fbpx

Acerca del sano ejercicio de la rectificación

Martes, 27 de noviembre de 2012
0

No sé si habrán observado que los llamados famosos nunca se arrepienten de nada. Más aún, cuanto más calamitosa es la vida que exhiben menos muestras de arrepentimiento ofrecen al escandalizado periodista. Tras relatar que ha tenido que sentarse numerosas veces ante el juez, detalles gástricos de sus incontables infidelidades, toda suerte de fechorías, calumnias, infamias, delitos… le hacen la mítica pregunta con la que suelen terminar ese tipo de entrevistas.
–¿Te arrepientes de algo en tu vida?
–Ah, no, no, no. Yo no me arrepiento de nada.
La semana pasada escribí en este mismo espacio una dura crítica a determinado tipo de sindicalismo, a mi juicio, más preocupado por satisfacer las demandas de sus afiliados que por mejorar la educación de nuestros hijos. Vaya por delante que en esto yo tampoco me arrepiento de decir lo que dije, entre otras cosas porque lo he manifestado en numerosas ocasiones. Tengo entre los representantes sindicales numerosos amigos de muchos años, ellos me conocen y saben lo que pienso. Yo también les conozco y sé lo que piensan…
Sí me arrepiento de haber tomado, en concreto, al sindicato ANPE como blanco de las críticas, sencillamente porque no se lo merecen. Si la entrevista que publicamos la semana pasada –y que tomé como referencia– no hubiera sido con el presidente de ese sindicato sino con cualquier otro representante sindical hubiera escrito lo mismo. Pero el entrevistado fue mi amigo (hasta ahora, al menos) Nicolás y sobre él recayó el reproche injusto, inoportuno y, tal vez, desmedido.
No son pocas las veces en las desde esta y otras tribunas me he referido al encomiable trabajo que hace este sindicato, probablemente el más independiente. Un trabajo en defensa de los derechos de los docentes que intentan conjugar –no sin dificultades– con una posición coherente en favor de la mejora de nuestra Educación y en contra de lo que sería la pura rentabilidad sindical. Cuántas veces no han secundado protestas, huelgas, algaradas por pura responsabilidad o se han posicionando junto a la Administración cuando lo rentable hubiera sido actuar de sindicato mamporrero.
A mí me cuesta poco arrepentirme. Por tanto, lo siento.

0