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“Estoy harto de los gurús que dicen que tenemos una escuela del siglo XIX”

Las escuelas están inmersas en una transformación digital que afecta a todo el sector editorial, influido también por la caída de ventas y la piratería. Javier Cortés rechaza frases del tipo “la escuela está envejecida” y confía en el profesorado.

Gema EizaguirreMartes, 11 de junio de 2013
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(Foto: Sergio Cuesta)

Licenciado en Filosofía y Letras, antiguo docente, presidente de la Editorial SM y de la Federación de Gremios de Editores. Javier Cortés domina el terreno editorial y habla, con firmeza y sinceridad pasmosa, de la situación de enfermedad, casi crónica, que padece el mercado editorial español. Hace ahora un año que se puso al frente de los editores para enarbolar la bandera de los derechos de autor, frente al libre albedrío reinante en internet; y ya ha propuesto medidas para la nueva Ley de Protección Intelectual que ultima el Gobierno. Una lucha que se vislumbra larga y farragosa, pero que resulta esencial en un mercado donde el 58% de los lectores usa el soporte digital.

En estos momentos, ¿qué porcentaje de libros de papel pasan al formato digital de descarga?
Desde hace ya un par de años todos los libros que se publican lo hacen en formato digital de e-book. Hace tan solo cuatro años no era así, porque no había suficiente oferta de e-books. Tenemos una oferta muy importante digital, por eso estamos muy involucrados tanto en la nueva Ley de la Propiedad Intelectual como en el tema de la fiscalidad. Intentamos que el mundo digital tenga la misma seguridad jurídica que tiene el mundo analógico. En el mundo analógico nadie discute que hay que pagar derechos de autor, pero en el digital esas cosas se discuten.

A su llegada al cargo señaló como objetivo principal potenciar el comercio digital del libro. ¿Qué pasos han dado en este campo?
El proyecto más importante del ámbito digital ha sido impulsar el modelo de gestión Dilve, una plataforma gratuita en internet que permite la gestión y distribución de información bibliográfica de todos los títulos que hay en español. Y luego está el impulso del proyecto Libranda, para favorecer la canalización de la comercialización de los e-books en un almacén de libros digitales.

¿Qué propuestas ha realizado a la nueva Ley de Propiedad Intelectual que prepara el Gobierno?
Las propuestas van dirigidas a desarrollar, con mayor fuerza, la comisión de defensa de la propiedad intelectual que depende del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pero que no está moviéndose. Hace falta dotarla de funcionarios y darle una aplicación más drástica de la mal llamada Ley Sinde. Estamos en una situación muy precaria.

Ese respeto a la propiedad intelectual también posee un componente de Educación ciudadana.
El primer problema es la opinión pública en España. A diferencia de lo que ocurre en otros países como Francia, Reino Unidos y Estados Unidos, en el mundo digital se ha creado la mentalidad del todo gratis. Eso en el fondo es un atraso, porque si tienes todo gratis significa que ni el autor gana dinero, ni el intermediario gana dinero con su obra… Con lo cual, desapareceremos y llegarán los autores de otros países que sí ganan dinero y que sí están protegidos. Las autoridades españolas han sido muy laxas porque nadie se ha querido meter con los internautas.

Pero ¿se están viendo avances?
Hay voluntad política, pero no veo que esa voluntad se convierta directamente en una acción. El problema de fondo es que España nunca ha sido un país de creadores. Si aquí hubiera valor económico; si la industria del cine, del libro y de la televisión fueran potentes, como en EEUU, te aseguro que las autoridades, los jueces y todo el mundo, cuidarían la cultura.

Ante este panorama, ¿los editores apuestan por nuevos autores o van a lo seguro?
Los editores se arriesgan. El sector editor español es innovador y es luchador. Lo que la gente no sabe es que, en estos momentos, el mercado español del libro vive de su venta en América Latina, porque el español está cayendo estrepitosamente. Allí todavía no hay mucha demanda de tablets, ni de libros digitales; por lo que no hay apenas descargas ilegales.

Pero internet, ¿no es un enemigo al sustituir a la figura del editor, del intermediario?
Para que en internet algo se haga famoso necesita de un intermediario. Por ejemplo, yo soy un autor desconocido, escribo la mejor novela del mundo, la pongo en internet, ¿y qué? Todas las empresas estamos haciendo marketing viral en la red, booktrailers, tenemos blogs, etc. Un escritor no puede montar un mecanismo de marketing. Internet no es el mundo de la libertad sino el de la sobredosis de información. El mundo digital tiene tanta necesidad de editor o intermediario como el mundo analógico. Es cierto que hay empresas como Bubok.es, especializada en poner libros en la red, pero ya es un editor; on line, pero es un intermediario.

Otro problema añadido es el IVA cultural del 21%.
Efectivamente. El libro de papel tiene 4% de IVA y un 21 el e-book; por normativa europea es así. Nosotros sacamos los e-books a un 50% más baratos que los libros de papel, pero, con ese IVA tan alto, el cliente no percibe tanto la diferencia; eso hace que se vaya al libro pirata. Hay mucha presión en la Unión Europea para que se baje. De hecho, países como Luxemburgo y Francia se lo saltan a la torera y ponen el 4%, prefiriendo la sanción.

¿Cambiaría algo si se inculcara este respeto al creador desde la escuela?
Se trata de poner en valor la creación cultural; este es un objetivo de este país. Hay una asignatura en Secundaria que se quiere reforzar y a mí me parece muy bien que es Educar para la Emprendeduría. En ese contexto se puede explicar a los niños el valor de las cosas. Desgraciadamente, muchas autoridades en España han favorecido la mentalidad de la cultura gratis, y eso de que al niño se puede comprar de todo, pero al libro se lo tienen que regalar.

La introducción de las TIC en el aula comenzó con el simple volcado del papel al formato digital. ¿Cuál está siendo su evolución?
Ahora se va a producir el cambio. Ya no se va a ir del libro a lo digital, sino que vamos a tener una secuencia en digital que tendrá papel; así el papel servirá de apoyo a lo digital. Después, puede que el siguiente paso sea la eliminación del papel, pero ahí no estamos todavía. En este proceso todo es una evolución, nada es una ruptura.

¿Desaparecerá el papel en la escuela?
Lo importante es que la gente lea y que los profesores enseñen. Porque las preguntas que la gente no se hace son: ¿Qué podemos hacer en el campo digital y en el analógico para que la gente lea más?, ¿Cómo aprovechar esos dos mundos? Y es que parece que vamos a innovar solo con tabletas; y las tabletas no innovan nada. En la Educación seguirá todo lo que sirva. En la medida en que el libro sirva seguirá, y en la medida en la que lo digital sirva mejor, seguirá también. Pero el valor de leer un texto concentrado, que tengas que asimilar, es eterno.

¿Cree que los profesores están preparados para ese cambio?
No, pero poco a poco se irá evolucionando. Confío en el profesorado. Ellos evolucionan en la medida en que se les hace propuestas que les resultan asequibles y en las que son acompañados. Un profesor no cambia cuando le insultas y le dices fases, que se escuchan mucho, como: “La escuela está envejecida”. Son frases que son insultos. Estoy harto de este discurso de los gurús que dicen que la escuela que tenemos es la escuela del siglo XIX. Desde el punto de vista del profesor, lo primero que tiene que hacer es asumir su profesionalidad; y desde el de las editoriales con vocación educativa, como SM, es hacerles propuestas asequibles que les ayuden a mejorar.

En cifras

-Ingresos netos anuales
Las empresas editoriales europeas generan alrededor de 23.000 millones de euros de ingresos netos anuales. En España alcanza cifras cercanas a los 3.000 millones de euros, un 0,7% del PIB, y da empleo directo e indirecto a más de 30.000 personas.

-Descargas ilegales
La mitad de la población internauta española consigue ilegalmente contenidos culturales de internet; de ellos, el 12% corresponde a descarga de libros. Esto produce pérdidas anuales de 586,2 millones de euros al sector del libro.

-Formato digital
El número de títulos editados en nuestro país en formato digital en 2011 ascendió a 40.328, un 243,3% más que en el año 2010 (576,6% más con respecto a 2009). Sin embargo, estas cifras no tuvieron correlación en la facturación del sector, ya que las ventas sólo crecieron en 2011 un 3% más que el año anterior, alcanzando los 72,60 millones de euros.

-e-book
En España el e-book supuso en 2010 un 2,8% de la facturación del total de libros, una cifra cercana a países como Francia (0,5%), Alemania (1%), Italia (entre el 1 y el 2%), Japón (1,1%); aunque se encuentra alejada de EEUU, con un 8% y de Gran Bretaña, con el 5,8%.

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