Los obispos creen que la Lomce no cumple con la Constitución
En la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Permanente de los obispos del pasado 26 de febrero, el portavoz episcopal subrayó que la nueva ley “no desarrolla de manera completa lo que establece la Constitución sobre el derecho de los padres de enseñar a sus hijos en el ámbito religioso”.
Gil Tamayo también explicó que la duración de las clases de Religión en Primaria ha quedado reducida a 45 minutos en Ceuta y Melilla (que es el territorio que gestiona el Ministerio de Educación), mientras que en el Bachillerato la oferta de esta asignatura se deja a la libre disposición de las comunidades o del propio centro, pero no están obligados a ello. “Lo pactado es que la oferta de la asignatura es obligatoria por parte del centro y de elección libre por el alumno o la familia”, recordó Gil Tamayo.
El también secretario general de la CEE destacó que es una decisión de los padres que su hijo curse o no la asignatura de Religión y lamentó que se trata de un derecho que ni el legislador ni las administraciones han sabido plasmar.
“Lo que no podemos hacer es hacer de la religión algo sospechoso de desestructuración social, que no pueda influir en el ámbito educativo”, destacó el portavoz de los obispos. “Quien se desentiende del hecho religioso, se desentiende del propio conocimiento de su historia como pueblo”, añadió. “Tampoco el mundo árabe se entendería sin el Islam”, dijo Gil Tamayo.
El portavoz recordó que la Iglesia católica lleva en España 2.000 años, “se ha adaptado y vive en esa sociedad plural y quiere esa sociedad plural. La Iglesia no quiere una sociedad confesional, quiere una sociedad aconfesional, donde uno pueda manifestar su religión, no pueda ser obligado a ejercitarla, ni pueda ser impedido para realizarla, de manera ordenada y conforme a las leyes”, recalcó.
En este sentido, subrayó que “los niños musulmanes tienen el mismo derecho a estudiar el hecho religioso musulmán en la escuela que los niños católicos y el Estado tiene la obligación de facilitárselo, no sólo de reconocerlo”.
“Lo que pido para un niño católico, lo pido también para un niño de cualquier confesión religiosa, especialmente con las que el Estado ha llegado a un acuerdo de cooperación”, afirmó el portavoz.
En alusión a las críticas sobre el contenido de las clases de religión, publicados en el BOE del pasado 24 de febrero, Gil Tamayo recordó que quienes van a estas clases lo hacen porque así lo han elegido. “La enseñanza religiosa en España no es obligatoria, va el que quiere porque la ha elegido él o sus padres”. Y quien la haya elegido “entra en ese espacio de oración”.
Sobre los contenidos de la asignatura, el portavoz de los obispos defendió que sea la Conferencia Episcopal la que los establezca porque “si un Gobierno se mete a establecer los contenidos de una asignatura que es confesional, sería una intromisión del Estado en el ámbito de la libertad religiosa de un Estado que es aconfesional”.
Es precisamente esta resolución aparecida en el BOE con los contenidos de la materia lo que suscitado las reacciones de algunos partidos políticos e instituciones.
El portavoz de Educación del PSOE en el Congreso, Mario Bedera, reclamó la semana pasada la comparecencia urgente del ministro para que explique la “pasada de frenada” de la Conferencia Episcopal en la definición de los contenidos de la asignatura de Religión. Los socialistas creen que la Conferencia Episcopal se ha “echado al monte y ha fijado unos contenidos que pasan por el túnel del tiempo hasta 1978, antes de la promulgación de la Constitución”. Bedera culpa de ello al Gobierno de Rajoy, por haber dado alas a los obispos durante toda la legislatura.
El diputado rechazó frontalmente que en Bachillerato se explique el creacionismo, lo que supone, a su juicio, “enseñar a un alumno el origen divino del cosmos y que éste no proviene del caos ni del azar y evaluarlo por eso”. También se mostró convencido de que en Primaria “se va a volver a los rezos”, ya que en la asignatura dice “que hay que expresar oral y gestualmente la gratitud hacia Dios”.
El portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Pere Macías, también criticó la visión “anticuada” del PP sobre la asignatura cuando “hasta el papa está cambiando sobre la forma de entender la fe en la actualidad”.
Por otra parte, la Federación de la Enseñanza de CCOO ha pedido la “derogación definitiva de los acuerdos con la Santa Sede para evitar la enseñanza de la Religión en la escuela pública, una situación que ve incompatible con un sistema educativo en el que se garantice el derecho a las creencias”.
La actual oferta obligatoria de Religión y su materia alternativa “no garantiza que todo el alumnado curse en algún momento de la escolaridad obligatoria contenidos relativos a la Educación ciudadana y democrática que el sistema educativo debería garantizar por ser un acuerdo de los estados miembros de la UE”, según CCOO.
El texto publicado en el BOE, y que organiza el currículum de la formación religiosa y moral, “es coherente con los acuerdos firmados con la Santa Sede en las postrimerías del franquismo, aún vigentes y más empoderados que nunca”, indicó este sindicato.