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“En España hay muchas lagunas, no veo mucha integración”

Ampnee es una asociación que trabaja por la integración de niños con necesidades educativas especiales. Salen adelante sin ningún tipo de ayuda pública, solo con la aportación de los socios.
Estefanía MartínezMiércoles, 11 de junio de 2014
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(Foto: Jorge Zorrilla)

Desde la Asociación Madrileña Para Personas Con Necesidades Educativas Especiales trabajan por la integración de aquellos que sufren enfermedades o síndromes que les influyen en su normal desarrollo educativo. Jaime Navarro, presidente de la asociación y padre de uno de los niños, nos cuenta el origen y objetivos que les han llevado a dar voz al colectivo. Por ello, trabajan día a día para superar los déficits de aprendizaje y el aislamiento social que sufren algunos de estos jóvenes.

¿A qué se dedica la Asociación Madrileña de Necesidades Educativas Especiales?
Somos un grupo de padres y madres que fomentamos la inclusión de nuestros hijos, muchos de ellos con problemas de relación con otros niños debido a las enfermedades o síndromes que padecen. Para ello, realizamos actividades tanto de ocio como pedagógicas para que los niños no estén condenados a estar en casa todo el día y disfruten de su tiempo de ocio.

¿Qué tipo de enfermedades tienen los niños que pertenecen a la asociación?
En general, los niños están diagnosticados con retraso madurativo, pero ésto engloba mucho más síndromes y trastornos. Además, hay algunos con síndrome de Down, aunque son una excepción dentro del círculo.

¿Con qué edades trabajáis en la asociación?
Generalmente, trabajamos con chicos de entre 12 y 15 años. Algunos de ellos empezaron unos años antes y han ido creciendo y cumpliendo años formando parte de la asociación.

¿Cuántas personas forman parte de la asociación?
En la actualidad somos 64 miembros, somos considerados una asociación pequeña. Con esfuerzo e ilusión intentamos hacer todo lo que está en nuestras manos.

¿Cuando y cómo nació la idea?
Todo comenzó en el 2008, cuando un grupo de padres decidió juntarse y afrontar los problemas que surgían entre los chicos cuando se relacionaban con otros niños.El proyecto de crear una asociación serviría para que padres e hijos compartieran este ocio, compartieran experiencias, al mismo tiempo que estos niños podrían consolidar las relaciones que por su situación son si cabe más importantes para su futuro.

¿Qué objetivos os planteáis?
Intentamos que los chicos tengan la oportunidad de de-senvolverse en la vida a nivel práctico. Para ello, realizamos actividades como, por ejemplo, saber interpretar la hora o saber coger el transporte público, entre otros. Una de las actividades que tenemos planificada para los próximos meses es con la Policía que nos impartirá una sesión de Educación Vial. Nos da igual que sepan cual es la capital de Polonia, pero lo que si queremos es que a nivel diario sepan moverse y defenderse solos. En definitiva, es en lo que más énfasis ponemos cada semana.

¿Cada cuánto programáis estas actividades?
Una, dos o tres veces cada mes. Tenemos un local cerca de la Calle García Noblejas en el que organizamos las actividades, aunque no todas las hacemos allí. Queremos que se diviertan, por eso, también vamos a los bolos y al cine. Además, la joya de la corona es nuestro campamento de verano en el Escorial. El objetivo es que se desenvuelvan ellos solos y que no estén con sus padres durante un tiempo, en este caso una semana. Mi mayor preocupación es que ellos sepan moverse solos, aunque todavía son pequeños. Ese es el camino a recorrer.

¿El campamento lo organizáis vosotros?
En general, la mayoría de los niños que van al campamento de verano forma parte de la asociación, aunque también va alguno externo. No estamos cerrados y si algún niño quiere apuntarse no hay ningún problema. Siempre lo organizamos en la localidad del Escorial, ya que nos ha ido bien y es un sitio cerca de Madrid, a 50 kilómetros. Para nosotros es bueno que no esté muy lejos y así poder llevarlos y traerlos.

¿Cómo financiáis las actividades que realizáis en la asociación?
No contamos con ningún tipo de subvención pública, nuestra financiación es totalmente privada. Cada socio paga 10 euros al mes y con eso nos vamos apañando en el día a día. Además, también vendemos camisetas y papeletas como hacen otras organizaciones de este tipo. Es complicado, ya que todas las subvenciones han desaparecido en los últimos años prácticamente.

¿Contáis con algún apoyo por parte de la Administración?
Nada. Ahora estamos trabajando en ello, aunque lo tenemos un poco complicado. Entre lo que oímos y lo que vemos, no hay mucho que rascar en ese tema. Las subvenciones están difíciles, aunque me imagino que a alguna asociación mayor igual si se las dan pero a no-sotros de momento no. Trataremos de hacer algo en ese aspecto.

¿Hay algún país que destaque especialmente por su atención y políticas enfocadas al colectivo?
No conozco un lugar en el que se destaque especialmente en este sentido, pero te digo que España no es. Me imagino que irá acompañado del nivel económico y cultural del país.

Dices que España no destaca, ¿por qué?
En España hay muchas lagunas docentes. En nuestro caso en concreto no veo mucha integración. Afortunadamente tenemos en nuestro país algunas instituciones como la Once que hacen mucho por la sociedad y por la integración.

¿De qué forma se atienden este tipo de necesidades en los centros?
Todos los niños comenzaron a ir a colegios normales, ya que al principio es difícil identificar el problema. En el colegio normal te vas dando cuenta que no llevas el mismo ritmo que los demás, que incluso repiten curso. A nivel de relaciones también tienen dificultades. Inevitablemente, accedes a colegios especiales. No todos los niños que tenemos van al mismo colegio pero si todos son especiales. En estos centros el nivel curricular se adapta más a sus necesidades. En este tipo de centros cualquier niño se siente integrado, están entre iguales.

¿Hay suficiente integración en los centros?
Tampoco hay que recubrirles en una isla desierta, ellos tienen que crecer. Es como lo que se hace ahora de separar en las aulas a chicos y chicas, yo no lo veo normal. Estos niños viven en una sociedad en la que hay todo tipo de personas y tienen que acostumbrarse a tratar con todas ellas. Otra cosa es que su círculo de amistades esté condenado a relacionarse entre ellos. Pero les viene muy bien relacionarse con todo tipo de personas.

¿Cómo se siente el colectivo ante la sociedad? ¿hay discriminación?
En principio nada grave, yo no noto que al niño le marginen. Estos niños son muy cariñosos, por lo que yo no tengo queja hasta el día de hoy.

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