Contra la tiranía de la presión del grupo
Porque somos seres sociales, que esperan, desean y necesitan ser acogidos por lo demás, porque quizá lo más importante en la vida es poder querer y sentirse queridos, los vínculos, contar con aspectos positivos relacionales, son fundamentales.
Pero, cuidado, sin llegar a la dependencia. El doctor Javier Urra se muestra muy contrario a las dependencias, sean de la pareja, de los nietos, de los padres, de los hijos… porque el ser humano convive, se relaciona con, aprende con, y comparte, pero desde la independencia.
Dicho esto, el vivir en grupo que nos caracteriza puede tornarse negativo no solo cuando no permitimos que «corra el aire» sino cuando la presión ejercida por el grupo es excesiva, sobre todo en los casos de niños y adolescentes. A los 10, a los 12, y a los 15 años el aval de los otros, del grupo, es esencial. Por ello si el resto no me apoya, o, más lejos, me ridiculiza, yo me sentiré inestable e inseguro, sin fuerza para enfrentarme a mi propia existencia. Esto explica, por ejemplo, que la principal causa de suicidio infanto-juvenil sea el acoso escolar.
Frente a la tiranía de la presión del grupo, Urra nos invita a ser independientes, tomar nuestras propias decisiones; ser libres y responsables, y, sí, adaptarnos al grupo del que formamos parte, pero resistiendo a su presión, para no dejar de ser nosotros mismos, para ser congruentes, ser coherentes, para irnos a la cama todos los días: «hice lo que creo que tendría que hacer, lo que me ha enseñado la vida, yo soy el responsable de llevar mi vida».