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Mil millones menos para unas aulas con 136.000 alumnos más

Paloma Díaz SoteroMartes, 16 de octubre de 2012
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El informe anual Datos y Cifras, del Ministerio de Educación, ratifica la tendencia de reducción del gasto público por estudiante que comenzó hace tres años, cuando en 2010 se invirtió el crecimiento sostenido de la última década que nos estaba aproximando a la inversión educativa de los países de nuestro entorno.

El Datos y Cifras de este curso muestra cómo en 2012, la suma del dinero invertido en las aulas por todas las administraciones –Ministerio y CCAA– es menor que la del año anterior: 1.121 millones menos. Así, se reduce el gasto público en Educación al 4,76% del PIB. Aunque para el ministro la caída es inapreciable, lejos queda ya ese 5,02% de 2009 que nos acercaba a la media europea de 5,1%.

Y más lejos va a quedar, ya que el Gobierno espera poder reducir el gasto público en Educación al 3,9% del PIB para 2015, según hizo constar en el Programa de Estabilidad 2012-2015 aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 30 de abril y enviado a Bruselascomo prueba del compromiso de ahorro.

Por lo pronto, el Presupuesto para Educación diseñado para 2013 cae un 14%, y quedan por ver las partidas autonómicas, que deberán contemplar las medidas de ajuste del Real Decreto 14/2012 –aumento de ratios y de horas lectivas del profesorado, cierre de bachilleratos con poca demanda…– para cosechar un ahorro total de 3.000 millones.

Ahora vamos con el destinatario de ese dinero público: el alumnado. Datos y Cifras deja constancia de que, un año más, el número de niños y adolescentes en las aulas sigue creciendo: este curso tenemos 136.411 alumnos más que el pasado. Y eso pese a que ha dejado de aumentar la presencia de estudiantes inmigrantes (sólo 305 más el curso pasado).

El incremento más notable lo encontramos en el primer ciclo de Infantil y en las enseñanzas a distancia (Bachillerato y FP) , lo que podría revelar un interés por mejorar el nivel formativo en la población que abandonó pronto los estudios.

Los entresijos del informe revelan, por otro lado, un levísimo trasvase de alumnado de la escuela privada a la pública. El curso pasado ésta última tuvo un 0,3% más del total de estudiantes que el curso anterior. El porcentaje se hizo más notable en Infantil (0,6%), en Educación Especial (0,7%) y en los PCPI (0,9%).

La matemática más elemental permite colegir que el gasto público por estudiante ha caído, pero para poder constatarlo tendremos que recurrir a eso, a modestas sumas y divisiones, ya que Datos y Cifras sólo ofrece ese dato concreto hasta 2009, el año cumbre de la inversión educativa.

2009 es, además, el año que toma como referencia el último informe internacional de la OCDE, que revela una inversión por estudiante en España mayor que la media de los países desarrollados e incluso superior a la media de la UE.Ese gasto público superior es al que se acoge el Ministerio para decir que aún tiene margen para realizar más ajustes.

Desde ese último año de bonanza, con una inversión de 6.546 euros por alumno, sólo podemos sumar el número total de estudiantes en centros sostenidos con fondos públicos y dividirlo entre el dinero público destinado.

Si realizamos esta operación casera –nunca oficial– con los datos publicados por el Ministerio y teniendo en cuenta sólo al alumnado en régimen general, nos sale un gasto por estudiante en 2012 de 5.759 euros: casi 1.000 euros menos. Las hipótesis para 2013 nos sitúan aún más cerca de los 5.000 euros por alumno.

Y dado que la mayor parte de la inversión (62%) se va en salarios, lo esperado es que haya menos docentes. El informe certifica 3.000 profesores menos el curso pasado respecto al anterior, en concepto de jubilaciones no cubiertas. Por el contrario, en la Privada y Concertada, hay 2.000 más.

El propio José Ignacio Wert salió al paso de esta evidencia destacando que el aumento de plazas docentes en los últimos 10 años (23%) ha sido desproporcionado en relación con el incremento de alumnos (15%) y de colegios (18%).

  • Disparidad
  • Cada Datos y Cifras es una oportunidad para comprobar la disparidad de resultados educativos que hay en España por comunidades autónomas y el peso diferente que se da a la Educación en unas y en otras. Una muestra es la escolarización de la población tras la enseñanza obligatoria (ver gráfico). Aquí nos encontramos con un País Vasco en el que la casi totalidad de sus adolescentes continúa estudiando a los 17 años y unas Baleares donde casi el 30% a esa edad ha abandonado el sistema, algunos sin haber titulado en ESO. También puede verse cómo algunas regiones tienen un 15% de los jóvenes con 17 años rezagados en la ESO y otras no llegan al 10%. Del mismo modo, podemos poner la lupa en el abandono temprano (población joven que no ha continuado estudiando tras la Obligatoria) y ver que en Andalucía alcanza el 32,5% y en Navarra sólo un 12%. Otra variable para constatar la disparidad autonómica es el número medio de alumnos por ordenador en los centros públicos. Extremadura tiene 1,5 estudiantes por computadora; Andalucía, 2, y Madrid, 6,5.
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