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Ceapa prefiere como socio al Sindicato de Estudiantes

Martes, 16 de octubre de 2012
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Como me ha vuelto a pasar, lo cuento. He asistido a los actos oficiales de inicio de curso en Toledo y en Valladolid. La escena se repetía. Los príncipes, el ministro, el presidente de la comunidad y autoridades varias entran en el colegio entre el griterío de no más de 50 personas vestidas con camisetas verdes. La cifra no es de los sindicatos ni de la delegación del gobierno sino de un servidor que contó. Hasta aquí lo que sale en las noticias.
En el Colegio “Tomás Romojaro” de Fuensalida me senté junto a una señora o señorita que comenzó a aplaudir con fuerza al comienzo de la intervención del director del centro. La miré. “Es nuestro director”, me dijo. Esperé al final del acto cuando los gritos volvieron como música de fondo. Le pregunté si ese centro había sufrido recortes y me contestó que no muchos porque tenían pocos interinos. En concreto, me dijo que había pasado de 44 a 40 profesores. Le pregunté qué opinaba de las protestas y me dijo que le parecían un poco excesivas. “A nadie nos gusta que nos recorten –creo que fueron sus palabras– pero me parece que se está exagerando”. En términos similares pero con mayor dureza se expresaron dos profesoras de sendos IES madrileños a las que invitamos hace pocos meses a una mesa redonda en la redacción de MAGISTERIO: “Quieren cargarse los centros [refiriéndose a los organizadores de las protestas]. Están empeñados en que los recortes se tienen que notar y están suprimiendo servicios que no hay ningún motivo para suprimir, como el transporte o las extraescolares. Y, por supuesto, los alumnos no hemos recuperado las horas de huelga que se dijo que recuperaríamos”.
En la otra esquina la Ceapa se aleja de la moderación de los últimos años, saca su rostro más radical y se equivoca. Primero, porque pide a los padres que usen a sus hijos como moneda de cambio; y con los hijos no se juega. Usted me puede pedir que me manifieste, que vote A o B, que firme, etc. pero a mis hijos déjelos que estudien que buena falta les hace. Y segundo, porque se buscan como socio al intrépido Sindicato de Estudiantes, dinamita pura. ¿Por qué entonces? Porque saben que son los que realmente pueden vaciar las aulas. Al menos en Secundaria, los chicos no van al cole porque se lo diga mamá. Y en Primaria, tampoco irán si hay ambiente de bronca.

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