La compactación de las asignaturas determina el menor coste de la Lomce

“No es una reforma costosa, ya que tiene elementos de racionalización, como son centrar el esfuerzo en las asignaturas instrumentales, sobre todo en los últimos años de formación y en el Bachillerato, y elementos de compactación que suponen un gran ahorro”. Así se expresó el pasado jueves la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, durante un desayuno informativo de Executive Forum España en el Hotel Palace de Madrid. La representante ministerial aprovechó para explicar cómo se va a financiar la Lomce y cómo la compactación de materias va a ser la clave: “Tenemos que huir de la situación actual, con un sistema ineficaz en Bachillerato, que posee una oferta enorme de asignaturas y de combinatoria entre distintas alternativas, vías y modalidades, y que, por tanto, encarece mucho el sistema”.
De esta forma, el menor número de asignaturas, el refuerzo de las instrumentales y la disminución de las posibilidades de combinatoria van a implicar, evidentemente, un menor número de profesores o la reasignación de efectivos que tanto han denunciando los sindicatos. De hecho, Gomendio se refirió a “una de las debilidades de nuestro sistema, y que hace que siga siendo muy anticuado, y es el hecho de que sigue siendo muy compartimentado, por lo que los profesores que enseñan determinadas asignaturas tienen poca relación con el resto, lo que provoca que todo se enseñe de forma muy rígida sin aprender a relacionar unas cosas con otras”.
Según Gomendio, “ese ahorro, fruto de la compactación de materias, va a compensar los mayores costes de la ley, que están básicamente ligados a los cambios en la Formación Profesional y, en menor medida, a la implementación de las evaluaciones externas al final de cada etapa”. Y precisamente uno de los objetivos de la reforma es disminuir el porcentaje de abandono temprano –actualmente situado en el 26%– atrayendo a mayor número de alumnos hacia la FP. Pero esta formación, con un carácter mucho más práctico y aplicado, resulta mucho más costosa que la académica, por lo que ese objetivo va a implicar, inevitablemente, unos costes indirectos que, para Gomendio, “son muy difíciles de prever”. De hecho, como afirmó la secretaria de Estado, “cuanto mayor sea el éxito de la reforma en estos términos, más coste tendrá, pero será un coste gradual a lo largo de los próximos años, a medida que consigamos modificar el tráfico de estudiantes hacia las distintas trayectorias”.

Universitarios en FP
La importancia que adquiere la FP en situaciones de crisis, como la que vivimos actualmente, queda reflejada en que en algunas comunidades autónomas el 10% de los jóvenes que acceden a la FP de Grado Superior procede de la universidad. Para Gomendio “es una formación larga y costosa la de los jóvenes universitarios, que al final tienen que optar por una FP que es la que les proporciona un aprendizaje más práctico que les facilita el acceso al empleo”. Por este motivo, la secretaria de Estado argumentó que “si en una etapa más temprana pudiésemos orientar a esos alumnos en esa dirección, que es donde acaban finalmente, tendríamos un sistema más eficiente y un grado más bajo de frustración en los jóvenes”.
Por último, Gomendio aseguró que no puede dar una cifra sobre el coste de la reforma debido a que “muchas decisiones quedan en manos de centros y comunidades autónomas, por lo que habría que hacer estimaciones sobre distintos escenarios”. Se refería a las asignaturas de especialidad y específicas, donde centros y comunidades tendrán que elegir cuáles quieren ofertar de entre un abanico de posibilidades.

 

OTRAS IDEAS SOBRE LA REFORMA

­­­- Nuevo sistema de acceso a la universidad
“Con el sistema que planteamos nos estamos acercando más a los modelos internacionales, ya que en el 77% de los países de la OCDE hay una prueba al final del Bachillerato necesaria para la titulación. Las universidades deciden si se quedan con la nota del Bachi-llerato o prefieren una nota específica de algunas asignaturas en función de la carrera que el alumno escoja. Por tanto, al final las universidades podrán tener su propia prueba de acceso, que puede consistir en un examen o en una entrevista”.
­­­- Posibilidad de que la Concertada aumente sus plazas
“Todas las medidas que proponemos en esta reforma van encaminadas a mejorar los resultados en un sistema donde conviven tres modelos –centros públicos, concertados y privados–, y donde creemos firmemente que deben seguir conviviendo esos modelos. En un sistema donde se va a permitir mayor autonomía, donde va a haber mayor transparencia y mayor exigencia de rendición de cuentas, se va a tener que hacer un ejercicio de responsabilidad mayor en cada uno de esos modelos, y serán los padres quienes juzgarán cuáles son los resultados y qué modelo quieren para sus hijos”.
­­­- Mayor especialización de los centros
“El Estado va a fijar los objetivos que tienen que cumplir los alumnos en las asignaturas troncales y, en menor medida, en las específicas, pero no va  a definir el camino para llegar a esos objetivos. Van a tener que ser las comunidades autónomas, los centros y los propios profesores los que definan las asignaturas, los contenidos y la metodología. Cada centro podrá elegir un camino diferente para alcanzar esos objetivos, y una vez que ser realicen las evaluaciones nacionales, tendremos una idea de cuál de esas alternativas da buenos resultados. Por tanto, se otorgarán ayudas a los centros que no obtienen buenos resultados para que los alumnos superen satisfactoriamente esas evaluaciones. Sólo cuando hay diversidad de oferta, puede haber libertad de elección real”.