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“Buscamos un espacio en común para dar estabilidad al sistema educativo”

El Consejo Escolar de Madrid, cuyo presidente es Rafael Carbonell, tiene el encargo de preparar las propuestas que incorporen las opiniones de los expertos y que sirva como base para el acuerdo para la transformación educativa en Madrid. Su presidente nos explica cómo.
Pablo RoviraMartes, 12 de enero de 2016
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Rafael Carbonell.

El Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid ha comenzado un proceso de construcción de un documento base para una transformación educativa consensuada. Rafael Carbonell, presidente de este órgano consultivo, explica los pasos que se han dado.

¿Cuáles son las características principales del proceso por la transformación educativa en la Comunidad de Madrid?
El acuerdo para la transformación educativa en la Comunidad de Madrid parte de una iniciativa de la presidenta Cristina Cifuentes en el arranque de esta legislatura. Desde el respeto al marco competencial autonómico y, asumiendo las diferencias de criterio de las distintas formaciones, busca un espacio en común –alejado de los vaivenes políticos–, que nos permita dotar de estabilidad al sistema educativo en la búsqueda de una mejor y más moderna Educación. Partiendo de esta premisa, el Consejo Escolar, como órgano superior de consulta y participación democrática en la programación de la enseñanza, se ha constituido en el espacio natural de encuentro para un diálogo entre expertos, responsables políticos y la comunidad educativa. Para ello, el consejero de Educación, Rafael Van Grieken, solicitó en octubre de este año a los portavoces de los grupos políticos con representación en la Asamblea de Madrid una propuesta de hasta tres expertos del ámbito educativo cuya aportación resultase importante de cara a alcanzar un acuerdo desde el debate.

Con estos expertos y los propuestos por la propia Consejería se han realizado un total de siete debates en la sede de la Fundación Giner de los Ríos, al que han asistido como invitados los miembros de la Comisión Permanente del propio Consejo Escolar. Además, durante este mismo período, se han organizado dos jornadas de especial interés: el Foro por la Convivencia y el Encuentro Familia-Escuela.

¿Qué cuestiones se han abordado en los debates?
Para organizar las jornadas de debate hemos utilizado la estructura desarrollada por la Unión Europea a través del IPTS en el estudio Aprendizaje innovador: elementos clave para desarrollar aulas creativas en Europa. El texto estructura los elementos clave del cambio educativo en torno a ocho grandes áreas sobre las que hemos diseñado los siete debates: contenidos y currículum, evaluación, prácticas de aprendizaje, prácticas de enseñanza, organización, liderazgo y valores, interconectividad e infraestructuras. El desarrollo práctico de cada jornada se ha planteado con una breve ponencia por parte de cada experto, seguida de un debate abierto y estructurado por parte de los participantes mediante tarjetas y paneles donde se visualizaban todas las aportaciones, así como las posibles diferencias de opinión.

Para cada una de las áreas, ¿han participado distintos expertos? ¿Puede citar el nombre de alguno de ellos?
Para cada una de las áreas, los expertos han sido Alejandro Tiana, y Francisco Valdivia (Contenidos y currículum), Jesús Alonso Tapia y Ángel Rodríguez (Evaluación), Ildefonso Méndez y José Ignacio Peña (Prácticas de aprendizaje), Francisco López Rupérez, Carmen Rodríguez y Miguel Martínez López (Prácticas de enseñanza), Ángel Serrano e Isabel Solana (Organización), Carlos de la Higuera y Sonsoles Castellanos (Liderazgo y valores) y Jordi Adell, Carlos Magro y Juan Antonio Mayoral (Interconectividad e infraestructuras).

Además, para poner fin a estos debates, organizamos recientemente una jornada con expertos internacionales. En la misma, han participado Pedro Nuno Teixeira (Universidad de Porto), Javier Valle (Universidad Autónoma de Madrid), Beatriz Pont (OCDE), y César Bona, uno de los 50 mejores maestros del mundo según el Global Teacher Prize, el llamado Premio Nobel de los profesores.

No quisiera olvidar, complementariamente, la presencia de otros expertos en el XIII Foro por la Convivencia, como es el caso de la fiscal Gema García, del profesor Juan Carlos Torrego o de los orientadores Vicente Prieto y Juan Vicente Abad; tampoco del Encuentro Familia-Escuela, dedicado al monográfico Tareas y tiempos escolares, en el que contamos, entre otros, con Mariano Fernández Enguita.

Una vez finalizados los debates, ¿qué destacaría respecto a ellos y cuál es el itinerario a seguir?
Resaltaría dos aspectos: en primer lugar, la alta participación en las sesiones –desde el respeto–, de los miembros de la Comisión Permanente del Consejo Escolar; en segundo lugar, el enriquecimiento personal y profesional que ha supuesto para todos los asistentes acceder a la sabiduría de los 25 ponentes (16 en debates nacionales, cuatro en debate internacional, cinco en Foro y Encuentro); también valoro la posibilidad que hemos dispuesto para conocernos más y mejor y acercar posturas.

Respecto al itinerario a seguir, aprovechando la jornada internacional que puso fin a los debates, el propio consejero entregó a cada miembro de la Comisión Permanente un resumen de lo debatido en las siete jornadas, para su estudio. El mismo día nos solicitó un informe –ya a elaborar por la propia Comisión Permanente durante el mes de enero de 2016–, que, partiendo de la opinión de los expertos, contemple las recomendaciones que posibiliten –ya en otro estadio, en distinto escenario y con un nivel de mayor concreción–, diseñar acciones que formarán parte del futuro acuerdo; así, el documento que servirá para las discusiones con los distintos agentes a través de las mesas de negociación será el texto del propio acuerdo, que habrá tenido en cuenta las sugerencias del Consejo Escolar.

A pesar de las posturas educativas eternamente confrontadas, ¿existe algún espacio en común, a la vista de los debates?
Sin duda, existen más puntos en común de lo que aparentemente parece. De esta forma, la importancia de las habilidades no cognitivas en los procesos de aprendizaje; la autonomía en relación a los proyectos, equipos y currículum; la necesidad de una formación del profesorado que vaya más allá de lo puramente académico; la organización flexible de los centros en cuanto a espacios y organización; el liderazgo de los administradores de la Educación; la personalización de la enseñanza, sensible a las diferencias individuales del alumnado; la participación de las familias o la transformación digital son postulados en los que se ha coincidido mayoritariamente desde la pluralidad.

Detecto una tendencia de varios consejos escolares autonómicos que pretenden iniciar este camino, aunque con distintos procedimientos.
Es cierto, y así se puso de manifiesto recientemente en la última reunión de la Junta de Participación de los Consejos Escolares Autonómicos, dependiente del Consejo Escolar del Estado; ahora bien, el caso de Madrid es bien diferente: se trata de una propuesta de la presidenta de la Comunidad que insta a lograr un acuerdo al margen desde nuestro ámbito competencial, partiendo de un informe consistente de la Unión Europea sobre el que se posicionan los expertos y elaborada a través de un órgano de participación natural, en este caso el Consejo Escolar. Al Consejo Escolar no le llega, como es común, una propuesta ya definida y elaborada sobre la que debe dictaminar; sino, todo lo contrario, nace del propio Consejo Escolar teniendo en consideración lo que dicen los que realmente saben de Educación. Estamos, pues, ante una propuesta singular e innovadora en España.

La búsqueda de acuerdos o pactos autonómicos, vista la dificultad de alcanzarlos a nivel nacional, ¿es el camino ideal?
Desde un punto de vista autonómico es el camino posible, pues explora espacios de unión respetando aquellas competencias que le son propias, sin invadir las que le corresponden al Estado. Como bien dice nuestro consejero, este proceso para la transformación educativa de la Comunidad de Madrid pone el foco en el interior del aula, lo que supone introducir nuevas formas de enseñar. Lo que sí es cierto, en nuestro caso, es que se ha abierto una nueva oportunidad, y que estamos aplicando una metodología original que puede ser de utilidad para un posible Pacto nacional por la Educación, con independencia del Gobierno que lo lidere.

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