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Especial Premios Magisterio

Anna Farré: “Para la igualdad hace falta un cambio cultural, y los educadores tenemos una gran responsabilidad”

El 17 de diciembre la asociación Mujeres Líderes en Educación recibirá un Premio Magisterio a los Protagonistas de la Educación por contribuir a empoderar a la mujer en el cambio de paradigma educativo del siglo XXI. Ana Farré, su directora, nos habla del inmenso talento de tantas mujeres líderes por construir una sociedad mejor y más justa.
Marta Peiro del ValleMiércoles, 20 de noviembre de 2024
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Ana Farré, directora de la asociación Mujeres Líderes en Educación, posa durante un evento de la comunidad. ®MLE.

En la XVI edición de los Premios Magisterio a los Protagonistas de la Educación tendrá un peso especial la mujer. Como maestra, educadora en casa… pero también como líder, catedrática, directora de proyectos educativos, presidenta de fundaciones y asociaciones…

España está llena de mujeres profesionales que tratan de cambiar y mejorar la sociedad cada día con su talento. En la asociación Mujeres Líderes en Educación lo saben, gracias a las miles de socias que se han unido para promover el cambio educativo y la igualdad a todos los niveles.

Tal es su labor que esta asociación será una de las destacadas en la gala del próximo 17 de diciembre en CaixaFórum. En esta entrevista hablamos con su directora, Ana Farré.

¿Cómo habéis recibido desde Mujeres Líderes en Educación este Premio Magisterio a los Protagonistas de la Educación?
–Como una gran oportunidad de visibilizar y dar voz a tantas mujeres profesionales del ámbito educativo y protagonistas de la Educación, no solo en nuestro país sino en el mundo entero.

La mujer ha sido y es la Gran Educadora. Como madre, maestra, directora de proyectos educativos… y la gran mayoría permanece en el anonimato. Muchas mujeres han sido pioneras en innovación educativa, y este siglo no está siendo una excepción. Hay mujeres liderando proyectos educativos impresionantes en España y a nivel mundial.

Desde MLE queremos que brillen, generar un cambio en la educación dándoles voz. Somos una gran constelación de mujeres profesionales del ámbito de la educación que desde su trabajo dan luz e iluminan a toda la comunidad educativa.

Este premio pone en valor ese generoso trabajo de desarrollar el talento de este país y crear un mundo mejor desde la educación, que es el arma más poderosa para hacerlo.

MLE es un proyecto pionero en España. Hay muchas asociaciones de empresarias, pero somos la primera que aúna a la mujer en el ámbito educativo. Hay ganas de un cambio en la educación y mucha necesidad de compartir, de crear foros de inspiración, de sumar recursos e inquietudes, y había que cubrir esa necesidad.

Creo que es una gran iniciativa que hacía falta en España. En un momento de cambio como el que estamos viviendo se necesita “mirar fuera de la caja” y abrir horizontes, y había muchas ganas. Prueba de ello es el crecimiento exponencial que está teniendo nuestra asociación en España.

¿Qué crees que se ha valorado a la hora de seleccionaros?
–El trabajo y liderazgo de miles de mujeres profesionales de la educación, dar un reconocimiento a tantas figuras que están desarrollando el talento de nuestro país y formando a los líderes presentes y futuros.

Me parece una excelente oportunidad para mostrar el liderazgo femenino en la educación, que la sociedad reconozca el trabajo que muchas mujeres están realizando en este ámbito, y cómo el mundo es mejor gracias a personas como ellas.

Mostrar el ejemplo de mujeres que están construyendo la sociedad del futuro, que no buscan ser noticia, ni arrancar titulares… nada pesa más en su vida que la satisfacción de ver a su alumnado crecer, madurar para ser felices y mejores personas. Sin duda dar un altavoz a estas profesionales es llenar el mundo de talento, desarrollo y cultura.

Es importante mostrar modelos de mujeres profesionales de la educación, referentes, que están cambiando el ritmo de la educación y que inspiran a las nuevas generaciones.

Necesitamos más mujeres con las que identificarnos, con las que construir nuestra identidad. Para conseguir la igualdad hace falta un cambio cultural, y para ello los educadores tenemos una gran responsabilidad en los mensajes que damos y los comportamientos que mostramos. De nosotros depende que las nuevas generaciones vivan en igualdad real de oportunidades y por supuesto en valor y dignidad.

¿Qué otros reconocimientos habéis recibido y por qué?
–Nuestra asociación es de reciente creación y para nosotras es el primer premio que recibimos.

Estamos muy orgullosas del trabajo realizado en apenas dos años. Con este premio hemos conseguido hacer realidad uno de nuestros principales objetivos, que es visibilizar el trabajo de la mujer educadora en España y al mundo, y generar innovación educativa dándoles voz.

¿Cómo ha sido este 2024 para vosotras?
–El desarrollo de nuestra red en nuestro segundo año de andadura ha tenido un crecimiento exponencial: el número de socias se ha multiplicado por 5.

Se han sumado mujeres desde distintos lugares de la geografía española. El perfil de socias es muy amplio, lo que genera una enorme riqueza. Pertenecen a la red directivas de grandes empresas e instituciones del ámbito educativo, catedráticas y profesoras de universidad, presidentas de fundaciones, directoras de colegios, de orquestas, docentes, médicas, psicólogas, logopedas, coaches, jóvenes emprendedoras, profesionales de disciplinas desde la IA y la tecnología hasta la comunicación, pasando por la disciplina positiva, la sostenibilidad, el cuidado…

A lo largo de este último año hemos organizado eventos en distintas ciudades del país con alta participación y firmado alianzas con instituciones y fundaciones que han aumentado el alcance y las oportunidades de nuestras socias.

Nuestra actividad estrella son los afterworks organizados para socias y amigas en distintas ciudades, en los que se genera un auténtico intercambio de buenas prácticas. Son verdaderos foros de innovación educativa donde se comparte inspiración e inquietudes por la educación.

¿Cómo no va a ser potente una red que une mujeres del mundo de la educación cuyo propósito es mejorar el mundo? La energía que se desprende de cada uno de nuestros encuentros lo atestigua y las sinergias y proyectos que surgen son imparables. Una gran constelación de luz que os animo a conocer y a participar.

MLE es una asociación apolítica. Apoyamos los equipos mixtos, no somos excluyentes. Somos una iniciativa sin ánimo de lucro en el que todas las personas que estamos trabajando lo hacemos de forma altruista para empoderar el papel de la mujer en el cambio de paradigma educativo del siglo XXI, y creo que con el trabajo generoso y profesional de todas lo estamos consiguiendo.

¿Cómo se presenta 2025, cuáles son los retos que tenéis por delante?
–Como una gran oportunidad de seguir creciendo y consolidando la asociación en nuestros principales objetivos: dar voz a la mujer educadora, hacerla brillar, desterrar tanto síndrome del impostor sabiendo que si no brillamos nos hacemos mucho daño a nosotras y a nuestros equipos, y crear referentes en liderazgo femenino en la educación.

Creemos mucho en la fuerza de la red, y vamos a seguir reforzando nuestros canales de comunicación entre las socias para favorecer un networking e intercambio de buenas prácticas que genere innovación educativa.

Queremos seguir trabajando para generar el cambio en la educación que la sociedad del s.XXI necesita. Acercar a la ciudadanía la innovación educativa fuera de las aulas, estableciendo acuerdos y alianzas con instituciones y empresas que quieran colaborar con los fines de nuestra asociación.

¿Cómo veis a la mujer como líder en el siglo XXI, en todos los terrenos?
–La aportación de la mujer en el ámbito del liderazgo en el s.XXI me parece fundamental. Para que haya diversidad y enriquecimiento en la toma de decisiones en las organizaciones se necesita paridad en los órganos de gobierno y que haya esa doble mirada masculina y femenina.

Está emergiendo un nuevo liderazgo humanista donde priman las personas, la humildad y flexibilidad del líder, la inteligencia colectiva y la necesidad de introducir el espíritu colaborativo… y todos esos rasgos forman parte del liderazgo femenino, que no de la mujer.

El ámbito de la educación es un campo profesional con una mayoría femenina, y, sin embargo, observamos cómo congresos, eventos, administraciones, equipos de dirección, Consejerías de Educación, gobiernos y un sinfín de instituciones educativas son gobernadas por hombres.

Si queremos que desde la educación se promueva esa igualdad y justicia conviene impulsar que la mujer ocupe puestos de dirección, que esté allí donde se tomen decisiones, que aporte su manera de hacer, de mirar y solucionar problemas. Fomentar ese liderazgo femenino genuino, auténtico.

Estoy convencida de que la mujer aporta su genio femenino, el amor a lo concreto y al detalle sin grandilocuencias, la intuición y empatía para la escucha activa. También suma en practicidad, en la capacidad de gestión multitarea y organizativa, la sensibilidad hacia lo aparentemente poco importante, la flexibilidad, la destreza para liderar equipos y la visión conciliadora, ¿Vamos a perdernos esa riqueza en nuestras organizaciones o vamos a potenciarla?

Apuesto por un liderazgo compartido. La diversidad y la inclusión enriquecen, se complementan y generan valor.

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