“Más vale estudiar lo que nos gusta de verdad que guiarse por una sociedad tan cambiante”

En la  XVIII Asamblea Confederal celebrada el pasado mes de septiembre, María Rodríguez fue elegida nueva presidenta de Canae (Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes) sustituyendo a Álvaro Ferrer. Esta joven murciana de 17 años compagina su nuevo cargo con su recién iniciada carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

¿Cómo se ha notado en la práctica la subida de las tasas universitarias?
En mis primeros días de universidad me han llegado un montón de comentarios de compañeros quejándose por la subida de tasas. Los profesores hablan de una cifra pero siempre resulta que la cifra real es mayor. Hay muchos estudiantes que no han podido pagarse la tasa y no han entrado al sistema universitario. Otros compaginan el tra-bajo –los que han podido encontrarlo– con el estudio para poder pagársela. Y está muy relacionado con el sistema de becas, porque muchos tampoco han recibido ninguna ayuda.

¿No crees que exigir más nota para beca es una forma de fomentar la excelencia?
Realmente es una medida que perjudica a las familias con menos recursos. Para fomentar la excelencia existen otras vías. Por ejemplo, estamos a favor de que existan las becas de excelencia, que premien a aquellos estudiantes que obtienen buenos resultados. Pero el sistema de becas generales no es el medio para fomentar la excelencia, sino para hacer que exista una igualdad de oportunidades entre todos los estudiantes.

¿No crees que subir la nota va a hacer que los alumnos se esfuercen más?
¿Es que los alumnos que han sacado un 5, en lugar de un 6,5, no se han esforzado? Se deben tener en cuenta otras cuestiones. Si un estudiante vive en un entorno desfavorable quizá no le sea posible sacar un 6,5. Por eso se debería hacer un análisis de los factores que afectan al estudiante para poder recibir una beca, no sólo basándose en la renta o en las calificaciones.

¿Por qué es mejor no basarse en la renta?
Porque una cosa es la renta de la familia y otra los problemas que se puedan tener internamente dentro de la familia y que afectan mucho al estudiante. No se tiene en cuenta esa parte psicológica del estudiante, sino solo aquellos aspectos que se pueden medir cuantitativamente. Cada estudiante es un mundo y por eso el sistema educativo tiene que ser evaluado de forma individual.

¿Qué crees que persigue el Ministerio si no es la excelencia?
Lo que está claro que no persigue es la igualdad de oportunidades porque al final son los estudiantes más desfavorecidos de la Pública los que quedan fuera del sistema. España es ya uno de los países que está a la cola de la OCDE en cuanto a inversión en becas.

Con las cifras actuales de paro juvenil, un estudiante que empieza ahora una carrera, ¿sabe a lo que se atiene?
Quizá un estudiante que empieza una carrera, lo hace con mucha ilusión y no está pensando en que mañana va a poder trabajar o no.

¿Pero crees que los estudiantes deberían escoger las carreras con salidas profesionales, más que las puramente vocacionales?
Pero ¿qué va a tener inserción en el mercado laboral o qué no? ¿Dentro de cuatro años va a ser igual? Más vale estudiar lo que nos gusta de verdad que guiarse por la sociedad tan cambiante que tenemos. Además, cuando decimos que una carrera tiene más salidas profesionales que otras no estamos teniendo en cuenta eso de lo que tanto se habla ahora, que es el espíritu emprendedor. Si un joven estudia una carrera porque le gusta, quizá sea capaz de crear algo que actualmente no existe y que se puede implementar perfectamente en el mercado laboral. Por eso cada joven debe estudiar lo que le interese, porque es en eso en lo que se va a poder desarrollar plenamente.

¿Crees que también hay un problema en nuestro país de orientación previa al alumno para que realmente elija lo que le interesa?
Sí, y de hecho una de las grandes reivindicaciones que tenemos en Canae es que los orientadores en los centros cumplan verdaderamente con su función. Al final, el sistema de orientación en nuestro país consiste en enviar a un chico a ciencias porque saca buenas notas. No se tiene en cuenta ni los intereses de los estudiantes ni qué se le puede dar mejor o peor.

¿Crees que la FP es mejor  salida que la universidad para reducir el desempleo juvenil?
Si nos movemos por ese criterio, quizá los estudiantes universitarios no tendríamos por qué existir y todos tendríamos que ser estudiantes de FP. Es una alternativa y tiene que ser equiparable.

La realidad es que otros países tienen el doble de estudiantes de FP que el nuestro y registran menos paro juvenil.
Pero es que aquí la FP se tiene que dignificar, ya que actualmente existe un gran problema porque la FP o bien no conoce o no se sabe para qué sirve, quizá también por los problemas de orientación de los que hemos hablado antes.  

¿Crees que la Lomce va a dignificar la FP con el adelanto de los itinerarios o el desarrollo del modelo dual?
Esa no es la forma de dignificar la FP. Con el adelanto de itinerarios justamente se va a conseguir todo lo contrario, porque los alumnos que tienen  menos rendimiento y sacan menos nota se irán por esa vía.

¿No crees que la FP Básica o la FP dual van a dignificarla?
Con la FP Básica seguro que no, porque luego al alumno que va a esa vía no se le van a garantizar las competencias básicas, le están diciendo que van a conseguir menos objetivos que los demás estudiantes. Entonces no hay una equiparación de nivel y eso no es forma de diginificar la FP. Los PCPI son prácticamente una medida excepcional, lo último a lo que puedes acceder. Si equiparamos los PCPI a la FP Básica, estamos enviando ahí a los estudiantes que menos rendimiento tienen o que más problemas académicos tienen. ¿Eso es una forma de dignificar la FP? En realidad se ponen más estereotipos de estudiantes ahí, que no pueden seguir el ritmo del Bachillerato, y al final se termina reduciendo el número de objetivos y competencias que el alumno alcanza.

¿Estás a favor de las evaluaciones al final de etapa?
Por supuesto que se deben hacer exámenes, pero cuando se está evaluando el siste-ma –que es lo que se pretende con estas pruebas–, esas notas no deberían incidir en el expediente académico. Sólo deberían servir para tener datos y que el sistema mejore. Al final estas evaluaciones evalúan al alumno, pero ¿se están evaluando en algún momento las metodologías de los docentes? ¿O las instalaciones de los centros? Además, si existe una evaluación continua ¿por qué es necesario un examen final? ¿Por qué hay que jugárselo todo en una prueba en la que se puede tener un mal día? Si están evaluando día a día la progresión de nuestro esfuerzo, no entiendo que después nos la tengamos que jugar en un examen final. ¿Qué pasa si ese día saco un 5 si soy un alumno de 10? Por esa parte no apoyamos que se realicen esas pruebas a final de etapa y menos que sean necesarias para conseguir el título.