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Dossier Espacio para el análisis y la reflexión

¿Qué le pides al liderazgo? Eficiencia y entusiasmo

La escuela lidera un producto cotidiano al que debe dar un valor y una entidad más allá de lo funcional: debe comprometerse a convertir en obra de arte la historia de cada alumno y también de cada profesor.
Lourdes Bazarra y Olga CasanovaLunes, 10 de febrero de 2025
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© ADOBE STOCK

Buen día, equipo, ¿Cómo va el regreso? Primero, sea cual sea la fecha en la que nos leáis, desearos que el 2025 esté caminando con serenidad y un mínimo de ilusión en medio de esta mezcla de inacción e incertidumbre en la estamos.

¡Cómo nos hubiera gustado que este artículo incluyese cámara para poder ver qué gesto se os ha puesto con las dos palabras elegidas para el artículo de este mes!

Seguro que la eficiencia no os ha extrañado. Pero probablemente habéis tenido la sensación de que el entusiasmo era un resto de Navidad que aún se mantiene vivo en las Arcix. Jajaja. Tal vez para que no os asustáseis hemos puesto primero la eficiencia. Pero si hiciéramos caso a lo mucho que aprendemos con vosotros y a través de vosotros, la primera palabra que hubiéramos elegido poner sería entusiasmo. La eficiencia sin entusiasmo es gestión. Mantiene en óptimas condiciones el presente, pero es el entusiasmo el que construye futuro.

¿Desde hace cuánto tiempo no tenemos entusiasmo profesional? Ojalá que no haya habido que pensar mucho.  El entusiasmo profesional debe tenerse pero es un deber mantenerlo en buenas condiciones profesionales. Y, en el caso de los que lideráis proyectos y equipos, es fundamental hacer no sólo que se mantenga sino que crezca.

No es extraño que Andrés Neuman defina entusiasmo en su libro titulado Barbarismos como la Ciencia base.

En una profesión como la nuestra, el entusiasmo por lo que lo que admiramos de nuestra profesión es lo que mantiene el compromiso y el empeño por hacer posible lo mejor para niños y adolescentes.

Escondido bajo las montañas burocráticas, los vaivenes políticos, en este no saber en el que estamos instalados, es ciencia base desarrollar un Liderazgo que considere prioritario el compromiso de los profesores con los alumnos a través de un aprendizaje eficaz, exigente, interesante que les haga engancharse al conocimiento y a la exigencia de hacer buenas preguntas y estar en búsqueda siempre. Un liderazgo que genere un entusiasmo, y no entusiasmo como simple emoción, sino como el impulso que hace desear construir y que construye.

Hay una alegría educativa que es necesario reconquistar. Y más ahora que hay que volver a seducir a futuros profesionales, a los mejores, para que quieran elegir la profesión de profesor como una de las más singulares, más rigurosas, creativas y necesarias para una sociedad. Los que pasan el testigo de lo aprendido y comprometen a los chicos en hacer mejor el mundo siguiente.

A alguno le habrá extrañado que, en estos tiempos, las Arcix hablemos de alegría. Pero es quizá en estos tiempos donde es aún más necesario hablar de ella.  Para entender mejor el porqué, nos traemos de nuevo a Andrés Neuman. Su definición de alegría explica su aparición en este artículo:

Alegría: Motivo sin motivos /

Lucidez del dolor.

La alegría no es el resultado de la inconsciencia. La alegría nace de la consciencia de la fragilidad de la felicidad, de su planteamiento imposible. Esa lucidez es tal vez la que hace que lo pequeño y lo importante brillen más. La escuela, los profesores, los alumnos, necesitamos recuperar esa alegría en medio de la  lucidez educativa. Experimentar y verbalizar más a menudo el porqué nos gusta nuestro trabajo.

¿En cuántas reuniones de este curso trabajaremos para hacer visible el entusiasmo y convertir su energía en un instrumento que haga cada aula, cada Centro más eficiente?

Como suele ser la intención de las Arcix, no hemos elegido la palabra eficiencia por casualidad. Para la eficacia  bastan, y ya es mucho, con que objetivos y tiempo se ajusten en una distancia lo más corta posible.

Ahora mismo, quizá siempre pero ahora más, la eficacia en educación y en aprendizaje juega con otra dimensión de tiempo que va más hacia el medio y largo plazo. Pero esto no es suficiente ni responde al contexto en el que estamos.

El Liderazgo de los Centros Educativos –y de las aulas también– tiene el reto del tiempo pero también, y sobre todo, el de los recursos. Y no penséis que al hablar de recursos nos referimos a tener pantallas. En recursos incluimos:

  • El conocimiento que tiene el Claustro para responder a los retos
  • La experimentación y el contraste
  • Las herramientas de evaluación que nos comprometen con objetivar-mejorar, aprender siempre.
  • La versatilidad de métodos con los que trabajamos, aprendemos y enseñamos.
  • La comunicación con los compañeros, con los alumnos y los padres.
  • El valor que da la sociedad a su escuela y a sus profesionales.
  • El valor que nos damos a nosotros mismos. 

No siempre esos recursos tienen la dimensión y profundidad que sería necesaria.

Pero un Liderazgo Eficiente debe aprender a sacar partido a lo que tenemos y generar un entusiasmo práctico que haga crecer los recursos.

Liderar, diseñar cómo liderar, es pensar antes de hacer. Los que se dedican al arte del diseño, consideran que el buen diseño:

  • Resuelve necesidades y problemas.
  • Aporta aquello que se hace necesario y que se hace querer.
  • Es la voluntad de hacer cosas útiles y que den un servicio a las personas.
  • Y mejorar la relación con lo que somos y nos rodea.

No sabemos si conocéis la historia de Alessi y los objetos que la marca ha desarrollado. La empresa comenzó en 1920, pero fue en 1970, de la mano de Alberto Alessi, cuando decidió convertir algunos productos cotidianos, considerados solo funcionales, en pequeñas obras de arte.

La escuela lidera un producto cotidiano al que debe dar un valor y una entidad más allá de lo funcional: debe comprometerse a convertir en obra de arte la historia de cada alumno y también de cada profesor que trabaja en nuestro claustro.

Un compromiso de esas dimensiones no puede resolverse sin entusiasmo y competencia profesional.

¿Cuántos espacios de entusiasmo va a generar nuestro liderazgo en lo que resta de curso? Este tiempo tan complejo, tan ensimismado y desconcertado, deja al descubierto con enorme claridad nuestra capacidad de aprendizaje, nuestro compromiso y sentido de servicio. Tal vez, la tipología de Liderazgos podría resumirse en dos:

  • Los Directores que esperan en la playa las mejores condiciones para salir a navegar.
  • Y  los directores que no esperan a salir a navegar sino que entran a navegar, como escribía el pintor Alfredo Castañeda en el pie de uno de sus cuadros.

Es tiempo de elegir. No es tiempo de esperar. Seguimos pedaleando. 

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