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Cuentos personalizados para reforzar los valores de los más pequeños

La iniciativa Micuento envía cuentos personalizados con los datos y la foto del niño.
Alaia RotaecheMartes, 24 de febrero de 2015
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Algunos de los modelos de cuentos disponibles. (Foto: Micuento)

La idea de que lo social, lo colaborativo y lo personalizado siga presente en la literatura infantil, incluso en una sociedad prácticamente digitalizada, es el punto de partida de la iniciativa Micuento, página web y app surgida en 2014 en Barcelona. Consiste en la personalización de cuentos infantiles, para niños de edades comprendidas entre los 0 y los 9 años, que se envían a países como México, Reino Unido y Argentina.

El proyecto, pensado para las nuevas generaciones de “nativos digitales”, cuenta con varios modelos de cuentos disponibles, como El dragón de las estrellas y El secreto del viento. Una vez elegido el cuento, la historia se personaliza con los datos y la foto del pequeño. Se trata de cuentos pensados para fortalecer el vínculo entre padres e hijos.

Las historias buscan “reforzar los valores para un mundo en el que pensemos más en los otros”, cuenta Muriel Bourgeois, fundadora de la iniciativa junto a Javier Falco y Marcos Aguayo. “El niño se siente parte de la historia al ser el protagonista, y así establece un compromiso mucho más potente con la realidad que transmite el cuento”; el objetivo es que los pequeños vayan descubriendo el mundo que les rodea a partir de historias que dan importancia a valores tales como el cuidado del medio ambiente y la generosidad.

Proceso de aprendizaje
Muriel Bourgeois se refiere a un proceso de independencia que tiene lugar cuando el niño se descubre a sí mismo como protagonista o personaje de una historia: “Especialmente para los más pequeños, el hecho de que de pronto se encuentren inmersos en el cuento hace que se identifiquen mucho más con la historia y con todo lo que la rodea”.

Por ejemplo, en el cuento El niño que quiso cazar el sol hacen hincapié en la economía social y el bien común a través de las peripecias de un niño que quiere el Sol para él. En el proceso de lectura del cuento, el pequeño concluye que lo mejor es compartir, en este caso el Sol, con el resto del planeta.

Muriel también destaca la experiencia de exploración de uno mismo que se produce en el niño al descubrirse como personaje de una historia, a partir de la cual “se siente una persona diferente”, que comienza a verse como un ser independiente.

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