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La lucha contra el fracaso escolar en Cataluña ignora el entorno de los alumnos

La política educativa de los últimos tres años impulsada por la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, contra el fracaso escolar se ha centrado en las aulas pero ha ignorado el entorno social de los alumnos y no desarrolla medidas de corresponsabilidad con las familias. Ésta es una de las críticas que contiene un análisis realizado por la Fundación Bofill, presentado en Barcelona el 7 de marzo, de las principales medidas de la política educativa de los dos últimos gobiernos de la Generalitat (2011-2013).

MagisnetMartes, 11 de marzo de 2014
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Xavier Bonal, profesor del departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Antoni Verger, investigador Ramón y Cajal y Marie Curie del mismo departamento, son los autores del informe que se ha hecho público y en el que se han revisado nueve ejes de la política educativa de CiU, como la financiación, profesorado, atención a la diversidad y mejora del rendimiento educativo, entre otros. A juicio de ambos investigadores, los condicionantes de la economía y la política catalanas no explican la magnitud de la reducción de recursos en educación en los últimos años, que ha supuesto una disminución de un 17,5% del gasto público por estudiante al pasar de 4.085 euros de 2010 a 3.370 en 2012, según datos incluidos en el estudio.

Las escuelas en peores condiciones sociales son las que más han padecido las consecuencias de estos recortes, a pesar de que la Conselleria ha tomado medidas, como mantener la sexta hora en determinados centros con entornos socioeconómicos difíciles, para mitigar el impacto de la crisis, pero no han sido suficientes, indican. Además, el gobierno catalán ha realizado un despliegue de la Ley de Educación de Cataluña (LEC) claramente selectivo, como el refuerzo de la autonomía de los centros o la financiación pública de la Educación posobligatoria en las escuelas concertadas (el peso del gasto público en la Concertada pasó del 18,5% en 2010 al 20,8% en 2011).

Aunque los autores del informe indican que el Plan de lucha contra el fracaso escolar impulsado por el gobierno de Artur Mas tiene "indudables virtudes", la política educativa desarrollada hasta ahora no contempla explícitamente intervenciones en otros ámbitos que no sean la escuela y el aula. "Las experiencias más exitosas a escala internacional –se asegura en el estudio– destacan la importancia de una intervención individualizada que tiene en cuenta todo el entorno familiar y social del alumno".

Como ejemplo, los autores argumentan que la política de relación escuela-familia puesta en marcha por la titular de Enseñanza "no despliega estrategias efectivas de corresponsabilidad" y no apuesta por abrir la escuela a las familias y "juntar esfuerzos" por el éxito de los alumnos catalanes. Por el contrario, incorpora a esta política de relación "fundamentalmente elementos prescriptivos, tan genéricos como previsiblemente ineficaces para reducir el fracaso escolar o el abandono", especialmente a través de la web Familia i Escola del departamento.

Pero, sobre todo, la lucha contra el fracaso escolar ha dejado de lado mecanismos de intervención comunitaria, y especialmente los Planes Educativos de Entorno, firmados en convenio entre el departamento de Enseñanza y los ayuntamientos, de los que en el curso 2011-12 se propuso la renovación en 61 poblaciones, aunque sin financiación.

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