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El astronauta Pablo Álvarez anima a los estudiantes a "soñar y aprovechar oportunidades"

En un acto en la Universidad de León en que su rectora, Nuria González, ha realizado un alegato por la enseñanza pública, ya que ofrece los recursos necesarios "para alcanzar metas extraordinarias". 
EfeJueves, 19 de diciembre de 2024
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El astronauta Pablo Álvarez, entre el alcalde de León, José Antonio Diez, y la rectora de la Universidad de León, Nuria González.

El astronauta Pablo Álvarez ha regresado este jueves a la Universidad de León (ULe), su casa durante siete años, donde se ha reunido con estudiantes de la Escuela de Ingenierías a los que ha pedido que aprovechen «todas las oportunidades que les pueda ofrecer la vida». Ha puesto su caso como ejemplo, y que la posibilidad de ser astronauta no era una opción, «sólo se me ocurrió en sueños», y ahora es uno de los cien que hay en el mundo con la previsión de viajar a la Estación Espacial Internacional antes de 2030, en una misión de larga duración que le mantendrá en el espacio al menos seis meses.

Álvarez ha llegado al hangar de ensayos espaciales de la ULe, lo que ha supuesto su regreso a León tras más de seis meses de ausencia debido al duro entrenamiento al que está sometido desde hace dos años, una formación que continuará los próximos meses con cursos para manejar el brazo robótico, de pilotaje y de control de misión.

Exigente formación

Durante el encuentro con los medios de comunicación, el astronauta ha trasladado la exigente formación tanto física como psicológica a la que ha estado sometido durante los últimos seis meses en Estados Unidos, en especial «los duros entrenamientos en la piscina», donde trabajan con el traje espacial simulando las condiciones que se encontrarán en el espacio. «Este es lo que más nos gusta, pero a la vez es lo más duro por la cantidad de horas y la dificultad que conlleva trabajar con un traje que lleva hasta siete capas distintas y que limita mucho los movimientos. Cuando terminas es cómo si llevarás apretando con las manos una pelota de tenis durante horas, y se sufren muchas agujetas», ha explicado.

Ha sido un entrenamiento en el que ha simulado ‘paseos’ espaciales, situaciones de emergencia, cambios de conectores y aprendizaje hasta el último rincón y botón de la réplica exacta de la Estación Espacial Internacional. También ha reconocido que siente «miedo y respeto por lo que vas a hacer, algo que es bastante humano pero los miedos se pueden minimizar y hay que aprovecharlos para prepararte un poco más», aunque las misiones son «cada vez más seguras», ha matizado.

Sobre los cambios que ha supuesto su condición de astronauta, ha precisado que en la vida normal de familia y amigos no ha cambiado nada, aunque al ser más conocido le para mucha gente, especialmente los más pequeños «por la ilusión que tienen».

Respecto a su viaje espacial y los pocos enseres personales que podrá llevar, apenas una pequeña maleta de 1,2 kilos, ha explicado que llevará «recuerdos de familia y amigos para poder devolverlas a la vuelta», cecina, jamón y un pin de la Universidad de León para reconocer la formación que tanto él como la otra astronauta leonesa, Sara García, recibieron en el centro académico.

Orgullo y referencia

El acto ha estado amadrinado por la rectora de la ULe, Nuria González, quien ha remarcado el orgullo de tener un egresado de la talla de Pablo Álvarez, «un referente internacional que llevará a la Universidad de León más allá de las fronteras del planeta». La rectora ha definido al astronauta leonés como «un apasionado el conocimiento», además de «convertirse en un referente de inspiración para nuestros estudiantes para que sueñen a lo grande», a la vez que ha realizado un alegato por la enseñanza pública ya que ofrece los recursos necesarios «para alcanzar metas extraordinarias». Por otra parte, Álvarez ha aprovechado su regreso a la ULe para visitar las instalaciones del Módulo de Investigación Cibernética (MIC) de la Escuela de Ingenierías.

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