Un sindicato denuncia ante Inspección de Trabajo a Educación por la muerte de un operario
Intersindical Valenciana considera que esta tragedia «es fruto de la carencia de medidas preventivas y de seguridad para garantizar unas condiciones laborales adecuadas en un entorno que ya constaba como peligroso». El sindicato ha explicado en un comunicado que el 9 de noviembre el alcalde de Massanassa, Paco Comes, emitió un decreto municipal prohibiendo el acceso al recinto del colegio, «siguiendo las indicaciones de los informes técnicos emitidos por instancias de la propia Conselleria de Educación, que alertaban sobre el riesgo de derrumbe».
El sindicato ha señalado que un informe del servicio técnico de infraestructuras «marcó el edificio con el nivel rojo, indicando un peligro inminente», pero a pesar de este aviso y las medidas adoptadas por el Ayuntamiento los operarios fueron enviados a realizar tareas laborales «a una ubicación en riesgo, donde es notorio que no había establecida ninguna medida preventiva para garantizar las condiciones estructurales». Para la Intersindical, el hecho de que la Conselleria enviara al alumnado del centro a la antigua Facultad de Magisterio de València es «una muestra» más de que el departamento autonómico que dirige José Antonio Rovira «conocía sobradamente las condiciones en que se encontraba tanto el edificio como el recinto del centro». Por ello, el sindicato ha puesto en conocimiento de la Inspección de Trabajo todas las informaciones que ha recabado desde el domingo, que según Intersindical «demuestran que las autoridades implicadas tendrían que asumir responsabilidades laborales por la negligencia palmaria en la gestión de las condiciones de seguridad en el puesto de trabajo» del operario fallecido y de otro que resultó herido.
Este jueves, en la sesión de control al Consell del pleno de Les Corts, el diputado de Compromís Gerard Fullana ha pedido la dimisión de Rovira, cuya actitud ha calificado de «miserable» por no haber visitado ningún centro educativo un mes después de la dana y por anteponer «el salvar su cuello y el de Mazón» a la muerte de un operario en un colegio, en alusión al de Massanassa. Rovira ha acusado a Compromís de usar «un desgraciado accidente laboral asquerosamente»; le ha dicho que «no todo debería de valer en política», y ha considerado que a Fullana las infraestructuras, la comunidad educativa y las personas «le importan un bledo».
Un total de 9.750 alumnos, de 18 centros escolares que fueron afectados por la riada, siguen sin poder regresar a las aulas un mes después de esta tragedia, según los datos facilitados este jueves en Les Corts por el conseller de Educación, José Antonio Rovira. Desde el pasado 11 de noviembre el alumnado de 97 centros educativos ha podido retomar la actividad, unos 38.186 alumnos, aproximadamente el 80% del total de los afectados.
Este jueves han reabierto el CEIP San Carlos Borromeo de Albal (con 303 alumnos) y los CEIP Cristóbal Colón, Vicent Ricart y Blasco Ibáñez, todos ellos en Benetússer, con 924 alumnos. «Ahora empezamos con soluciones a medida. Hay localidades que no quieren que sus alumnos se desplacen a otros municipios», ha explicado el conseller en el hemiciclo, antes de anunciar que este miércoles ya llegaron las primeras aulas prefabricadas a Alfafar.
Por otra parte, la Conselleria de Educación ha informado en un comunicado de que lleva semanas realizando funciones de limpieza de institutos y se ha coordinado con los diferentes ayuntamientos para colaborar en la limpieza de los colegios. Así, ha explicado que a través de la empresa Tragsa se ha procedido a la limpieza e higienización de centros de Albal, Alfafar, Algemesí, Benetússer, Catarroja, Chiva, L’Alcúdia, Massanassa, Paiporta, Picanya y Sedaví.
Según la Conselleria, el diálogo con los ayuntamientos «ha sido positivo y ha permitido alcanzar un consenso y que los centros puedan abrir con las máximas garantías de seguridad, objetivo que persiguen ambas instituciones».