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El abandono escolar temprano baja hasta el 22,3 por ciento en España

La tasa española sigue siendo casi el doble de la media de la UE, según ha informado este lunes el Ministerio durante la inauguración de los talleres "Estrategia de competencias de la OCDE" . El objetivo es alcanzar el 15 por ciento en 2020.
RedacciónMartes, 4 de noviembre de 2014
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El abandono escolar prematuro se redujo al 22,3 por ciento en el tercer trimestre de este año, pero sigue siendo casi el doble de la media de la UE, según ha señalado este lunes el Ministerio de Educación. El año pasado, la tasa de jóvenes que ya no estudiaban después de la enseñanza obligatoria cayó al 23,5 por ciento, según datos de la EPA, mientras que España se propone bajar el 15 % en 2020.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha llamado la atención sobre las diferencias de esa tasa entre comunidades, con una diferencia «llamativa» de hasta tres a uno. Wert ha inaugurado este lunes los talleres «Estrategia de competencias de la OCDE» para España, con participación de las comunidades, un proyecto interministerial integrado por departamentos de Educación, Empleo y Seguridad Social y Economía y Competitividad. Posteriormente participarán el resto de agentes de educación y empleo en estos talleres.

Wert ha puesto énfasis en la cuestión de las competencias, la transición entre educación y formación y el empleo, que es el «gran problema de nuestro país», identificado por la UE y la OCDE. Se trata de aproximarse a la destrezas prácticas, competencias y conocimientos que sirven no sólo para el empleo, sino también para que el país tenga personas que puedan ser ciudadanos responsables y comprometidos y acercarse a ese modelo de crecimiento «inteligente y sostenible» de la UE para 2020, ha dicho. Wert ha defendido el propósito de crear las condiciones de movilidad laboral para que la diversidad de los esquemas formativos, lejos de ser obstáculo para la libertad personal y laboral, sea un incentivo y contribuya a un crecimiento integrador y sostenible y a la Europea social.

La secretaria de Estado de Educación, FP y Universidades, Montserrat Gomendio, ha destacado que el problema consiste en que prácticamente ni siquiera el 30 por ciento de los jóvenes ha conseguido el título de ESO, que es la cualificación mínima obligatoria. Ha insistido en las muchas dificultades de volver al mercado laboral que tienen aquellos que dejaron los estudios prematuramente para trabajar en el sector de la construcción y luego perdieron el empleo. Reincorporar a los nini al sistema educativo es uno de los desafíos más grandes, según Gomendio, que ha vinculado «estrechamente» la reducción de la tasa de abandono escolar a un incremento de la matriculación en la FP. Uno de los objetivos de la reforma educativa, ha dicho, es hacer la FP más atractiva, con pasarelas y puentes formativos, evitando que cada ciclo sea, como hasta ahora, un «callejón sin salida». Gomendio ha indicado que las competencias deben servir para el empleo, el crecimiento económico y la cohesión social. No se puede predecir la demanda laboral, pero se puede decidir qué nueva economía se quiere, basada en el conocimiento y la innovación, ha señalado.

La secretaria de Estado de Empleo y Seguridad Social, Engracia Hidalgo, ha subrayado el «desajuste» que arrastra España entre lo que demanda las empresas y la formación de los jóvenes que acceden al mercado laboral. Ha añadido que el grueso del empleo perdido en los últimos años ha sido en trabajos de baja cualificación. El futuro laboral de los jóvenes y de la economía pasa por mejorar la capacidades, hacerlas más relevantes activándolas y un uso efectivo de ellas. Contar con la capacitación adecuada favorece la movilidad, previene la pérdida de trabajo, reduce el tiempo de paro y favorece la reincorporación laboral, lo que está en el centro de la reforma de la FP para el empleo, ha dicho. Patricia Perez, representante de la Comisión Europea, ha incidido en la necesidad de coordinar las políticas educativas y de empleo, corregir el desajuste entre la formación universitaria y el mercado laboral e implicar más a las empresas en la planificación de sus necesidades y la formación de sus empleados, además de una mayor cooperación interministerial y regional,

En nombre de la OCDE, Joanne Caddy, ha insistido en que las competencias formativas mejoran la economía, pero también la cohesión social. La OCDE ha promovido proyectos similares de competencias en Portugal, Noruega o Corea del Sur, para desarrollar competencias importantes, activarlas reforzarlas y, finalmente, comprobar si se consiguen los objetivos fijados. Ha pedido también pasar de políticas pasivas de empleo, como las de tipo asistencial, a las activas, que ayuden a crear y encontrar empleo.

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