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Las CCAA con mayor rendimiento educativo resisten mejor la crisis

Diego FranceschMartes, 11 de septiembre de 2012
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En los últimos años, cada vez más personas tienen más nivel de estudios, pero este avance no se ha visto acompañado de un aumento suficiente de la calidad. Es una de las principales conclusiones del informe sobre el sistema educativo que el BBVA ha realizado a partir de los datos del Informe PISA. Además, persisten notables diferencias de resultados entre comunidades, hasta el punto de que entre las que obtienen mejores y peores resultados en comprensión lectora existe una diferencia equivalente a un año y medio de escolarización (dos en matemáticas y 1,6 en ciencias).

Todas las comunidades españolas están por debajo de la media de la OCDE en calidad, aunque algunas obtienen mejores resultados en rendimiento y en equidad, entendida como el grado de dependencia de los resultados de los alumnos con respecto a sus condiciones socioeconómicas. El rendimiento se mide por los valores medios en PISA y la calidad por la proporción de estudiantes en los niveles superiores de competencia en este informe y descontando los que no alcanzan el nivel mínimo.

Otra de las conclusiones del estudio es que las comunidades con mejores resultados también son las que logran mayores niveles de equidad. Sin embargo, no hay una relación directa entre desarrollo económico y desarrollo educativo. es decir que las comunidades noroccidentales con buenos resultados no ocupan posiciones destacadas en términos de desarrollo económico o renta per cápita. Sin embargo, el coordinador del informe y catedrático de Fundamentos del Análisis Económico, Antonio Villar, asegura que 50 puntos más en las pruebas PISA “supondrían aumentos de casi un uno por ciento en la tasa de crecimiento de la renta per cápita”. En su opinión, comunidades con un mayor rendimiento educativo parecen mostrar una mayor capacidad para resistir a la crisis, especialmente en el mantenimiento del empleo. Aunque una mayor riqueza no implica necesariamente una mayor Educación de los individuos, sí hay evidencia de que una mayor Educación genera ventajas en la generación de renta y empleo.

Cantidad y calidad
Los resultados internacionales muestran que hay un claro efecto positivo del rendimiento educativo sobre el crecimiento económico. Diversos estudios ponen de manifiesto, además, que lo relevante son los conocimientos efectivamente adquiridos y no la mera acumulación de años de escolarización. El informe es tajante: “La mera extensión de los años de escolarización obligatoria no aporta demasiado: cursar la Educación Secundaria obligatoria sin éxito no supone una diferencia significativa respecto a tener solo estudios primarios”.

En cambio, “una mejora simultánea en la cantidad y la calidad de la Educación sería especialmente efectiva para impulsar el crecimiento económico. Más cantidad de Educación no sirve de mucho si no va acompañada de la calidad suficiente”, recuerda el estudio del BBVA.

El análisis del caso español, relativo al periodo 1995-2010, indica que las diferencias regionales en Educación afectan de modo sustancial al crecimiento. Existe un efecto significativo y positivo del rendimiento educativo cuya magnitud es similar a los estudios internacionales. Como resultado, las diferencias regionales en rendimiento educativo se convierten en diferencias en la tasa de crecimiento a largo plazo de hasta el 1% o el 1,4%.

Si planteamos un escenario hipotético en el que todas las comunidades españolas se sitúan en comprensión lectora a la altura de los valores ya conseguidos por la Comunidad de Madrid y Castilla y León, que son las que obtienen mejores resultados, se lograrían aumentos en la tasa de crecimiento de la renta que irían del 0,10% en La Rioja y Cataluña hasta el 1% de Canarias. Esas mejoras sustanciales en la mayoría de regiones supondrían un aumento para el conjunto de España de un 0,4 % anual en el crecimiento a largo plazo.

En el informe se destaca que las diferencias de resultados entre comunidades que comparten un mismo sistema educativo son tan grandes como las que existen entre distintos países de la OCDE. En este sentido, el portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, señala, por ejemplo, que “hay dos españas, la del norte y la del sur, y dos velocidades”. Estos datos que se derivan del informe PISA son corroborados por las evaluaciones realizadas de forma independiente por el Instituto de Evaluación del Ministerio de Educación (Evaluación de 4º de Primaria de 2009 y la Evaluación de 2º de ESO realizada en 2010).

Esta diversidad se mantiene en los estudios superiores. Según el Instituto Nacional de Estadística en 2009 del total de la población mayor de 16 años, el 18% en las Illes Balears y el 19% en Andalucía y Canarias tenían estudios superiores, mientras que ese porcentaje alcanzaba el 31% en la Comunidad de Madrid, el 29% en Navarra, o el 35% en el País Vasco.

Para el coordinador del informe, Antonio Villar, el entorno sociofamiliar explica el 40 por ciento de las diferencias entre comunidades y otro 25 por ciento la estructura productiva de la autonomía, mientras que el resto no sabe a qué obedece. Coincide con el Ministerio en someter a pruebas externas a los alumnos y en aumentar el número de alumnos por aula, pero creando grupos entre los que avanzan más rápido.

El Informe PISA analiza en detalle la relación entre las condiciones socioeconómicas y culturales de las familias y el rendimiento académico de los alumnos. Partiendo de la construcción de un indicador compuesto de la situación familiar, se comprueba que existe una relación positiva (pero relativamente débil y que varía ampliamente entre los distintos países) entre las condiciones socioeconómicas y los resultados.

El funcionamiento del sistema educativo obedece a la concatenación de muchas otras variables, relacionadas con la valorización social de la Educación, la implicación de las familias y los profesores en la formación de los estudiantes, el diseño curricular o las estrategias docentes.

Por otra parte, también es habitual considerar tres tipos de factores explicativos de las diferencias de rendimiento: características individuales, características sociofamiliares y características de los centros formativos. Las variables individuales analizadas muestran que los alumnos que son repetidores tienen significativamente menos puntuación en PISA que los no repetidores. En concreto, haber repetido una vez disminuye la nota en más de 58 puntos, y haber repetido más de una vez tiene un efecto, como mínimo, de 95 puntos. Los estudiantes que han asistido más de un año a Educación Infantil tienen significativamente más puntuación en PISA.

Con respecto a las variables socioeconómicas se observa que tanto el nivel educativo y ocupacional de los padres como las posesiones educativas (como el número de libros) en el hogar tienen un efecto positivo y significativo sobre los resultados.

En cuanto a las variables del centro, los datos indican que el tipo de escuela no es una variable significativa. Sí lo es en cambio la existencia de “grupos de habilidad”, lo que sugiere que cierta separación entre estudiantes con niveles de aptitud heterogéneos puede resultar beneficioso para el rendimiento de los mismos. Se observa también un efecto positivo derivado de los compañeros de clase, medido por el nivel educativo de los padres.

Villar reconoce que la coyuntura económica no va a permitir muchas alegrías en el gasto educativo pero ha destacado que “lo importante es cómo y dónde se invierte”. También rechaza que las diferencias vengan de estudiar en una escuela pública o privada, pero le da más importancia a los compañeros y a la presencia de libros en casa y a los hábitos culturales de la familia. Por eso recomienda diseñar políticas para mejorar estos hábitos y para potenciar la cultura escrita, flexibilizar la gestión de los centros y ampliar la educación preescolar.

El rendimiento educativo durante la enseñanza obligatoria modifica significativamente las perspectivas laborales de los individuos –según el informe– y completar o no este proceso formativo tiene importantes consecuencias. “Los graduados tienen una mayor probabilidad de empleo, menos exposición a la temporalidad y obtienen mayores salarios, reflejo de su mayor productividad”, señala el estudio del BBVA. En datos concretos, una mejora de 15 puntos en la tasa de graduados de la ESO y la reducción del abandono escolar, incrementaría la tasa de actividad entre 0,3 y 2 puntos, reduciría la tasa de paro entre 2,3 y 3,8 puntos y la tasa de temporalidad entre 1,7 y 2 puntos y aumentaría la productividad al menos un 4,5%.

Pobreza educativa
Por otro lado, el informe analiza la insuficiencia o pobreza educativa mediante un indicador que tiene en cuenta la incidencia, la intensidad y la desigualdad. Cuanto mayor es el Índice de Pobreza Educativa, peor es el resultado en cuanto a formación mínima alcanzada. Si la variabilidad en el rendimiento educativo es de uno a dos y en el Índice de Desarrollo Educativo de uno a ocho, en el Índice de Pobreza Educativa es de uno a 80. España obtiene valores relativamente buenos en este indicador, en torno al 50% de la media de los países del estudio y se acerca a la media de la UE-15. Por comunidades, las regiones con mejores valores están concentradas en la zona norte del país y corresponden a aquellas comunidades con mayor rendimiento. Navarra, País Vasco o la Comunidad de Madrid tienen valores inferiores al 65% de la media nacional.

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