La reforma Wert frustra las expectativas de la Privada

El tecnócrata Wert ha dejado razonablemente descontentos a casi todos. La crítica de la izquierda ya estaba descontada, pero no la de los más próximos ideológicamente al Gobierno.
Para el sector de la enseñanza privada, la reforma Wert da por bueno el modelo LOE, o sea Logse. Ni una palabra de tener en cuenta la demanda de las familias a la hora de planificar la oferta educativa, ni una palabra de flexibilizar la zonificación, ni de distrito único, ni de modificar los baremos de admisión, ni de tratar en igualdad de condiciones a las dos redes, etc. El sector reclama una especie de “blindaje” de los conciertos mientras haya una demanda razonable de las familias. Un concertado que no llegue a un mínimo de alumnos se queda sin concierto, mientras que un público… Raro, pero es así. Difícilmente se le podrá exigir a la Concertada lo mismo que a la Pública si no es tratada con el mismo rasero.
A los representantes de las familias tampoco les gusta la reforma por razones similares. En una entrevista que publicamos en el próximo número de “Padres”, el presidente del Foro de la Familia considera que el ministro ha terminado renunciando a una defensa sin complejos de la libertad de Educación para echarse en brazos de los “pedagogos del Ministerio”. Sea o no, lo cierto es que, según el Gobierno, el claim de la reforma ya no es ni la libertad ni la calidad, sino la equidad. ¿A quién creemos?