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“Si somos más, podremos hacer más cosas y defender mejor el colectivo”

Estefanía MartínezMartes, 9 de septiembre de 2014
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(Foto: Jorge Zorrilla)

Leticia Sánchez es la voz pública del Colegio Profesional de Educadores Sociales de ­­Madrid. Desde hace tres años, el renacido colegio lucha por recuperar todos los servicios perdidos a consecuencia de la crisis, así como por profesionalizar y revalorizar la figura del educador social, una profesión en peligro de extinción.

¿Cómo se encuentra en la actualidad el colectivo de educadores sociales en la CAM?
Lo que nosotros estamos viendo como colegio profesional es que la realidad de nuestro colectivo en este momento de crisis está siendo realmente difícil y dura. Sabemos que es una situación similar a la de la mayoría de las profesiones que pertenecen al sector social, ya que es uno de los más afectados por los recortes presupuestarios. Nosotros ya partíamos de una base muy pobre ya que la inversión en políticas sociales siempre ha sido muy precaria en comparación con otras autonomías. Ha generado que se hayan desmantelado muchos servicios, que se hayan destruido recursos sociales y muchos puestos de trabajo.

¿Algún dato concreto sobre los puestos destruidos o las ayudas perdidas?
Datos concretos no tenemos, ya que contar con datos tangibles tiene muchas cosas aparejadas. Tienes que tener muchos recursos dentro del colegio para poder tener ese tipo de estudios. Necesitaríamos tener recursos económicos y más personal, algo de lo que no disponemos por el momento. El poder tener esos datos es imposible, a lo mejor dentro de un tiempo, cuando crezcamos, pues podríamos facilitar ese tipo de información, pero ahora mismo es imposible.

¿Qué objetivos tiene el colegio?
Al hacernos colegio nos convertimos en una corporación de derecho público, es decir, cambian nuestros objetivos. Los fundamentales que tratamos de alcanzar son: la ordenación del ejercicio de la profesión, la representación de toda la profesión en el ámbito de la Comunidad de Madrid, la defensa de los intereses profesionales de nuestros colegiados y velar por el cumplimiento de una buena práctica profesional. Como no somos todos los educadores sociales que ejercemos los que estamos dentro del colegio, no podemos ejercer adecuadamente todos estos objetivos. Si no tenemos a los profesionales que están trabajando dentro del ámbito socioeducativo adecuadamente formados, si no hay una definición correcta y concreta de las funciones dentro de cada servicio, si hay una falta de control, etc.Todo esto puede generar una incorrecta atención a las personas e incluso situaciones graves en relación a la ciudadanía.

¿Cree que la formación inicial de los educadores sociales es suficiente y está bien estructurada?
Respecto a la universidad, aunque aun estamos en un momento inicial, estamos estableciendo convenios de colaboración con diferentes universidades, tanto públicas como privadas. Nuestro objetivo dentro de esos convenios es que podamos participar en los programas de las universidades, tanto a nivel práctico como teórico. Sabemos que como toda profesión que comienza, en el origen tenía carencias, pero se van solventando y vamos avanzando. Nos sigue quedando un poco la tarea de que los educadores sociales que intervenimos en la práctica podamos estar en la universidad también ofreciendo esa formación pero entendemos que hasta ahora hemos sido diplomados y que dentro de la universidad se exigen unos requisitos que nosotros tenemos que ir trabajando.

¿En qué consiste la figura del educador social?
La Educación Social es un derecho de la ciudadanía. Hay que tener muy presente que trabajamos para los ciudadanos, no perder nunca ese rumbo. Esto se concreta en el reconocimiento de una profesión que es de carácter eminentemente pedagógico, generadora de contextos educativos, de acciones mediadoras y formativas, dentro de nuestro ámbito de competencia. Esto se hace posibilitando la incorporación del sujeto de la Educación a la diversidad de redes sociales, entendidas estas redes sociales como el desarrollo de la sociabilidad y de la circulación social. Como profesionales, nuestro trabajo está centrado en los sujetos que están limitados en su desarrollo personal y presentan dificultades de adaptación al entorno. Para eso necesitamos y generamos apoyos que sean válidos para su integración social. Por último, nos parece muy importante que se tenga en cuenta que el educador social también trabaja en el ámbito de la prevención, tanto a nivel individual como grupal o comunitario.

¿Qué limitaciones encu-entra el colectivo en la actualidad?
Fundamentalmente son las condiciones económicas las que nos limitan. La gran escasez de recursos nos dificulta el poder intervenir, es decir, si no hay recursos con los que poder trabajar se desmembra todo. Las limitaciones que tenemos ahora mismo son todas. Se pretende incluso que con voluntariedad podamos prevenir situaciones de riesgo y eso no es viable. Si no hay una intervención con recursos, un horario o una dotación económica, no se puede avanzar. Nuestros profesionales están limitados, hay mucha precariedad laboral. Además, esto genera que la gente este desmotivada, que haya desilusión por la profesión, hay mucha impotencia. Es una profesión muy vocacional donde la gente está muy implicada y si no tienes cómo ejercer esa profesión al final te acabas desvinculando. Hay gente que incluso abandona la profesión y se dedica a otra cosa.

¿Cree que se ha perdido la figura del educador en el momento en el que más se necesita?
Obviamente creemos que sí. Es como si en un momento que hace mucho calor decidimos quitar todos los ventiladores y aires acondicionados del mercado, es un poco absurdo. Ante una situación de crisis y de gran vulnerabilidad social, se están quitando los recursos que permiten que el colectivo en situación de riesgo pueda salir a flote. Creemos que esto está produciéndose y está generando que la figura del educador social se esté perdiendo. Lo que estamos viendo con las nuevas leyes de servicios profesionales es que las profesiones sociales no están siendo tenidas en cuenta para tener una reserva de actividad y que se defienda la figura, ya sea del educador social o de otro profesional, para que solo nosotros podamos ejercer nuestra profesión.

¿Cómo es la relación del colegio con la CAM?
No recibimos ninguna ayuda por parte de la Consejería, solamente nos nutrimos de las cuotas colegiales. De hecho, contamos con reducciones de cuotas para diferentes situaciones personales o económicas. Pretendemos que sea una relación a nivel colaborativo, por ejemplo, en que seamos un órgano consultivo para la Comunidad a la hora de sacar legislaciones, pliegos o de defender las situaciones de los ciudadanos. Mandamos cartas allí siempre que consideramos que alguna situación vulnera los derechos de los ciudadanos, pero no siempre nos responden. Si que hemos tenido reuniones y contactos con diferentes consejerías, pero no en la medida que a nosotros nos gustaría. No sé si es por qué nos ven como un colectivo muy crítico y temen que podamos ser un poco cañeros.

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