Vicenta Rodríguez: “Las escuelas de Valencia estamos ya en pie”
Las palabras de la secretaria autonómica de Escuelas Católicas Valencia, Vicenta Rodríguez, en la inauguración del XVII Congreso de Escuelas Católicas.
La inauguración hoy jueves, 7 de noviembre, del XVII Congreso de Escuelas Católicas que se celebra en el Madrid Marriott Auditorium Hotel hasta el 9 de noviembre, con el lema “Ser, estar, educar… con nombre propio”, comenzó con un minuto de silencio y un sentido y prolongado aplauso por todas las víctimas y afectados por la devastadora DANA de la semana pasada. Las palabras de la secretaria autonómica de Escuelas Católicas Valencia, Vicenta Rodríguez, pusieron en pie al auditorio para recordar, más allá de las cifras, el drama humano, las vidas destrozadas y desaparecidas, y la necesidad ahora de cuidar y acompañar.
Vicenta Rodríguez expresó la importancia de la solidaridad en momentos de adversidad y agradeció todo el apoyo y muestras de cariño recibidas reconociendo que “más fuertes que las olas que arrastran cañas y maleza, que arrastran coches y enseres, son las olas de solidaridad”. Ahora es momento de coordinar apadrinamientos entre colegios, -dijo- y de que las manos se entrelacen y nos ayudemos. De ahí, la campaña que desde Escuelas Católicas se ha puesto en marcha, con el lema “Escuelas en pie”, para la reconstrucción de los colegios afectados.
Subrayó que el ánimo que les guía ahora es el propio que se expresa en el himno regional de la Comunidad Valenciana: “Valencianos alcémonos en pie y que la luz salude de nuevo el sol”, y así lo están haciendo los colegios con la ayuda de todos porque “desde Valencia las escuelas estamos ya en pie”, dijo.
En alusión al lema del Congreso, la presidenta de Escuelas Católicas, Ana Mª Sánchez, presidenta de Escuelas Católicas, aseguró que decir nuestro nombre es reconocer nuestra identidad personal, y que pronunciarlo juntos nos recuerda aquello que somos: “escuelas católicas que evangelizan y que hacen de la educación su pasión”. Afirmó también que cada uno de los presentes lleva en su corazón muchos otros nombres, los nombres propios de las comunidades educativas, de familiares, alumnos… Antes de finalizar recordó tener presente el objetivo del Pacto Educativo Global propuesto por el papa Francisco: “poner a cada persona en el centro, cada día, con nuestra forma de estar y de educar”.
La subdirectora general de Centros y Programas, Librada María Carrera, que acudió en representación del Ministerio de Educación, tuvo unas primeras palabras de consuelo y cariño para las escuelas católicas de Valencia y las familias afectadas. Subrayó que el lema de este Congreso es reflejo de lo que son y deben ser las escuelas católicas, escuelas que no solo transmiten conocimientos, sino que descubren el potencial de cada alumno con nombre propio, que reconocen la diversidad en las aulas, que guían, acompañan y personalizan el aprendizaje.
Expresó el compromiso real del Ministerio con la escuela concertada a la que reconoció su labor por la inclusión, la solidaridad, la educación de calidad y por sacar lo mejor de cada alumno. Subrayó el carácter complementario de ambas redes, pública y concertada, cada una con su singularidad, y siendo conscientes de que para que puedan seguir cumpliendo con su misión la escuela concertada debe dotarse de los recursos necesarios y suficientes, y de una retribución justa de su profesorado. “El Ministerio es consciente de la importancia y del carácter complementario de la educación concertada”, dijo.
En el acto de inauguración participó también monseñor Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, quien llamó a compartir camino, a caminar juntos, apeló a la sinodalidad y propuso al auditorio ayudar a cada alumno a descubrir su nombre secreto que está escrito en el libro de la vida que le descubra “quien es” y para “quien es”.
Por su parte, el secretario general de Escuelas Católicas, Pedro Huerta, tras saludar a las autoridades y representantes de distintas organizaciones presentes y recordar especialmente las 106 butacas vacías en el auditorium de las personas de Valencia que finalmente no han podido acudir, habló de la importancia de la educación como un acto “profundamente humano y transformador”, en el que la escuela se convierte en un “espacio de encuentro donde se cultiva el ser, se fortalece el estar y se hace vida la misión de educar”.
Subrayó que la labor educativa debe centrarse en la persona, acogiendo a cada individuo como único y valioso, y promoviendo un espacio donde todos puedan descubrir su identidad en diálogo. Enfatizó también que el acto de «estar» en el mundo supone un compromiso activo y compartido, en el cual la escuela se convierte en una casa que acoge, en un lugar de aprendizaje y relaciones significativas, reafirmando la educación como una vocación centrada en la comunidad y el desarrollo integral.
Manifestó que para las escuelas con ideario cristiano “somos y estamos porque educamos. Es nuestra misión y vocación, nuestro modo de ser Iglesia”. Una misión que no responde a motivos comerciales, sino a un llamado para ser testimonio de transformación y de valores cristianos en la sociedad. Por tanto, -subrayó-, “la presencia de escuela de ideario cristiano no puede limitarse a una función de garante de la escolarización, o a entenderse como oferta subsidiaria que dependa de los cambios políticos o sociales, sino que promueve la necesaria y rica pluralidad del sistema educativo, sustentada en el derecho de las familias a elegir el modelo de educación que refleje sus valores y respete la diversidad”,
En palabras de Huerta, con este Congreso se reafirma el compromiso de la educación católica de poner siempre a la persona en el centro, inspirados por el Pacto Educativo Global del papa Francisco. Agradeció el apoyo de los patrocinadores (McYadra, Serunion, Alkora, Banco Santander, Fundación Repsol, SM, Edebé y Edelvives), quienes, junto a Escuelas Católicas, comparten y apoyan esta visión educativa inclusiva y transformadora, así como de numerosos representantes de instituciones educativas nacionales e internacionales.
Durante la ceremonia de inauguración, los asistentes recibieron un mensaje en vídeo del papa, grabado recientemente por el equipo directivo de EC durante una visita a Roma. En sus palabras, destacó la importancia de la labor educativa y afirmó: “La educación es una inversión para el futuro”. Con este mensaje, el papa subrayó el valor de la educación como pilar fundamental para construir una sociedad más justa y esperanzadora, inspirando a los presentes a continuar su compromiso con la formación de futuras generaciones.
El acto finalizó con la actuación musical de la reconocida cantante Diana Navarro, quien puso el broche final al acto inaugural con su voz y sensibilidad artística con la interpretación de un emotivo repertorio de canción espiritual. Toda la información estará disponible en la web del Congreso y en las redes sociales con el hashtag #SerEstarEducar. Además, se podrán descargar las fotografías del Congreso en nuestra cuenta de Flickr.
En el marco de este Congreso, se ha lanzado la campaña de reconstrucción «EC. Escuelas en pie», una iniciativa de Escuelas Católicas destinada a apoyar la restauración de centros educativos afectados por la reciente DANA. Con el lema #ECescuelasenpie, esta campaña responde a la devastación que ha dejado el fenómeno en varias regiones, afectando gravemente tanto la infraestructura como el equipamiento de numerosos colegios en el Levante, Castilla-La Mancha y Andalucía. El objetivo es movilizar recursos para reparar los daños más urgentes, reponer el mobiliario y el material escolar, y ofrecer programas de apoyo psicológico para las comunidades educativas afectadas.