La juventud vasca muestra confianza en el futuro y en sus capacidades
El director de Juventud y Deportes, Jon Redondo, presentó el pasado día 13 el estudio Aurrera Begira 2013, Indicadores de Expectativas Juveniles, que elaboran el Observatorio Vasco de Juventud y el Gabinete de Prospección Sociológica de Lehendakaritza. Su objetivo es conocer las percepciones de la juventud sobre el futuro a corto y a medio plazo mediante 10 indicadores de expectativas.
El resultado ha mostrado la satisfacción de los jóvenes vascos con su situación personal en aspectos básicos de la vida. Los individuos sometidos al estudio han valorado su situación con 80 puntos sobre los 100 posibles de la escala. La situación actual también ha sido valorada positivamente con un resultado de 60 puntos sobre 100. Para la realización de este índice se han tenido en cuenta aspectos como el trabajo, la formación, la vivienda , la salud y las amistades, entre otros.
Además, los jóvenes han manifestado su confianza en el futuro, ya que consideran que la situación mejorará a medio plazo. La población joven ha calificado con 64 puntos sobre 100 el futuro en un plazo de cinco años, lo que demuestra una posición moderadamente optimista, siendo los desesempleados los que más confían en el futuro. Por otro lado, las personas estudiadas confían en sus capacidades para afrontar las dificultades puntuando este factor con 66 puntos sobre 100.
Empleo y emancipación
En lo referente al empleo y la emancipación las valoraciones no son tan positivas. El 39% de la población joven trabajadora cree que existe un riesgo elevado de perder el empleo en el plazo de un año. A estos se les añade el 18% que, sin tener riesgo de perder su trabajo, cree que las condiciones van a empeorar. El 43% restante considera que las posibilidades de perder el empleo o disminuir las condiciones es bajo.
Por su parte, el 46% de los estudiantes confía en encontrar un trabajo acorde a su formación al finalizar sus estudios. Por ultimo, el estudio muestra que el 45% de los jóvenes considera que no va a ser posible su emancipación en el plazo de un año por no poder salir del hogar de los progenitores o, en el caso de otros, por tener que retornar a él.