“Uno de cada cuatro posibles suicidas ha sufrido bullying en el colegio”
El profesor de la Universidad Bordeaux II asegura que la lacra social es la pequeña violencia que malforma el clima escolar, reniega de los castigos y apuesta por una mayor implicación de las familias con docentes que roten poco.
Visita Barcelona para ofrecer la charla Cómo mejorar el clima escolar, por qué y cómo dentro del ciclo de debates educativos que la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Fundació Jaume Bofill organizan en el Macba (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona). Seguidor de la pedagogía cooperativa y doctorado en Filosofia, es profesor en la Universidad Bordieux II y dirige desde 2004 el Observatorio Internacional de la Violencia en la Escuela. Desde su mandato, ha supervisado cuatro conferencias mundiales sobre este tema. Tras trabajar activamente los conflictos educativos de Brasil, explica en su último ensayo –Los diez mandamientos contra la violencia en la escuela (2008)– las claves para luchar contra esta lacra social.
¿Cual es la definición más exacta de la violencia que se vive en las aulas?
No vivimos una época de violencia espectacular. Es todo más bien a pequeña escala. Desde 1960 hasta ahora sólo se han dado 40 masacres en los colegios, considerando masacre a asesinatos en los que mueran más de tres personas. En las últimas décadas sí que se ha vivido un auge de las pequeñas agresiones dentro del clima escolar, que son las que más se repiten y las que pueden volverse crónicas. Son agresiones verbales, faltas de respeto o el enfrentamiento directo a la autoridad, ya sea al profesor o al propio centro. Aunque, ojo, no toca a todos. Nuestros cálculos indican que sólo uno de cada 10 alumnos ha sufrido algún tipo de violencia durante su etapa escolar.
¿Qué consecuencias se dan cuando se ejerce violencia en el centro?
Hay tres consecuencias. Primero, las que atañen al clima escolar y el absentismo . Uno de cada cuatro alumnos que no acude a clase de forma regular lo hace por miedo a ser acosado. Suelen ser buenos alumnos. Un estudio de 1994 indicaba que el 29 por ciento de los que padecen bullying son los alumnos más inteligentes. En segundo lugar, las consecuencias emocionales, que afectan a corto y largo plazo. La exposición a la violencia implica la aparición de depresiones, tendencias suicidas y problemas psicológicos. Uno de cada cuatro posibles suicidas ha sufrido acoso escolar.
¿Y la última?
La que atañe a la seguridad pública. El 75 por ciento de los adultos que hoy disparan han padecido o han formado parte de la violencia en su escuela. Tanto el acosador como el acosado se arman para protegerse y después vengarse. Es una actitud del todo inútil. El acosador escolar, cuando crece, cae en la delincuencia –hay estudios que demuestran que los violentos en el aula son los que acaban teniendo trabajos paupérrimos o caen en el paro en su edad adulta– y el acosado se arma al crecer para tratar de defenderse. La ley del más fuerte, al fin y al cabo, es una ley de perdedores.
¿Ha aumentado la violencia en los centros en los últimos 10 años?
Es importante separar los conceptos de violencia y delincuencia. Hay estudios de muchos países, de Francia, Chile, España y Brasil, que indican que la gran violencia, la física o la que se relaciona con masacres, no ha crecido especialmente. Lo que sí ha cambiado ha sido la naturaleza de la violencia, existe una mutación global. Hay más agresiones verbales y ha crecido el cyberbulling, aupado por las nuevas tecnologías. También hemos percibido que se han extendido las agresiones colectivas. Ya no es un uno contra uno. Ahora el bullying se ha vuelto más grupal, con grupos de hasta siete contra uno.
Muchos señalan a la cultura del vídeo (televisión o videojuegos) como principal culpable de estas nuevas formas de agresión en el aula. ¿Qué papel juegan los medios de comunicación?
Los mass media buscan el impacto y se fijan en lo más conflictivo. Dan una imagen falsa de la realidad, la distorsionan. Aún así, el interés de la sociedad mediatizada está ahí. Los vídeos más vistos en internet son los de actos terroristas, tsunamis, masacres escolares o actos de violencia ordinaria en el aula. Realmente, la violencia brutal sólo representa un 2 por ciento de las agresiones. El verdadero problema, por el que debemos fijar la atención, es el cambio que está experimentado el clima escolar. Los profesores se enfrentan a clases que cuestionan su rol y el del propio centro. Esta situación se da especialmente en barrios sensibles, zonas degradadas socioeconómicamente y en los que la violencia hacia las instituciones –policía, etc–, está presente en su día a día.
Usted ha repetido y expuesto el problema de la “fatiga docente” derivada por el mal clima escolar. ¿Cómo actúan los profesores dentro de esta situación? Especialmente ahora, que se alerta de la escalada de actitudes violentas entre los alumnos de Primaria…
Es cierto, en los últimos años hemos constatado que los alumnos de Primaria que imitan esa postura de “pequeña violencia” de la que antes hablábamos han aumentado considerablemente. El próximo estudio que he realizado, y que todavía no se ha publicado, se rige a través de una encuesta a 14.000 profesores de Primaria y 3.000 de Secundaria en Francia. La tendencia mayoritaria que definen es que no existe una violencia excesiva de los alumnos hacia ellos, pero que la violencia verbal es muy superior respecto a años atrás. Esta situación se da especialmente en barrios sensibles a la violencia, donde el profesor y el propio centro se ven como los enemigos. Con todo, repito que la violencia brutal sólo llega al 2 o 3 por ciento. Aunque no existan agresiones de carácter grave, no exime al docente de tener que lidiar con un cambio de patrón social. El profesor se enfrenta a un clima de rechazo.
¿La implicación de la Unión Europea contra la violencia escolar es efectiva?
Aunque se hayan desarrollado asignaturas específicas en las que se trabaja la tolerancia y los valores ciudadanos, pero luego no se hace. No soy quien para valorar estas medidas, sólo estudio la violencia en el aula. Un tema muy interesante a estudiar sería el del “currículum oculto” en los centros educativos. Aunque se apuesta por este tipo de asignaturas, siguen existiendo prácticas sexistas en el cotenxto escolar y discriminaciones curriculares ocultas, sobretodo en cuestión de género. Al estar consideradas como un grupo sin problemas para el rendimiento académico y poco perturbador, las alumnas con problemas de aprendizaje o dificultades en el ámbito escolar no gozan de la atención necesaria. ¿Por qué las mujeres abandonan la formación científica, aunque sean listas y estén capacitadas para ello? Es como si se les negase de antemano una carrera que les lleve a un puesto de responsabilidad.
¿El castigo soluciona los conflictos?
Si fuese efectivo, podría estar a favor de utilizarlo, pero no lo es. Hay que promover otro tipo de aptitudes e instaurar lo que yo denomino “justicia restaurativa”. Te pondré un ejemplo. Hace un par de años, un parisino pegó a otro en clase. Durante su juicio, el juez le dio dos opciones: ir a la cárcel durante un corto espacio de tiempo o pasar seis meses patrullando con la Policía de París por los suburbios. El único requisito: que lo apuntase todo y después presentase su reflexión al juzgado. Era un terrible estudiante, casi no sabía escribir, pero aceptó la opción del juez. Cuando la Policía le advirtió de que podía acabar como los centenares de vagabundos con los que se cruzaba en la patrulla, el alumno decidió enmendar su camino. Ahora ha vuelto a estudiar y ha mejorado en sus estudios. No ha vuelto a pegar un puñetazo.
Claves
El futuro del acosador
Debarbieux insiste en que siempre que se hable de violencia en el aula, hay que separar el concepto de la delincuencia. No obstante, indica que los acosadores escolares son los que más probabilidades tienen de caer en las prácticas ilegales o la delincuencia. Existen estudios que demuestran que 40 años después de haber sido violentos con sus compañeros de clase, los acosadores son los que más posibilidades tienen de ir al paro o acabar en la cárcel.
La extorsión colectiva
Si bien antes se ejercía la violencia verbal o el acoso entre uno contra uno, cada vez hay más bullying en el que el acosado se puede llegar a enfrentar hasta a siete personas.
Impacto de la crisis
Durante su debate posterior a esta entrevista, el director del Observatorio Internacional de la Violencia en la Escuela aseguró que las familias y los colegios son “los que más están siendo castigados por los efectos de la crisis económica”.
El profesor ideal
“La escuela real tiene profesores imperfectos, familias imperfectas y niños imperfectos”, asegura Debarbieux. Y a los profesores les dice: “No sois Ghandi, no podéis enfrentaros a la violencia de grupo si estáis solos”.