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Los profesores optan por los refuerzos y descartan los ámbitos

Ante la implantación de la Lomce, el profesorado de Secundaria prefiere la introducción obligatoria de los refuerzos de las materias instrumentales que la agrupación por ámbitos.
Pablo RoviraMartes, 17 de febrero de 2015
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El profesorado encuestado muestra su preferencia por mantener la carga lectiva de las asignaturas troncales que hay actualmente, reducir la optatividad fundamentalmente en los primeros cursos de ESO y proponer los refuerzos de manera obligatoria. “El estudio realizado ofrece una valiosa información que puede contribuir a la toma de decisiones sobre aspectos relevantes de la nueva configuración en el marco normativo Lomce de la etapa de Educación Secundaria Obligatoria”, señala Fernando Sánchez-Pascuala, director general de Política Educativa Escolar de Castilla y León. Así, el 52,1% de los docentes encuestados prefiere “dejar la carga de las materias troncales como está ahora” en primero de ESO y el 52,6% en segundo. Algo más bajo, del 48,6% y 47,6%, es el apoyo a esta posición para tercer y cuarto curso, respectivamente. No obstante, es la opción mayoritaria para todos los cursos, en todos los tramos de edad y por sexos del profesorado, e independientemente del tamaño de la localidad o tipo de centro. “Nuestra interpretación tiene que ver con que las materias troncales ya tenían mucha carga, por lo que tampoco hay mucho más espacio para aumentarlas. Aquí estamos por encima del 60% de la carga de troncales, aunque la Lomce dice como mínimo el 50%. Los profesores son conscientes de que nuestros resultados son buenos y reformas anteriores ya incrementaron la carga de Matemáticas y Lengua. Viendo que va bien, los profesores entienden que no hace falta cambiarlo”, señalan desde la Consejería.

En cambio, a la hora de hablar de las materias específicas, “se considera como mejor opción que exista un número reducido de materias específicas en los primeros cursos y que dicho número se incremente en los últimos”. Además, apuntan los encuestados, “se debería limitar el número de materias específicas que se deben cursar en cada curso y dicha limitación debería ser establecida por la Administración educativa”. Ambas afirmaciones reciben el respaldo de prácticamente la mitad de los docentes encuestados. “Siempre ha habido un debate sobre el número de materias en cada curso. Este número se ha ido incrementando con el tiempo y es una de las variables clave en los resultados. Una alta optatividad puede dificultar la obtención de los resultados. La Lomce abre esa posibilidad. Se deduce que la optatividad está muy bien pero no nos pasemos para perjudicar los resultados”, explica Sánchez-Pascuala. “Se quiere autonomía pero hasta cierto punto. Influye mucho la competencia entre los centros”, apuntan desde la Consejería. “Una libertad absoluta en este sentido genera diferencias y los centros no quieren” si no es en condiciones semejantes y no con diferencias insalvables”. En este sentido, el tamaño de los centros condiciona la disponibilidad de recursos materiales y humanos de los centros y por tanto, “las posibilidades de centros con menos alumnos tienen menos opciones de ofrecer mayor optatividad o especialización. Lo que la encuesta señala es que la Administración ponga unas bases para todos” y en este sentido para la autonomía escolar los recursos disponibles hacen mucho.

No a los ámbitos
Por otra parte, los docentes no se muestran muy partidarios con la agrupación de asignaturas por ámbitos que plantea la Lomce. “Es preferible la no agrupación de materias en ámbitos en primer curso para los profesores de centros de titularidad pública mientras que los de titularidad privada prefieren la agrupación a decisión de los centros y solo para alumnos con cierto desfase curricular, avalado por los informes de Educación Primaria”, señala el informe. De esta forma, para el 37,8% de los docentes de la Pública y el 33,5% de los de Concertada “no deberían agruparse porque puede ir en detrimento de la calidad del proceso de enseñanza, dado que el profesor no es especialista en el ámbito”, mientras que el 27,1% de la Pública y el 35,1% de la Concertada estima que “deberían decidirlo los centros” y sólo para “alumnos con cierto desfase curricular, avalado por los informes recibidos de Educación Primaria”. La lectura de la Administración es que “los alumnos provienen de una etapa donde las materias ya están distinguidas, por lo que los centros no encuentran sentido que se haga para todos los alumnos, sino para aquellos que requieren algún tipo de refuerzo”. En este sentido, “aquí ya hay un reconocimiento de que ya en primero hay alumnos que necesitan una atención especial”, lo que da pie a los refuerzos.

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