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El Informe Piaac y la escuela

Martes, 15 de octubre de 2013
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España ha participado por primera vez en un estudio (Piaac) para medir las competencias de la población en edad de trabajar. Propiamente hablando, Piaac informa sobre ‘capacidad de procesar información’ en dos aspectos clave, en inglés llamadas ‘literacy’ y ‘numeracy’, y en castellano ‘comprensión lectora’ y ‘matemáticas’, que se dicen cruciales para la economía ‘basada en el conocimiento’. Los resultados de los españoles han sido inferiores a los de casi todos los demás países participantes, y las miradas en busca de culpable se han dirigido a la escuela y a las políticas educativas.

¿Son realmente tan malos los resultados? ¿Son las políticas educativas la causa y, por tanto, también el remedio? A primera vista parece indudable que sí, pero cuando se considera el asunto de cerca, ni los resultados son tan malos ni las leyes de Educación tan importantes.

Los resultados no son malos, e incluso pueden verse como buenos, si tomamos en consideración las diferencias por edad, los países con los que nos comparamos y algunos aspectos técnicos de la prueba. Parece, en efecto, justo centrar la atención en las edades más jóvenes y compararse con los grandes países de nuestro entorno. Resulta entonces que nuestros resultados son semejantes a los de Italia e Inglaterra, con 264 puntos en Lectura, 11 puntos por debajo de Francia y 15 de Alemania. Si, además, se ajusta la puntuación para tener en cuenta la gente que no ha podido contestar, quedamos también al nivel de Estados Unidos. Es verdad que Japón y Finlandia quedan casi 40 puntos por encima, pero reconforta pensar que en la empresa por alcanzarlos podemos contar con tan buenos socios.

Los resultados tampoco son malos, sino más bien buenos, si miramos a nuestro pasado. Somos, con Corea y Finlandia, el país en el que hay más distancia, 37 puntos, entre jóvenes y mayores. Y, contra lo que se ha dicho, las últimas generaciones siguen superando a las anteriores. Los españoles entre 16 y 24 años ya superan, aunque sólo sea en un punto, a los de 25 a 34 años. Esto ocurre en muy pocos países: Corea, Polonia, Estonia e Italia. En la mayor parte, los resultados a los 16-24 años son peores que a los 25-34: unos diez puntos en Canadá, Finlandia, Alemania, Japón e Inglaterra.

¿Acaso han empeorado las escuelas de estos países? Es poco probable. Se trata de diferencias que habrán desaparecido cuando los jóvenes alcancen la madurez de los 35 años, pues la capacidad de procesar información escrita y numérica se basa en la escuela, pero se desarrolla en todas partes. Ahora bien, si eso es así, habría que conceder que las escuelas de España, Corea, Polonia, Estonia e Italia sí mejoraron y que los jóvenes de 16 a 24 seguirán mejorando hasta superar dentro de diez años a los que ahora tienen entre 25 y 34.

Creo que puede decirse que estos resultados son buenos. ¿Dependen de la política? Supongamos, lo que ya es mucho, que las escuelas de estos últimos países mejoraron y las de los otros no. Hace falta recorrer todavía un gran trecho para poder atribuir estas mejoras a las políticas, y todavía más, a las leyes, y no a los mil otros factores que influyen en los resultados de la enseñanza.

Julio Carabaña es catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid

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