mancha, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra, Comunidad Valenciana y País Vasco.
Los requisitos para los jóvenes participantes incluían haber jugado a videojuegos, comprado cajas de botín y apostado online en los 12 meses anteriores al estudio.
La investigación aporta evidencias de cómo el uso problemático de las cajas de botín en los videojuegos conecta ambos trastornos. Esto es especialmente preocupante porque afecta principalmente a menores y jugar videojuegos es un fenómeno normativo. La Asociación Española de Videojuegos indica que un 84% de los menores entre 11 y 14 años juega; en un 79%, de 6 a 11 años; y en un 71%, de 15 a 24 años. Según esta misma fuente, en 2022, había 18,2 millones de jugadores registrados en España, un 53% varones y un 47% mujeres.
El uso de este tipo de micro transacciones se ha intentado regular, pero ni los mecanismos de la industria ni las medidas puestas en marcha en los distintos estados parecen ser suficientes.
Llevamos tiempo preocupados por la conexión entre problemas con los videojuegos y las apuestas online, ya que no queríamos demonizar los videojuegos per se, pero sí veíamos que las cajas de botín llevaban unos años conectando estos dos problemas. Es curioso que, en la década de 2010, videojuegos y apuestas se contemplaban como claramente diferenciados, pero la industria ha generado un modelo de negocio tóxico, especialmente para menores, que conecta dos mundos que nunca deberían haberse unido. Los resultados evidencian que las cajas de botín son un puente que relaciona dos problemáticas clínicas
"Participan además las investigadoras de UNIR Gemma Mestre Bach, Vanessa Caba Machado y Adoración Díaz-López; junto a Juan M. Machimbarrena, de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y el grupo de investigación Ciberpsicología de UNIR; y Susana Jiménez Murcia, del Hospital Universitario de Bellvitge.
En otro estudio, dirigido por González Cabrera dentro del grupo de investigación de ciberpsicología de UNIR, en el que participaron más de 2.000 adolescentes de entre 11 y 17 años, entre diciembre de 2020 y mayo de 2021, se mostró por primera vez una asociación entre la compra de cajas de botín y la apuesta online en los seis mese siguientes.
El grupo realizó el primer estudio sobre la problemática de las cajas de botín en España, siendo uno de los pocos con menores de edad a nivel internacional, entre febrero y marzo de 2021. En este participaron 4.123 menores, de los cuales un 28,9% habían adquirido una caja de botín en los últimos doce meses.
La investigación puso en evidencia que la compra de este tipo de recompensas dentro de los videojuegos es una práctica estable para los menores, y no algo eventual, ya que de todos los menores que compraron en algún momento una caja de botín, casi el 60% volvió a adquirirlas a los seis meses.
El Ministerio de Consumo evaluó ambos estudios para la redacción del anteproyecto de la ley para la regulación de las cajas de botín dentro de los videojuegos, y como parte de su plan integral contra la ludopatía.
