El inglés como herramienta para desarrollar áreas clave
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, más de 982.000 alumnos en España estudiaron inglés en la etapa de educación infantil para el curso 2022-2023. Cifra que pone en manifiesto el creciente interés por introducir el aprendizaje de una segunda lengua en edades tempranas, ya que es cuando los niños tienen una mayor capacidad para absorber conocimientos y desarrollar habilidades clave para su futuro académico y desarrollo profesional.
Los niños, en la etapa infantil, están muy motivados y desean aprender, por lo que exponerlos a un nuevo idioma resulta emocionante para ellos, que suelen disfrutar con la oportunidad de enfrentarse a nuevos retos. Cuanto más aprenden, más quieren aprender, lo que alimenta continuamente sus jóvenes mentes ávidas y curiosas.
Cuanto antes expongamos a los niños a un nuevo contenido, que en este caso sería la lengua inglesa, más probabilidades habrá de que consoliden sus destrezas comunicativas, hagan un progreso continuado y demuestren su competencia en el uso de varias lenguas en etapas posteriores de su educación.
"En estas edades, exponer a los niños al inglés no consiste solo en enseñar un nuevo idioma, sino en usarlo como una herramienta transversal que enriquece todas las áreas clave de desarrollo, desde la comunicación hasta las habilidades sociales, el conocimiento del mundo y la creatividad.
La ventaja de aprender inmersos en un entorno en el que se prioriza el habla inglesa, es que los niños no sólo desarrollaran el carácter, sino también las habilidades necesarias para leer, escribir y trabajar con números con una plena integración en esta lengua, debido a su exposición a ella en todas las áreas del plan de estudios.
"Henderson comenta que al final de la educación infantil los alumnos tienen que haber adquirido habilidades esenciales en una serie de áreas clave, que vienen establecidas en el currículo educativo de cada etapa. Estas áreas clave son:
- Comunicación y lenguaje: los niños aprenden a reconocer los sonidos y, gradualmente, empiezan a combinarlos para formar palabras en un entorno que favorece las interacciones, y el uso de canciones y rimas sencillas, que fomentan la comprensión y la expresión oral.
- Lectoescritura: los niños están expuestos a diario a una variedad de situaciones que les permiten desarrollar sus habilidades de lectura y escritura de forma gradual y adaptada a su ritmo. Desde narraciones y representaciones a pequeños debates sobre libros, pasando por actividades de fonética y de escritura con lápiz y papel, los niños aprenden a registrar los sonidos de la lengua inglesa y a construir palabras y frases cortas.
- Matemáticas: a través de rimas numéricas, juegos de memorización y actividades prácticas de resolución de problemas, los niños se familiarizan con patrones numéricos y cálculos básicos, utilizando el inglés como medio de instrucción.
- Desarrollo físico: los profesores trabajan la motricidad gruesa de los niños animándolos a participar en actividades al aire libre, como correr, saltar, trepar, lanzar la pelota o mantener el equilibrio, todo ello mediante instrucciones en inglés. También se perfecciona la motricidad fina mediante una serie de juegos y actividades en el aula que les permiten ampliar su vocabulario en esta lengua.
- Desarrollo personal, social y emocional: a través de los personajes de los cuentos los niños aprenden a reconocer y gestionar sus sentimientos, fomentando el lenguaje emocional, lo que a su vez les va a permitir construir amistades, jugar juntos de forma positiva y resolver pequeños conflictos.
- Creatividad y artes expresivas: el inglés se introduce de manera natural en actividades artísticas, juegos de rol y proyectos creativos, que captan la imaginación de los niños y fomentan el desarrollo de su creatividad y la adquisición del lenguaje.
- Conocimiento y comprensión del mundo: se promueve la comprensión de la multiculturalidad desde una edad temprana a través de objetos, música e imágenes que dan vida a las diferentes experiencias del mundo. “Nuestro plan de estudios de educación infantil invita a celebrar la variedad de religiones, culturas e idiomas, y los niños tienen la oportunidad de traer su propio mundo al aula para compartirlo con sus compañeros, animando al debate y la participación de las familias”, explica Henderson.
Algunas familias puede preocuparles que el aprendizaje de un nuevo idioma pudiera resultar confuso para un niño, pero los estudios demuestran que los niños que aprenden varios idiomas a una edad temprana son capaces de discriminar fácilmente entre uno y otro y de utilizarlos con confianza. Como alumnos, muestran mayores niveles de resolución de problemas, capacidad de memoria y concentración en las tareas de aprendizaje.
Aprender inglés como parte de un plan de estudios estructurado y creativo, y no como una asignatura aislada , es lo que ayuda a los niños a progresar rápidamente, siempre y cuando el objetivo sea favorecer el desarrollo integral del niño. A los niños les encanta aprender inglés y realmente no pasa mucho tiempo antes de que se sientan llenos de confianza y orgullosos de su capacidad para utilizar el inglés junto con su lengua materna, comenta Henderson.