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Wert acepta cambios en la ley si no afectan a las materias, itinerarios ni evaluaciones

Adrián ArcosMartes, 28 de mayo de 2013
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Wert saluda en el Congreso al portavoz del PSOE, Mario Bedera. (Foto: Jorge Zorrilla)

Ampliar el consenso en torno a la Lomce a través de un diálogo sin el establecimiento previo de líneas rojas. Esa fue la propuesta que el ministro, José Ignacio Wert, lanzó el pasado jueves a los grupos parlamentarios durante la Comisión de Educación en el Congreso de los Diputados, comprometiéndose a reunirse a partir del siguiente día con todos ellos. Después el ministro puntualizó: “En los elementos medulares de este proyecto, los que tienen que ver con la organización de la enseñanza, los itinerarios, las materias y las evaluaciones, no debería haber diferencias enormes, ya que son elementos basados en la evidencia”. Estos cambios parten “de aplicar soluciones que ya se han probado en otros países con problemas similares a los que tiene el sistema español y que los han resuelto con éxito”, afirmó Wert.
El ministro consideró, sin embargo, que “en otros aspectos puede haber una mayor distancia ideológica con las legítimas opiniones de los distintos grupos”. Se refería Wert a la supresión de Educación para la Ciudadanía, la asignatura de Religión evaluable y su alternativa o los conciertos a centros de Educación diferenciada. Por eso manifestó que “si no pueden ser acuerdos totales, sí al menos deberíamos alcanzar acuerdos parciales que eviten la sensación en la sociedad de que ciertos aspectos fundamentales de la Educación quedan al socaire de los vaivenes políticos”.
Pero lo que se encontró el ministro la tarde del jueves en el Congreso –así como un día antes en el Senado– fue un rechazo frontal de la mayoría de grupos parlamentarios a su reforma. “Nunca ha habido una mayoría absoluta con mayor soledad que la suya”, le reprendió el portavoz socialista, Mario Bedera. De hecho toda la oposición, excepto Foro Asturias, anunció enmiendas a la totalidad del proyecto de ley.
El ambiente entre la oposición fue de absoluta desconfianza ante las propuestas y las explicaciones del ministro, y el debate generó momentos de auténtica tensión subida de tono, con reproches directos a la actitud de Wert y a sus declaraciones aparecidas durante los últimos meses en los medios de comunicación.

“Sin consenso”
La diputada Rosana Pérez, del BNG, le recriminó que “no haya dialogado con casi nadie, salvo con los que han sido los principales impulsores y promotores de esta reforma: la jerarquía de la Iglesia católica, la gran patronal de la enseñanza privada y concertada y los sectores más retrógrados de la derecha”. En la misma línea se expresaron el resto de representantes parlamentarios. Alfred Bosch, de ERC, felicitó al ministro por “conseguir llegar al gran consenso de todo el mundo en contra de sus propuestas”. Isabel Sánchez Robles, del PNV, tachó la “ley Wert” de “megalómana”. O Caridad García Álvarez, de Izquierda Plural, que la calificó como “la ley de ofensa y mofa de la comunidad educativa; o la ley de ordeno y mando de la Conferencia Episcopal”.
Por su parte, Bedera exigió al ministro que explicara “qué entiende por la palabra consenso, ya que citar en el Ministerio a sindicatos, asociaciones de padres de alumnos o a estudiantes y ponerles encima de la mesa un texto, eso no es negociar ni dialogar; eso es pedir adhesiones”.
Pero para el ministro “ninguna ley educativa ha tenido tanta cantidad de diálogo como la Lomce, que además ha procurado un contacto directo con  los interesados a través de un buzón específico en el que se han recibido más de 30.000 sugerencias y observaciones”. Bedera, sin embargo, se remontó a la Logse y aseguró que “si esa ley duró desde 1990 hasta 2006, se debió a que fue consensuada y debatida”. La portavoz del PP, Sandra Moneo, le recordó que “el modelo educativo socialista ha convertido la Educación en una cadena de producción, donde lo que menos importa es el resultado final”.

Evaluaciones “punitivas”
Sobre las evaluaciones, Bedera las tachó de “triquiñuelas”. “En España se evalúa la Educación, tenemos evaluaciones de diagnóstico, y lo que usted quiere es entrenar a los chicos para que acaben superando esas reválidas”, espetó al ministro el portavoz socialista, que se mostró a favor de las “evaluaciones informativas, pero no de evaluaciones punitivas, y mucho menos de hacer con ellas rankings”.
El ministro, defensor a ultranza de las evaluaciones, aseguró que “es falso que las evaluaciones sólo sirvan para estimular a los que tienen mejor rendimiento, ya que toda la evidencia internacional muestra que la mejora se manifiesta especialmente en quienes se quedan atrás”. También criticó a los que las tachan de “carreras de obstáculos”, ya que “son un estímulo para estudiantes y profesores; son un elemento en el que con un rasero homogéneo aplicable a todos se da transparencia en cuanto a los resultados y, a partir de ahí la mejora será posible basada en una métrica contrastada”. Y, además, las definió como “un instrumento equitativo, aunque naturalmente valorarán la diferencia de condiciones y la importancia que puedan tener los entornos socioeconómicos”.

CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN

  • ­­­Enrique Álvarez (FAC)

“Se focaliza el proyecto de ley en algunos aspectos de la reforma de la LOE, lo que yo entiendo que de por sí presenta mucho de pacto implícito, porque es una arquitectura diseñada según la doctrina y los principios constructivistas”.

  • ­­­Rosana Pérez (BNG)

“¿De qué manera van a influir en la disminución del fracaso escolar la legalización de los conciertos de los centros que segregan por sexo, el carácter evaluable de la Religión o la imposición lingüística?”

  • ­­­Rafael Bosch (ERC)

“En Cataluña sí tenemos leyes que se han consensuado, como la Ley de Educación de Cataluña de 2009, con un 95% del Parlamento a favor”.
­­­nnIsabel Sánchez (PNV)
“En Euskadi se habla, se lee y se escribe en castellano mejor que en otros lugares del Estado. Por tanto, la Lomce pretende resolver un problema que no existe o nos crea un problema donde no lo había”.

  • ­­­Carlos Martínez Gorriarán (UPyD)

“Otra cosa sería que ustedes hubieran propuesto Historia de las Religiones, de tal manera que los escolares aprendan qué es el islam, qué piensan los musulmanes, qué es el catolicismo, qué es el cristianismo o la reforma protestante”.

  • ­­­Caridad García Álvarez (Izquierda Plural)

“La Religión es una cuestión de fe única y exclusivamente y España es un Estado aconfesional, por lo tanto es anticonstitucional que se implante la Religión en las escuelas y que además sea evaluable”.

  • ­­­Joan Coscubiela (Izquieda Plural)

“Con las nuevas pruebas no evalúan, sino que clasifican a los alumnos entre triunfadores y fracasados”.

  • ­­­Martí Barberà (CiU)

“La selectividad está funcionando. ¿Para qué hay que tocar una cosa que está examinando a todos los alumnos de una manera igual y equitativa?”

  • ­­­Mario Bedera (PSOE)

“Coja usted y convierta en transversal la Religión; qué casualidad, es Educación para la Ciudadanía la que tiene que ser transversal”.

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