Todo empieza con una semilla

de Laura Knowles y Jennie Webber • Editorial Bruño • 16 € • +5

Por Laura Gómez Lama

Los cambios de estación son los mejores momentos para hablar de lo que sucede en la naturaleza. Sobre todo, en primavera y en otoño, pues, en estas estaciones, se hacen más visibles los ciclos por los que pasa el entorno más cercano: el revuelo de insectos en los meses de más calor, la caída de la hoja y el cambio en los colores cuando llega el frío, la quietud de la naturaleza cuando ese frío se aferra a la tierra… El invierno parece hechizar los bosques y los parques, que dan la sensación de haber parado el tiempo. Sin embargo, con la llegada del calorcito, que va barriendo el frío y el sueño en el que todo se ha visto envuelto, la naturaleza, ya sea en el campo o en la ciudad, se empieza a hacer notar: el canto de los pájaros, la luz y la extensión de su reino, las hojas que vuelven, las flores que adornan, los zumbidos que llenan el aire… Es primavera, no hay duda, y comienza la germinación.

Todas aquellas semillas, que han volado por los aires y han caído en tierras ricas en nutrientes y agua, germinarán. Es el momento ideal para explicarlo, para lo que vamos a valernos de experimentos y recursos gráficos, como las ilustraciones que acompañan la historia de nuestra protagonista: una semilla de sicomoro, que, un día, será un árbol, un ecosistema, un paraíso natural…

Así comienza nuestra historia, con una semilla minúscula, desprendida de un árbol, que vuela por los aires en busca de un lugar para asentarse. Una vez que lo encuentra, brota, crece y los animales e insectos, que por ella pasan, aportan su granito para que no pare de crecer.

La semilla es ahora un árbol joven, da cobijo a quienes le ayudaron a convertirse en lo que ya es y estos, agradecidos, siguen acompañando su desarrollo. Resguardándose del frío y del viento en el árbol, también le dan su calor y compañía. Cuando se alimentan de él, lo limpian y, si se les escapa una caca, son los nutrientes que más necesita.

Ahora el árbol está grande y lleno de vidas.

Hasta aquí, el libro puede ser leído para edades tempranas. Una vez llegados al final del cuento, una página se despliega para aportar datos que, además, pueden interesar a niños más mayores sobre el sicomoro, nuestro árbol protagonista.

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• Más sobre cómo trabajar el libro en clase de 5-6 años en la revista ESCUELA INFANTIL (nº 10.706, abril 2021, sección Club de Lectura), un contenido exclusivo para suscriptores.