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Arquitectura

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Autor: padresycolegios.com

Necesito el consejo de algún especialista. Me siento angustiada y no sé qué hacer para no reñir con mi marido y evitar que mi hija se venga abajo este curso. Mi marido es arquitecto, tiene un estudio de prestigio y cree que la única carrera que merece la pena es arquitectura. Este año Laura sacó la selectividad con muy buena nota y su padre le ha exigido, en contra de su voluntad, que en la universidad se matricule en arquitectura, carrera que no sé por qué causa mi hija rechaza frontalmente. Su pasión desde pequeña ha sido ser médico o enfermera, pero su padre no sólo quiere que sea arquitecto por su ego profesional, sino que dice que es la garantía de que la niña se coloque al terminar la carrera. No hemos logrado ponernos de acuerdo y su cabezonería ha sido más fuerte que los deseos de mi hija y los míos. Estamos bastante enfadados con él mi hija y yo. ¿Qué hago?
EUGENIA.
LEÓN

Eugenia: lo primero que debes hacer son las «paces con tu marido». Los conflictos conyugales conviene resolverlos cuanto antes por vuestro bien y el de vuestra hija, pues a pesar de todo seguro que ella no quiere que estéis enfrentados. Lo segundo, si te encuentras mal acude, junto con tu marido, a un especialista para que os ayude.
Aprovechando la exposición de tu pregunta sugerimos algo que pueda serviros a vosotros y quizás a otros padres con planteamientos similares. Con todo el respeto, a tu marido hay que hacerle ver que cualquier profesión u oficio es dignísimo si con su realización se cumple de forma competente, seria, responsable y con actitud de servicio y proporciona unos recursos económicos necesarios acorde con su eficacia. En definitiva, el trabajo bien hecho es el que da prestigio al profesional y además debe ser causa de felicidad personal, por lo que la elección de carrera, con el consejo de los padres o de los educadores, debe ser decisión de cada persona. ¿Nos imaginamos los niveles de eficacia y de felicidad que le pueda proporcionar a un profesional al que le obligan a hacer una cosa que sigue sin gustarle, que no siente y que sólo le sirve para ganar dinero? Hace unos años era frecuente que los hijos cursaran los estudios que les exigían sus padres, hoy –siendo siempre fundamental la opinión y el apoyo de éstos– la mayoría de ellos respetan los intereses de sus hijos y las aptitudes que les permiten cursarlas con éxito.
A pesar de todo, nunca se pierde nada, quizás una vez que vaya corriendo el curso y entrando en la esencia de la carrera puede desaparecer su aversión por la arquitectura y quién sabe si, incluso, sentirse a gusto cursándola. Esto sería una gran satisfacción para su padre y a medio plazo se verían cumplidos sus dos deseos: que su hija sea arquitecto y se coloque en su estudio por lo que su proyecto laboral podría estar resuelto.
No obstante, estos dos objetivos de los padres deben ser incorporados en una profunda conversación familiar para lograr tomar la decisión que mantenga vuestra hija. Están en juego su proyecto familiar y su felicidad.

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