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“El Gobierno no tiene credibilidad para iniciar un Libro Blanco del Profesor”

El inicio de la legislatura valenciana ha estado marcado por dos nuevos proyectos: XarxaLlibres para la gratuidad de los libros de texto y las aulas de 2 años en colegios. En el horizonte postelectoral, el cambio del modelo lingüístico. El conseller de Educación Vicent Marzà explica todo ello en esta entrevista.
José Mª de MoyaMartes, 17 de noviembre de 2015
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Tras las últimas elecciones autonómicas, la Generalitat Valenciana dio un giro político con la constitución de un nuevo gobierno de coalición entre PSPV-PSOE y Compromís, con el apoyo parlamentario de Podem. En este acuerdo, Compromís asumió la cartera educativa del nuevo Consell en la persona de Vicent Marzà. Maestro de Castellón (1983), su activismo educativo viene de su participación en el sindicato Stepv o en la entidad que defiende la escolarización en valenciano Escola Valenciana.

¿Llega a la responsabilidad de conseller con una actitud dialogante, de alcanzar consensos, o más para aplicar un programa?
Claramente, se ha de dialogar, escuchar a la gente, teniendo claro lo que para nosotros es prioritario. De hecho, la mayoría de los proyectos que hemos iniciado han pasado por el Consejo Escolar y han sido aprobados por unanimidad. Hay que liderar y tomar la iniciativa, pero no llegamos con ideas preconcebidas. Queremos transformar la Educación teniendo en cuenta la participación de toda la comunidad educativa y para eso hay que dialogar y escuchar mucho.

¿Pueden estar tranquilos sectores que están en otras posiciones ideológicas?
Con quienes nos hemos reunido hemos trasladado esta voluntad de diálogo. Luego, puede darse que no se esté de acuerdo y tampoco dudaremos en aplicar medidas en las que no hemos alcanzado un acuerdo con todo el mundo.

¿Intentará conseguir un pacto autonómico?
Sí. Estamos capacitados y tenemos la voluntad de aplicar criterios pedagógicos a nuestras acciones. Y en eso podemos concitar consensos si todos somos capaces de quitarnos los apriorismos. Nos gustaría sacar adelante una Ley de la Educación valenciana que pueda aunar el mayor consenso posible del arco parlamentario.

¿Se está elaborando ya esa ley, que es uno de los compromisos del llamado Pacto del Botánico que sustenta el actual Consell?
De momento no. Primero intentamos aproximarnos a los grandes debates en un territorio como el nuestro donde hay dos lenguas oficiales. Una de las claves por tanto es el programa lingüístico y primero tenemos que hablar de qué modelo lingüístico sería el mejor en nuestro contexto para que los niños salgan dominando las dos lenguas oficiales y una lengua extranjera, al menos. Si logramos el mayor consenso posible en este tema pensamos que estaremos en mejor situación para afrontar el debate sobre una Ley de Educación.

¿Por tanto, irá primero el debate lingüístico? ¿Por qué no al revés de elaborar el marco, la ley, y luego ir detallando y desarrollando cada uno de sus aspectos, como el lingüístico?
Lo primero es que todos compartamos los objetivos y uno de ellos es que todos dominemos las dos lenguas y una lengua extranjera. Eso nos ayudará a tejer la base que nos permita afrontar la ley. También hay que ver los tiempos del Estado, con una Lomce inestable y habrá que primero tejer un nuevo consenso a nivel estatal y a partir de ahí, elaborar nuestra propia ley.

¿La posición de la Conselleria sería más próxima al modelo catalán o al vasco en materia lingüística? Es decir, un único programa de inmersión o varios programas a elegir por los alumnos.
Nuestra posición es particular porque nuestro contexto es distinto a esas dos autonomías. Lo que queremos es que un grupo de expertos elaboren un primer borrador de cómo debe ser este modelo lingüístico con criterios pedagógicos y a partir de ahí dialogarlo con todo el mundo. Ahora conviven diferentes programas lingüísticos y la realidad es que muy pocos llegan al objetivo que compartimos, que se dominen ambas lenguas oficiales, y prácticamente ninguno consigue que se adquiera una lengua extranjera. De momento, solo los programas de inmersión lingüística (PIL) o el de enseñanza en valenciano (PEV) son los únicos que dan el resultado deseado.

¿Existe el riesgo de que la lengua focalice todo el debate educativo?
No, ni mucho menos. De hecho, lo primero que estamos haciendo es poner en valor todas las buenas prácticas y experiencias innovadoras que hay en los centros valencianos para que puedan reproducirse en otros centros para dar la vuelta a nuestros índices educativos, a la poca transcendencia como ascensor social de la Educación valenciana.

¿Qué alternativa propone la Comunitat a la Lomce?
No nos gusta la Lomce por muchas razones y creemos que se debe derogar para reconstruir el consenso para una ley que perdure. Pensamos que los cambios políticos que ha habido en muchas autonomías pueden facilitar este cambio.

¿Ve posible realmente el pacto educativo?
Sí. Si hablamos tanto de nueva política ésta debe ser poner por delante el interés de los ciudadanos y en este caso significa mejorar la Educación. Será muy importante el método, cómo llegar a ese consenso, y para eso hay que volver a procesos más participativos, como intentó el ministro Gabilondo y estuvo a punto de fructificar. Esto exigiría generosidad por todas partes.

¿Qué planteamiento se tiene para combatir el abandono educativo?
Uno de los programas que nos gustaría implementar en esta legislatura es el de “escolarización mixta” para que los alumnos puedan tener unas horas en los institutos y otras horas en instituciones o asociaciones o ONG que pudiera vincularlos con el tejido social y la realidad más allá de las aulas. Creemos que estos programas pueden ayudar a esa franja de la escolarización que abandona los estudios.

¿También para menores de 16 años?
Estamos pensándolo para ver cómo implementarlo. Tanto para menores como para mayores de 16 años, pues no hay que caer en el equívoco de separar por edades. Hay una necesidad de escolarización y hay que abrir las puertas y no cerrarlas por edades.

¿Qué opina del Libro Blanco del Profesorado?
Para nosotros es un tema recurrente. Es evidente que hay que dignificar la figura del docente, pero se dignifica más haciendo una política educativa que, por ejemplo, derogue el decreto que aplaza diez días la sustitución de la baja de un profesor. Así, antes de empezar a hablar de ‘libros blancos’, deberíamos aplicar la coherencia a la Educación y se dignificará sola la labor del profesor.

¿Es una medida electoralista, como se ha criticado?
Eso le dije al ministro en la Conferencia Sectorial. Venimos de un periodo de imposiciones, de una ley unilateral, y este Libro Blanco parece que viene para lavar esta cara. Debería trabajarse con más visión a largo plazo. No creo que este gobierno tenga la credibilidad para comenzar un Libro Blanco del Profesorado.

¿Qué opinión tiene del MIR educativo?
Habría que ver las concreciones, pero hay que reformular la formación y el acceso a la función pública docente. El MIR educativo puede ser una de las fórmulas.

¿Qué medidas se piensan desde la Conselleria en gestión de personal docente?
Hemos terminado ahora la segunda ronda de contactos con los agentes educativos y queda la calendarización de las negociaciones. El primer objetivo es revertir los recortes, recuperar profesorado, reducir ratios y cargas lectivas e intentar aumentar la calidad educativa. Entre los primeros objetivos ver cómo dar más estabilidad a las plantillas, porque tenemos una dificultad, especialmente en las comarcas del sur, con mucha provisionalidad. Una de las herramientas es el concurso de traslados. También, ver si se puede dar mayor estabilidad a los interinos, para que estén más tiempo en las plazas adjudicadas.

En campaña electoral se llegó a hablar de paralizar un curso la movilidad docente.
De momento, no lo hemos concretado, porque aunque desde fuera pueda parecer adecuado, puede suponer un contratiempo para los proyectos vitales de los profesores afectados. Hay que intentar equilibrar la necesidad de estabilidad con que todo el mundo conozca las reglas de juego.

XarxaLlibres, aulas de 2 años, bajada de ratio… ¿Es que ahora ya hay dinero cuando antes se decía que no lo había?
Lo que hay son prioridades. Antes las había, pero no las mismas. Y eso se nota en los presupuestos para 2016, que no solo han subido un 4,7% sino que hemos redistribuido internamente muchas partidas de la Conselleria que nos ha permitido ‘liberar’ cerca de 48 millones de euros para, por ejemplo, aumentar las becas de comedor.

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