fbpx

Acerca de los sucesos del Instituto “Joan Fuster”

Por José Mª de Moya
Martes, 21 de abril de 2015
0

A bote pronto, sin tiempo para la prudente reflexión, se me ocurren tres o cuatro ideas acerca del triste suceso del pasado lunes en el Instituto “Joan Fuster”. En primer lugar y por terrible que resulte, he de confesar que estos episodios no me escandalizan. Forman parte de la contradictoria y misteriosa condición humana, capaz de lo mejor y de lo peor. El ser humano, en momentos de pérdida de referencias –y éstos lo son– se debate entre la banalidad del mal y el heroísmo. En estos momentos de desconcierto alivian esas últimas palabras de El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl: “Nuestra generación es realista, pues hemos llegado a saber lo que realmente es el hombre. Después de todo, el hombre es ese ser que ha inventado las cámaras de gas de Auschwitz, pero también es el ser que ha entrado en esas cámaras con la cabeza erguida y el Padrenuestro o el Shema Yisrael en sus labios”.

Por otra parte, no debemos permitir que este fatal suceso empañe el extraordinario trabajo que se está desarrollando en los centros, especialmente en los públicos, donde las condiciones objetivas son mucho más difíciles en términos generales. En este punto es justo destacar sobre todo el trabajo de miles de profesores de IES con alumnos desmotivados, familias desestructuradas, en barrios marginales, con tasas de fracaso escolar que en muchos casos superan el 40%, lidiando en ambientes conflictivos y disruptivos en las clases, etc. Ese es el terreno que tienen que abonar cada mañana y en el que crecen casi siempre plantas maravillosas, alumnos estupendos y llenos de futuro. Casi siempre, pero no siempre.

También desde aquí se percibe el tufo de ese puntito de hipocresía que siempre hay detrás de todo esto. Somos esa generación ‘adultescente’ que quiere cosas pero no sus consecuencias, que predica lo que es incapaz de ofrecer con su conducta. Hace pocos días asistí a una conferencia a cargo de un prestigioso psiquiatra infantil que alertaba de las consecuencias fatales en las generaciones venideras de las disparatadas tasas de rupturas matrimoniales y familias deterioradas. Esa defensa irresponsable y egoísta de las libertades individuales tan seductora electoralmente como socialmente letal.

0