Laura Cuesta: “Las adicciones son multicausales, no podemos culpar solo a las pantallas”
“Educar es cansado”, suelta en mitad de la conversación. “Es que para quitar el móvil a un hijo hay que remangarse y dar la tabarra. Y eso agota. Educar agota”.
El error de fondo: usar sin saber para qué
“Con la tecnología no todo vale”, explica. “Cuando se hace una implementación en el aula, lo fundamental es preguntarse el para qué. Qué vamos a conseguir con esa herramienta, si mejora el aprendizaje, si motiva, si sirve para fijar contenidos… pero no podemos meter tecnología por meter”.
Por eso critica el enfoque del anteproyecto de la Comunidad de Madrid, centrado en limitar el tiempo de pantalla sin tener en cuenta el contenido ni el contexto. “Se han basado en tiempos, no en contenidos. Y eso es un error. No es lo mismo estar una hora viendo vídeos en YouTube que estar una hora haciendo robótica o programación”.
E insiste: el verdadero problema ha sido “tecnificar sin método”. Hay centros llenos de pizarras digitales, iPads y Chromebooks “donde lo único que se ha hecho ha sido digitalizar el libro en PDF y ponerlo en una pantalla. Eso no es innovación, es trasladar lo antiguo a un nuevo soporte sin cambiar nada más”.
No se puede legislar desde el privilegio
Cuesta lo deja claro: no se puede hablar de estos temas sin mirar las brechas sociales. “Mis hijos son unos privilegiados. Tienen libros, tiempo, ocio saludable, padres con estudios. ¿Qué pasa con los niños de contextos vulnerables, que están solos toda la tarde, con un smartphone desde los ocho años y sin supervisión?”.
La frase se queda suspendida en el aire. Porque cuando las políticas públicas se hacen pensando solo en las familias que pueden permitirse acompañar, supervisar, regular, se corre el riesgo de abandonar a los que no pueden. “Si quitamos toda la formación digital de los colegios, que es el único sitio seguro y controlado, ¿qué hacemos con toda una generación de niños y niñas? ¿Les dejamos fuera del sistema?”.
Además, recuerda que las pantallas no son sinónimo de móviles. “Pantallas son muchas cosas: móviles, sí, pero también ordenadores, tabletas, robótica, realidad aumentada, inteligencia artificial… y los móviles ya están regulados. No se pueden usar en los centros. Lo que estamos discutiendo es otra cosa”.
“No hay un consenso unificado en la comunidad científica”
El debate también se cuela en el terreno académico. Algunos estudios recientes afirman que el uso intensivo de tecnología reduce el rendimiento académico. Cuesta los conoce bien, y los matiza con datos. “Se está haciendo mucho cherry picking, seleccionando solo los estudios que avalan una postura. Pero por cada estudio que dice una cosa, hay otro que dice la contraria”.
Habla de correlaciones, no de causalidades. De investigaciones con enfoques distintos. “Claro que hay adolescentes con ansiedad que se refugian en la tecnología, pero eso no quiere decir que sea la tecnología la que les genera esa ansiedad”. Por eso insiste en que no se puede legislar desde el alarmismo ni desde la simplificación.